Juan Forlín (Argentina, 1988) fue un fichaje destacado de un Oviedo que quería dar el paso definitivo en Segunda División. Contando con un entrenador experto como Anquela, el equipo se quedó a las puertas del playoff. La temporada de Forlín, central de Primera División, fue muy sólida. Pero el siguiente curso no fue bueno, con una grave lesión y un objetivo colectivo que también se alejó.
PREGUNTA: Lo primero es preguntarte sobre tu llegada al Oviedo.
RESPUESTA: El Oviedo se mostró interesado, que eso siempre gusta a un jugador. Fue de los que más se interesó en ese momento. Yo volvía a España desde Mexico. La verdad es que todas las personas con las que había hablado, me habían hablado muy bien del Oviedo. No conocía tanto de Oviedo. Sí que había visto el estadio. Conocí la época en el que el Oviedo no estuvo bien. Sí que recuerdo haber jugado algún amistoso. Y cuando llegué a Oviedo me quedé sorprendido con todo. Fue una sorpresa a nivel club, masa social, a nivel de ciudad. No conocía tampoco la ciudad y nos quedamos encantados con todo, tanto de la gente, el club y los que trabajan allí, la masa social. Estuvimos muy a gusto esos dos años.
P: Comenzando desde el principio. Llegas a España a la cantera del Madrid con muy poquito juego.
R: No pude jugar porque en aquella época se necesitaba pasaporte comunitario en la categoría, en aquella Segunda B. Había venido pensando que me iba a salir el pasaporte comunitario, y firmé dos años con el Castilla. Como no salió el pasaporte comunitario no pude jugar. Había jugado todos los amistosos previos a la liga y decidimos esperar seis más a ver si en ese trayecto lograba salir el pasaporte para poder inscribirme en el mercado de invierno. ¿Qué pasó? No salió, tardó más de lo previsto. En aquella época hubo muchas trabas en relación a otros pasaportes que no estaban regularizados y se paralizaron todos los que venían en camino. Tomamos la decisión de común acuerdo de volver a Argentina, a Boca, porque yo lo que necesitaba era jugar. Fueron cerca de siete meses los que estuve en el Castilla. Lo pasé muy bien con ellos, y en cuanto a instalaciones el club es espectacular. Pero necesitaba jugar partidos, y en el Castilla no lo iba a poder hacer. Lo mejor era volver, y quedé muy agradecido al club porque se portó de diez puntos. Me trataron como si fuese parte de la plantilla en todo momento. Me quedé muy contento con el club, con los compañeros. Me quedó la espina clavada de que me hubiese salido el pasaporte para poder jugar con el Castilla.
P: Y vuelves a un grande. Hay muchos equipos importantes en Argentina, pero siempre se conoce esa rivalidad Boca/River.
R: Me crié prácticamente de chico ahí, en Boca. Volver era espectacular. Es todo exigencia máxima, el Boca es como el Madrid en España. Es competir para ganar cada fin de semana. No tienes otra alternativa. Es ambicioso. Disfrutaba mucho esa filosofía de competir para ganar cada fin de semana. Consigo todo lo que es presión y jugar en una institución como esa, sabiendo que en las buenas es muy bueno y en las malas no es todo tan bonito. Tiene eso sí su lado bonito que es jugar en la cancha de Boca y todo lo que conlleva el entorno. Para mi fue un sueño esa época de mi vida.
P: Experiencia de vida y experiencia profesional que te habrá curtido para determinadas situaciones que pudiste vivir en España.
R: Sí. Es diferente, otra cultura. Con Boca fue una masa social a nivel mundial. No lo termino de entender todavía. Fuésemos donde fuésemos había miles de hinchas de Boca por todos lados, y se hacían notar. La presión y la exigencia es máxima por los medios allá en Argentina, mucho más fuerte que en España. Como te decía, la victoria te potencia y la derrota lo hace también, pero para mal. Tuve la suerte de jugar ahí de pequeño, así que ya nos inculcaban acerca del club en el que estábamos participando. Sabíamos que la exigencia del club era ésa y había que convivir con ello día a día.
P: Uno está en la cancha de la Bombonera, mira hacia arriba y ¿qué es lo que ve?
R: Hay que ser sincero. Yo cuando entraba a la cancha disfrutaba, no era consciente del entorno. Cuando salías al campo sí que era espectacular pero ya estabas focalizado en el partido. Como dicen acá “estás por faena”. Hay una responsabilidad detrás. Eres parte de una institución muy grande, y tienes que representarla de la mejor manera. En ese momento no me afectaba, no me daba cuenta del entorno de dónde estaba. Simplemente salía y cada partido en la cancha de Boca trataba de disfrutar, pero con una responsabilidad grande.
