ENTREVISTA – YERAY ORTEGA

Yeray Ortega fue otro de los valientes que dejó atrás cualquier otra pretensión para hacer volar al Oviedo desde el barro de la Tercera división. Un camino que la afición hizo más sencillo para unos futbolistas sobre los que pesaba la presión de jugar partidos y el futuro de la entidad. La apuesta salió bien y el canario se convirtió en uno de los jugadores más queridos por su entrega, carácter y calidad. 

P: ¿Cuál fue el condicionante para que llegases a Oviedo?

R: Lógicamente al Oviedo lo conocía, porque sus años buenos fueron mis años de niñez. Se conocía como ahora podemos conocer al Villarreal. Me llamó el Oviedo y yo sabía lo que había pasado el año anterior porque Aldeondo había jugado conmigo en el Eibar en Segunda. Nos conocíamos muy bien. Empecé a seguir al Oviedo por Aldeondo, vi lo que pasó en Arteixo. Sacaron a los jugadores a hombros donde en cualquier otro lado los hubiesen matado. Conocía toda la historia y recibí la llamada del Oviedo. Me llamó como una semana después de terminar el playoff de ascenso a 2ºA. Me habían llamado varios equipos pero pesó más la historia del Oviedo, el proyecto, las ganas de subir y el jugar en el Tartiere cada quince días que el presente deportivo de otros equipos cabecillas en 2ºB como podían ser la Cultural, el Pontevedra o el Lleida. 

P: Para otros jugadores de esa época también fue muy importante el nombre del Oviedo a la hora de tomar la decisión. Luego una vez aquí les sorprendió la masa social que seguía al equipo. 

R: Como te dije yo seguía al Oviedo, no a diario eso es cierto, por el hecho de estar Aldeondo. Ya rascaba alguna noticia porque ya estaba la prensa en internet y podía ver cosas. Pero sí es verdad que algunas cosas me sorprendieron como el primer entrenamiento. Era un sábado y apareció Symmachiarii con bengalas, una locura. El primer partido ya fue con muchísima gente. 

Un día que bajábamos por la calle Mon porque teníamos cena, una espicha, y la gente se volvió loca cuando nos vio. Empezaron a cantarle a Aldeondo mientras bajábamos. Fue una locura. Me sentí más futbolista en el Oviedo en Tercera que en otros equipos en Primera. 

P: Esa temporada en Tercera tocó jugar en campos muy distintos a los de categorías superiores. ¿Cóstó la adaptación a ese tipo de terrenos y espacios más reducidos y comprimidos?

R: No, porque yo me adaptaba a todo. Si había que jugar se jugaba, y si había guerra era el primero que iba al frente en cualquier campo y en cualquier circunstancia. No lo sufrí, yo creo que fue más bien una experiencia bonita. Íbamos a jugar a cualquier campo y había cinco mil oviedistas y trescientos de la otra afición en su día grande. Excepto cuando íbamos a campos en Gijón donde había algo más de tensión, la verdad es que lo disfruté mucho. Recuerdo partidos muy duros en Mieres contra el Caudal, contra el Gijón Industrial o el Ceares. Tres o cuatro partidos que fueron auténticas guerras. 

P: Para un jugador con habilidad como tú participar en esas “guerras” como dices tú puede ser complicado. ¿Empujaba más la grada o la ilusión?

R: Las dos cosas. Después de estar en Primera ya había estado dos años en 2ºB antes de llegar a Oviedo. A esta categoría o vas con el cuchillo entre los dientes o te pintan la cara, y estaba acostumbrado. La verdad es que estaba en mi salsa. Cuando había un partido en el que tenía que estar al dos mil por cien porque en cualquier balón había una chispa era seguramente en los que mejor estaba. Como cualquier jugador canario me caracterizaba más por mi habilidad, los centros, el uno contra uno, pero una de mis mayores virtudes fue meterle el carácter que tenía a esas habilidades. 

