ENTREVISTA – JORGE PERONA

Jorge Perona hizo una excelente carrera en el segundo y tercer escalón del fútbol español. Delantero que contaba con ese algo tan valioso para los que viven en el área como es el gol, pasó por el Oviedo en un momento atípico, con el equipo mirando hacia arriba en Segunda B, con las gradas del Tartiere pobladas ,pero con una fractura en lo institucional que dejó muchas cosas en el camino. Colgadas las botas ahora comienza su carrera como entrenador. 

P: ¿Cómo fue tu fichaje por el Oviedo?

R: Yo estaba en Murcia en un equipo de Segunda B (Sangonera). Me había quedado seis meses cerca de casa porque no tenia gana de salir. El club era muy humilde pero me quedaba cerca de casa y me pagaba bastante bien en la época de la construcción. Venia de descender con el Lorca Deportiva por impagos. En lo deportivo había ido bien porque incluso habíamos jugado la promoción y casi ascendemos. Tuve opción de irme a Grecia, no me fui, y a última hora las dos o tres cosas que tenía como el Pontevedra, no me convencieron, y me quedé en Murcia. Hice seis meses muy buenos  con 11 goles, y a mi representante le dije que si me sacaba una opción buena me iba. Había dos opciones muy buenas en Segunda B, una era el Oviedo y otra el Alavés. En Segunda salió el Castellón, que iba hacia una situación bastante mala y podía ser firme candidato a descender. Mi representante se fue de visita por el norte y visitó a José Manuel (Martínez) en Oviedo. A Pichi Lucas le conocía de cuando él estaba en Cartagena. Me llamaron, hablaron conmigo, y me hizo mucha ilusión esa llamada del Oviedo. Me empecé a documentar del equipo con compañeros como Manu Busto, con el que había coincidido en el Lorca. 

P: ¿Y una vez que llegas te encuentras lo que esperabas?

R: Realmente en equipos históricos en Segunda B ya había estado, como el Hércules. Sabía lo que repercute estar en estos equipos. No es lo mismo estar en un equipo como el Oviedo, el Tenerife en el que estuve luego, el Hércules, que en otros de Segunda B sin tanta masa social y con otras características como el Lorca o el Alcoyano. Cuando me vino el Oviedo por supuesto que superó mis expectativas. El nivel de, tómese bien la palabra, “enfermedad” por el Oviedo que hay allí en Asturias es tremendo. La afición que hay por el club carbayón es desmedida en muchos casos, para bien y para mal. No pasó desapercibida para mi por supuesto y es un equipo que me ha marcado para siempre.

P: Eran momentos complicados a nivel institucional, con una fractura clara entre los que mandaban en el club y los aficionados. ¿Cómo viviste esta circunstancia? ¿Afectaba?

R: Claro que afecta. La crispación que había entre la afición y la directiva era insostenible muchas veces. De hecho una de las razones para marcharme de allí era porque veía que el club no funcionaba, que no iba a ningún sitio de de esa manera. Pedí la baja entre otras cosas porque llegué un día a entrenar y cuando no fuimos del entrenamiento no podíamos salir porque teníamos un camión de piedras en la entrada del Requexón. No me parecía algo normal que los jugadores tuviéramos que pagar un problema que tenía parte de la afición, porque realmente en general era majísima. Al final era una peña, los Symmachiarii, que decidió ponernos un camión de piedras como protesta. Lo que ellos tenían que valorar era que si ese día llega a pasar un choque o una desgracia entre nosotros, que puede pasar perfectamente, cómo entraba allí una ambulancia. Porque no hay otro camino para entrar al Requexón que uno súper estrecho. Ese tipo de situaciones está claro que afectan. Vinieron allí algunas veces a manifestar su malestar. Pero esto no ha pasado solo en el Oviedo, en la historia de fútbol ha pasado muchas veces. No creo que haya un jugador que quiera hacerlo mal, eso es imposible. Porque hacerlo bien o mal te repercute en tu salario, tu estilo de vida, en tu bienestar con tu familia. Nosotros somos los primeros que queremos estar bien. En el Oviedo precisamente ese año íbamos muy bien, segundos. Creo que se estaba haciendo un año para intentar ascender. Esa crispación que había respecto a la directiva pues claro que afectaba. De hecho el día que perdimos contra el Pontevedra en casa tardamos en salir dos horas del estadio por la cantidad de gente que estaba con ganas de gresca. 

P: ¿En general te sentiste querido en Oviedo?

R: Mucho. Tú piensa que desde que llegué en Navidad hasta la siguiente llevaba 16 goles. Era un jugador muy importante allí en ese año que estuve. Era muy querido, y también di un rendimiento muy alto porque esos 16 goles en un año natural son muchos. Por mi manera de jugar era un delantero que gustaba a la gente, porque me movía mucho, tenía calidad y mucho gol. Un delantero vistoso. Entiendo que la gente estaba contenta. Ya he explicado el motivo por el que decidí salir de allí. Yo estaba dando un rendimiento alto. La segunda temporada echaron a Pichi Lucas y se metió José Manuel, que era el director deportivo, de entrenador y creí que así íbamos en una dinámica mala. Ibamos en el puesto 10 y el equipo no iba como yo pedía. Estaba en época de mayor esplendor futbolístico y necesitaba explotar mis años buenos en un equipo que quisiera crecer y tirar para arriba. Me salieron dos ofertas muy buenas de Murcia y de Cádiz. Entonces después de hablar con José Manuel decidí pedir la baja. Pedí la baja y la gente se lo tomó mal, no entendía que yo me quisiera marchar del Oviedo. Realmente no es que me quisiera marchar, lo que no quería era estar con las personas que dirigían el club de esa manera. La gente la tomó conmigo y pasé de héroe a villano. Vino Pacheta, no me dejaron marchar, y pasé unos meses prácticamente sin jugar. Entonces al final de temporada tomé otro camino y me fui a Tenerife. 