P: Se te puede ver en muchas fotos en una entrada que es típica tuya abajo…
R: Con vehemencia ¿no? (Risas). Como defensa sabes que hay muchas jugadas en uno para uno y tienes que estar preparado para resolver según qué situaciones. Seguramente me ha ayudado, y he jugado al límite muchas veces.
P: Lo he hablado en alguna ocasión con un jugador procedente de Sudamérica, y me decía que en su primera acción en Europa casi le sacan la tarjeta roja.
R: Me pasó algo parecido. En Argentina me tildaban de que era poco duro y acá todo lo contrario, que tenia que aflojar porque estaba siendo demasiado duro. Para que veas los contrastes de países, de filosofía de fútbol.
P: Dejas Boca y de vuelta firmas en el Espanyol donde tienes a uno de tus grandes valedores, que es Pochettino.
R: Sí, así es. Tuve la suerte de tenerle como entrenador cuatro años, y seis meses a Javier Aguirre. Fueron unos años espectaculares, de aprendizaje. Yo llegué a España muy joven, con 21 años. Jugaba en la mejor liga del mundo, compitiendo contra los mejores jugadores, y la verdad que fue una experiencia espectacular. Vivimos de todo, estando por abajo como por arriba, con situaciones difíciles, otras de alegrías, con grandes compañeros, con familia, mujer e hijos. Pasó un poco de todo en ese tiempo.
P: Existió también a partir de aquel momento una indefinición en cuanto a tu posición en el campo. ¿Defensa o centrocampista?
R: Sí, ahí es donde vino. Yo era central y Pochettino me colocó de centrocampista. Bueno, en Boca ya había jugado de mediocentro algunos partidos, pero muy pocos, y se contaban con una mano. Pochettino me puso de mediocentro. Siempre dije que estaba a disposición del entrenador y del club para ayudar al equipo donde él creía que sería útil. Me puso ahí y traté de hacerlo lo mejor posible y lo que me pedían para ayudar al equipo. Esa era mi función, tratando de aprender lo más rápido posible en una posición donde no había jugado de pequeño o la mayoría de partidos en mi carrera. En el Espanyol lo hice el 70 u 80% de los partidos.
P: La primera intención de Anquela en el Oviedo fue ponerte precisamente ahí, pero terminó ubicándote en la defensa.
R: Hablando con Anquela me puse a su disposición, para lo que necesitase. Me consultó acerca de dónde me sentía más cómodo y más podía serle útil al equipo. Empecé jugando dos o tres partidos de mediocentro y terminé jugando en la zaga central.
P: Oviedo te sorprendió.
R: Sí, me sorprendió para bien. Era una ciudad que no conocía. Sí había estado en Santander, lo más cerca. Tuve la suerte de conocerla, de vivirla, y la verdad que me encantó. Me quedé encantado con la comida, con la gente que era muy afectiva, y el club. Fue espectacular. Había una masa social muy grande que siempre nos animó. Le agarré un gran cariño al club, porque es una afición muy fiel y que acompañaba mucho. A todos los lados donde íbamos siempre había gente del Oviedo. Es un club con mucha historia. Deseando de que le vaya bien siempre. Creo que se lo merece y en algún momento dará ese salto de calidad está toda la gente deseando.
P: Viviste grandes partidos en Boca contra River, pero también ese partido especial contra el Sporting. ¿Cómo viviste esos derbi?
R: Partidos muy especiales. Ese primer derbi se jugaba después de 15 ó 20 años en el campo del Tartiere. Uno notaba la ilusión de la gente y te lo hacia vivir ese semana, con la adrenalina, algo que se vivía después de tanto tiempo y sufrimiento. Se notaba que había mucha historia detrás de ese partido. Por suerte salió un partido redondo. Recuerdo que terminó el partido con lluvia, típico de la zona y de Oviedo (risas). Se pudo disfrutar por la alegría de la gente. Fue un día de los que te queda grabado, un partido de los que te quedan enmarcados como jugador.
P: ¿Tienes presente algún momento especial con la camiseta del Oviedo?
R: Ese es uno de los mejores momentos, festejado juntos después de ese partido, viendo la alegría de la gente. Eso es impagable. El ganar y el ver que la gente lo está disfrutando, el hacer feliz a tanta gente, es la mayor gratificación para un jugador después de un resultado bueno.