P: Dentro de toda esta atmósfera positiva sí que es cierto que hubo dificultades. ¿Cuáles fueron las que más pesaron para ti en tu época en el Oviedo?

R: Todo se llevó con naturalidad y a la mano con la afición. Es verdad que siempre se ganaba y eso ayudaba. Un partido malo era el que se terminaba ganando 1-0 ó 2-1. La ola siempre fue buena. Tuvimos tensión en el partido contra el Coruxo porque fue complicado. Nos encontramos con un buen equipo, un equipo duro, sin la presión que teníamos nosotros. Como nombre de club lo que se debe pensar es que vamos a pasar por encima del rival, pero después en el mano a mano no era tan sencillo porque todo el mundo contra nosotros jugaba al 200%. Quizá lo más complicado fue esa tensión del hay que subir sí o si. La última bala ya se gastó el año anterior, si no se subía ese año el equipo desaparecía. Éramos un equipo la verdad que bastante jovencito. Teníamos a Urizar, Ricardo, Aitor, Luismi, Borja y yo. Llegó Juanchi también. Había tres veteranos de por encima de los 30, luego tres o cuatro entre 25 y 28 y todos los demás eran pibes. Jandro, Paul, Cervero, Nacho Matador, Michu, Adrián, Manolo, Goyo, Roberto…es que todos eran de 18,19 ó 20 años. Y pesaba, porque había momentos en que entraba ese sudor frío de no va a ser tan fácil como la gente piensa. Sólo lo pensábamos nosotros que no iba.a ser tan fácil. 

P: ¿Y cómo llevábais los veteranos esa presión sabiendo que esa última bala ya se había gastado? 

R: La forma más fácil de explicarlo es que fue una pretemporada de nueve meses y una temporada de cuatro partidos. Y la tensión sobre todo fue la semana del partido de vuelta contra el Coruxo, porque veníamos de un 0-0. Recuerdo que con el 1-0 su delantero, Eloy – que cuando yo estuve en el Celta estaba en el B – , hizo una media chilena y pasó rozando quedando cinco minutos. Yo casi me muero en el banquillo porque Rivas ya me había cambiado. Esa semana fue seguramente la más dura en lo deportivo que yo he pasado en mi vida. Y eso que tengo un descenso de 2ºA. La siguiente semana, la del primer partido contra el Ávila antes del 1-5, como ya habíamos visto lo que nos pasó contra el Coruxo fue una semana muy tensa también. Dos semanas muy duras, y así luego fue la explosión después del 1-5 al Ávila. Estuvimos una semana para preparar la fiesta. 

P: ¿Después de la fiesta y la resaca que hubo delante de los ojos?

R: Darnos cuenta de lo que habíamos conseguido, que había sido muy grande. Me quedé tres o cuatro días más en Oviedo y todo era felicidad. Fue muy grande pero no tan larga en el tiempo, porque llegamos a la pretemporada y ya volvió lo mismo. Somos el Oviedo, estamos en 2ºB y por aquí estamos de paso. Y la 2ºB es una categoría que la gente no la conocía, donde muchos equipos han desaparecido. Puedes estar haciendo las cosas muy bien, que hay cuatro o cinco equipos en cada grupo que te pintan la cara y que llevan tiempo pensando igual que tú, gastándose una pasta parecida a la tuya, con ilusión de subir y sin la trascendencia del Oviedo. Fue un año el segundo normal, quedamos séptimos o así, pero la gente no quería eso. No hubo problemas, buena comunión con la afición, pero la gente sí demandaba más como era normal. 

P: Se habla a menudo del pozo de 2ºB. Tú que has jugado en todas las categorías ¿es realmente la más difícil? ¿Cuánto pesa el nombre de los equipos y cuánto les perjudica?