P: ¿Sigues la actividad del Oviedo?

R: Sigo ligado al mundo del fútbol y ahora mismo estoy entrenando a un club de Tercera de Murcia (Archena Sport). Entre el fútbol que ves por la tele, que me toca ver una categoría como la Tercera que no la conocía, no me da mucho tiempo a más. Con mi trabajo más otras inversiones y la familia no me queda mucho tiempo para ver la Segunda, pero claro que sigo al Oviedo, Tenerife y mis ex equipos. Lo máximo que le puedo desear es que suba para arriba. El Oviedo parece que está atrancado en Segunda, pero la gente no se debe olvidar de dónde venimos y lo mal que ha estado. Segunda es una buena categoría para que algún año llegue el momento del ascenso y esté donde se merece. 

P: El Oviedo con el fichaje de Bastón parece que vuelve a recuperar a un hombre con gol, que hacía falta. ¿El Jorge Perona en ese momento que decías de esplendor sería importante en este Oviedo?

R: No lo sé, sería muy osado por mi parte decir eso. Yo he sido un futbolista de Segunda B top, que he metido muchísimos goles y que he estado en equipos muy buenos, los mejores de la categoría. En Segunda también he jugado mucho tiempo pero los equipos que me han salido no han sido con tanto nombre como el Oviedo. Siempre he preferido jugar en equipos como el Oviedo, Tenerife o Hércules en Segunda B, porque son equipos que es como si estuvieras en otra división y otra dimensión, que en un equipo de Segunda donde vienen 7 mil u 8 mil personas menos que en esos campos de Segunda B. He tenido la suerte de tener una carrera muy buena en Segunda B, y he sacrificado el estar en Segunda más años por ese tema. Me salían equipos muy buenos a los que no podía decir que no. 

P: Hablas de equipos históricos. ¿Qué matices ves que les faltan a estos equipos para conseguir estar donde merecen?

R: Está claro que lo que les falta es paciencia. La afición vive del pasado, y de eso no se vive, se vive del presente. El pasado es que ha estado en Primera, pero ahí han estado muchos equipos y hay que adecuarse al presente, en el que se es un equipo de Segunda, donde hay muchos equipos igual que él con similar o superior presupuesto. Es muy difícil competir. Ahora está el tema del FairPlay financiero. Todo está muy estructurado. No es como antes en mi época donde había equipos en Segunda pagando barbaridades. Era la época del ladrillo y había otra manera de dirigir el fútbol. Había equipos que sabias que iban a ascender porque tenían mucho más presupuesto que los demás. Ahora está todo muy controlado y muy igualado. ¿El motivo por el que equipos históricos como el Oviedo o el Tenerife tengan que estar en Primera y no un Cartagena? Al final tienen un presupuesto bastante similar.

P: Fuiste delantero con gol. ¿Cómo es el Perona entrenador? 

R: Perona cuando se retira de jugador tiene claro que aparte de otras cosas le gusta mucho el fútbol. Me fui con Aitor Larrazábal de segundo entrenador a Salamanca a Segunda B. Este año me salió la opción de un equipo de Tercera que me pilla al lado de casa y acepté el reto. El Archena Sport, o cualquier equipo que yo vaya a entrenar desde luego va a tener lo mismo que he tenido como delantero, una persona profesional, divertida. Mis equipos tienen que ser divertidos, alegres ofensivamente, y por supuesto inteligentes tácticamente. Creo que esa era una característica, me sabía mover, era equilibrado, y sabía cuándo atacar y cuándo defender. Me gusta que mi equipo sea un equipo que presione en campo contrario, valiente, que vaya a cualquier rival y le enseñe su signo de identidad. Y por supuesto me gusta tratar la pelota de la mejor manera posible. El fin es ganar, soy un ganador nato, me gusta competir, no me gusta el jugador trotón. Odio al jugador poco profesional. Intento darle ese toque profesional que he tenido toda mi carrera desde muy joven a un club amateur y humilde como es el Archena Sport, donde tengo gente muy joven que estudia y otros gente que trabaja y tiene que compaginar trabajo y fútbol. Les intento inculcar la pasión que yo tengo por el fútbol. 

P: Esas características de juego que me cuentas gustan en Oviedo.

R: Me imagino que todo es cuestión de que haga méritos. El Oviedo tiene demasiados méritos para mi, debo de seguir creciendo. Está claro que a mi me encantaría, de hecho mi cuñado vive allí en Oviedo. Me lo llevé cuando yo estuve, se quedó, se casó y de vez en cuando vamos a Oviedo. En principio podría parecer una utopía que yo fuera a Asturias, pero solo tengo que hacer méritos y que el club me llamara, claro. 

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