P: Esa temporada os quedáis muy cerca. ¿Qué falló?
R: Si miras para atrás te fijas en partidos que se han escapado. Analizando fríamente después, porque en el momento del partido uno no se da cuenta. Al final me quedo con que había un grupo muy bueno y por H o por B no se pudo dar. Uno se lamenta porque nos quedamos ahí cerca. Nos quedamos dolidos porque teníamos la ilusión al final de estar ahí. Esperando ahora que ese sueño de la gente se pueda cumplir.
P: La segunda temporada es más compleja. Te lesionas. Se mezcla con un ambiente raro y se cesa a Anquela.
R: Fue difícil y más complejo ese segundo año. En noviembre me lesiono tibia y peroné. Ese fue un palo personal duro a nivel emocional. Cuando el doctor me da la noticia me acuerdo de que fue una angustia interna muy grande. Sabía que eran tres meses sin poder estar. Era mitad de temporada y tenía que recuperar el ritmo con los compañeros. Si te soy sincero se me hizo un poco cuesta arriba. Fue muy agridulce. Luego Anquela se termina yendo. La verdad es que no fue un plato de buen gusto como quien dice después de cómo habíamos terminado la primera temporada. Pasa en todos los clubes y hay que asumirlo.
P: ¿Se hubiera merecido Anquela una tercera temporada? ¿Se gestionó bien esa salida?
R: No soy quién para decir si está bien o no. Me quedo con el año que estuve con Anquela, que aprendí un montón. Me ha ayudado a entender también. Vive el fútbol de una manera muy pasional. Transmitía mucho, por lo menos a mi, y me ayudó un montón en todos los aspectos. Ver cómo lo vive tu entrenador, que lo siente de verdad, me llega. Me llega y me transmite esos valores que él tiene. Ha sido una persona de valores. A mi siempre me ha venido de frente. Entendí que era muy claro. Me quedo con eso. Con Egea tuve muy poco tiempo ya. Una vez que entras en esa dinámica de lesiones acabas en un bucle que es difícil de gestionar tanto a nivel personal como emocional. No fue nada grato.
Eso de Anquela es más a nivel de gestión de club. A nivel personal me quedo con el trato conmigo que fue muy bueno y le estaré agradecido siempre.
P: De esa etapa tuya arrancamos los primeros minutos de unos jugadores que ahora son importantes, como son Viti, Borja Sánchez, Lucas, Javi Mier o Jimmy. ¿Veías en ellos a los jugadores en los que se han convertido?
R: La verdad que sí. Me pone muy contento su presencia porque ya estaban trabajando para ganarse un puesto en el campo en esa época. Lo venían haciendo muy bien con una mentalidad muy buena de esfuerzo y de sacrificio, de trabajo y de humildad y solidaridad. Venían con buenos valores. Me pone muy contento cómo les está yendo, que estén jugando los minutos que se están ganando. Eso es síntoma de que en la cantera del Oviedo se está trabajando bien. Contento por ellos. Siempre les deseo lo mejor porque son muy buenos chicos. Les veía entrenar y el sacrificio que hacían en cada entreno, con la humildad, respeto y valores con los que subían. Eso siempre se agradece.
P: Has estado en equipos que trabajan mucho con la cantera, como Boca, Madrid, Espanyol…¿crees que la base para un equipo como el Oviedo es confiar en esos chavales junto a un núcleo pequeño de jugadores que marque la diferencia?
R: Sí, creo que es importante mantener esos valores, como decía. Una de las cosas que estoy tratando de hacer desde que me retiré es aplicar eso en el fútbol formativo. Me gustaría inculcar esos valores, que no se pierdan. Que los niños suban con esas ganas de querer, esa capacidad, esa humildad, saber escuchar y aprender. Todas esas cosas que siendo chicos nos inculcaron los más grandes. Es algo que echo en falta, y es algo que viene cambiando según lo hace la sociedad. También es cierto que hay que adaptarse a las nuevas generaciones. Uno no quiere que esos valores se pierdan. El respeto hacia el entorno, a los más grandes, al entrenador, al cuerpo técnico y a las personas que trabajan en el club. Con esos valores es más fácil llegar, no sólo en el fútbol sino en la vida. Es importante para que lo que hagas en el fútbol o en cualquier otro ámbito te acerque más al objetivo que te pongas individualmente.
P: ¿En este nuevo fútbol del que tú me hablas prevalece más la tecnología que el talento?