R: Te beneficia en cuanto a que eres un equipo grande y tienes el apoyo de toda la gente, de mucha más que otros equipos, pero te perjudica en que tienes la presión que no tiene nadie. Yo eso lo he vivido más veces. En 2ºB siempre he estado en equipos grandes que siempre buscaban ascender pero no con la trascendencia del Oviedo. La Cultural Leonesa estuvo nueve años en playoff gastándose una pasta bestial. Yo subí con el Universidad de Las Palmas y allí cobraba el doble de lo que cobraba la plantilla del Oviedo. ¿Qué quiere decir? ¿Que el dinero te asegura subir? No, pero tienes acceso al mejor o al segundo mejor goleador de la categoría, a un abanico de jugadores mucho más amplio. Hay cinco o seis equipos siempre que la van a pelear igual que tú sin tener tu presión ni tu obligación. Lo vivi por ejemplo en Las Palmas, cuando estuvo cuatro años seguidos en 2ºB. Era mucho mejor que los demás equipos, el Insular se llenaba y no había cojones a subir. Pinchabas en un sitio y morías. Al Tenerife le pasó igual hace tres o cuatro años, ahora el Dépor, el Racing de Santander, equipos históricos de 20 ó 25 años en Primera que no lo tienen tan sencillo. La gente pensaba que iba a ser como la Tercera, una categoría de tránsito, y no. El barro de la 2ºB es complicado, da igual el equipo que tú tengas. El Dépor ya lo demostró el año pasado, que se quedó con muchos jugadores de 2º. En 2ºB es otra cosa, en cada córner fuera de casa tienes que llevar una armadura. 

P: ¿Ahí prima más el construir un buen bloque con jugadores experimentados en la categoría junto con aportes de jugadores buenos de 2º que irse a por jugadores de superior categoría?

R: Al final para subir en 2ºB lógicamente debes tener un buen grupo, pero prima mucho la experiencia, gente que ya las haya vivido en 2ºB de todos los colores. Cuando yo ascendí con el Universidad el 90% de la plantilla ya había pasado por el primer equipo de Las Palmas o el filial. Teníamos seis o siete jugadores que habían sido capitanes de Las Palmas en 2º y en 1º. Por ponerte un ejemplo. Llegó el playoff, se nos lesionó un delantero de larga duración, y firmamos al máximo goleador de los cuatro grupos. Tienen que cuadrar muchas cosas para pasar, y aun así es complicado. Mezclar gente que ya lo ha vivido con gente con calidad y gol. Es complicado para todos los equipos, por eso ahora que hay un ascenso directo todos se van a matar por ser ese primero. Los que ni suben directamente ya pueden ir con el equipo que sea, que lo van a pasar mal. 

P: Ahora el equipo parece que ha cogido una buena ola. ¿Lo ves capacitado para resistir una segunda vuelta que será una auténtica pelea?

R: Sí, completamente. Creo que es uno de los años con mejor plantilla, más amplia, con muy buenos jugadores. Los que están de titular están rindiendo a un nivel muy alto, los que están en el banquillo te dan una profundidad muy grande.Tienes de extremo a Borja, a Jirka, a Sangalli, Viti. Son jugadores que tienen mucho peso los cuatro. En punta a Borja Bastón todo el mundo lo conoce, Obeng está despuntando y lleva ya cuatro goles. Tienes en el medio jugadores como Brugman que viene de Italia donde ha jugado bastante, Jimmy, Luismi, Javier Mier, que en uno o dos años será el jefe del equipo. Lo veo muy compensado, dos jugadores por puesto, en la puerta Joan lo está haciendo genial desde hace un año, y tiene a Tomeu por detrás que también es otro seguro. Lucas y Pierre a un nivel muy alto. Cuando Isaac salió el otro día lo hizo muy bien. Mossa siempre cumple. Veo un equipo para no bajar los brazos hasta el final y pelear por el playoff hasta última hora. Y lo que le digo a todo el mundo: un playoff en 2º en el Tartiere, cuidado. 

P: Hablando de tu trabajo actual para la agencia de representación Wasserman ¿cuántas horas de video y cuántos partidos a la semana puedes ver?

R: De viernes a domingo puedo ver unos diez, y entre semana veré otros siete u ocho. Una media de quince partidos como poco más las horas analizando los jugadores. 

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