R: Hoy estamos viendo mucha tecnología. Pero es lo que se viene y uno tiene que estar predispuesto a eso. Soy partidario de la tecnología como herramienta que viene a ayudar. Viene a eso y no a cambiar una cosa por otra. Todo evoluciona y la ayuda al fútbol es buena. Los deportes también evolucionan. Se trabaja con los niños de forma distinta. Tengo cinco hijos y veo cómo trabajan en el colegio. No es lo mismo ahora que antes, pero sí que quiero que mantengan los valores, como te decía. Está bien que la tecnología venga a ayudar, pero que no se pierdan esos valores y esa picardía. Como entrenadores debemos dejar que salga esa imaginación, ese libre albedrío según en qué zona del campo para que el chico se desarrolle y pueda llevar su talento e imaginación individual. Dárselo todo tan estudiado y mecanizado no me gusta. Prefiero que haya más libertad personal, sobre todo en estas etapas formativas.
P: En Oviedo cumples dos años. ¿Te frenó la lesión para decidir continuar?
R: Fue de común acuerdo. Es verdad que la lesión lo frenó todo un poco. No terminaba de engrasar y encadenaba lesiones. No me sentía cómodo. Siempre he sentido que si estaba al 100% podía ayudar, pero si no estaba a ese nivel no era digno de poder ayudar al club. Fue de común acuerdo. Mirando para atrás fue una época muy bonita y me quedo con los grandes recuerdos de Oviedo, que son muchos a todos los niveles. Mi familia, mu mujer y mis hijos nos quedamos contentos tanto con colegio o con gente que no es de fútbol. Hemos hecho muchas buenas amistades y nos quedamos con eso. Iremos planificando un viaje para ir en cualquier momento a Oviedo.
P: Tu destino después de Oviedo es algo exótico: Japón.
R: La verdad es que apareció la oportunidad de Japón. Me llamó la atención al principio, pero después me gustó todo lo que escuché y leí de Japón. No sólo a nivel futbolístico sino familiar. Me interesó y fuimos a probar, y justo nos agarró la pandemia. Fue diferente todo, pero a nivel familiar y de aprendizaje de la ciudad y el país fue muy enriquecedor, uno de los mejores países que he conocido. Mantiene esos valores que te comentaba antes.
P: Llagostera, luego llamado Costa Brava, casi para cerrar capítulo.
R: Estuve tres meses con el ascenso a Primera RFEF, que fue mi puerta para entrenar y competir. Terminé contrato en diciembre en Japón y me vine a España de vuelta. Empecé a entrenar con ellos en febrero o marzo. En mayo me preguntó el mister si me interesaba jugar esos cuatro meses con ellos. Fue un grupo muy bueno de compañeros, con competitividad. Jugué con ellos esos cuatro meses y después cambia el nombre a Costa Brava. Ese sí fue un año difícil de gestión de club. Año difícil para todos aunque tuvimos un buen grupo humano. Gracias a eso pudimos terminar la liga, porque llegó un momento en el que no sabíamos si se iba a poder terminar. Son experiencias que se se viven sobre malas o buenas gestiones.
P: ¿Qué diferencia percibes entre todas esas categorías y la Primera RFEF?
R: Te vas dando cuenta de que el poder adquisitivo en el nivel de gestión es muy diferente con respecto a Primera División. Al final el Oviedo es un club de Primera por todo lo que genera. A nivel de gestión sobre todo te das cuenta de las carencias que hay en otras categorías. Te ayuda a conocer otras cosas. Tú vienes de Boca de Primera División, y son otros mundos donde te lo dan todo servido. Con una llamada de teléfono lo tienes todo gestionado. Vas viendo que en otras categorías no es así. Necesitas mucho más tiempo, más cosas. En cuanto a calidad de juego, hay mucha. La mayoría han jugado en buenos clubes de jóvenes y por circunstancias del fútbol terminan jugando en una categoría o en otra. No pueden llegar todos Hay muchos con muy buena calidad.
P: Vemos este detalle en el Oviedo, que no sé si lo sigues…
R: Sí, lo sigo.
P: Hay un jugador como Abel Bretones, que hace tres tardes estaba en Langreo y hoy es pieza fundamental en el Oviedo. Si no le llega esta oportunidad quizá no hubiese tenido el foco para superar categorías.
R: Son circunstancias. Al final lo que uno ve es el campo de fútbol, pero hay muchas cosas detrás del jugador que uno no sabe. Con los años vas teniendo compañeros, vas conociendo experiencias y situaciones. La gente se pregunta por qué un chico no esté jugando más arriba. Pero hay circunstancias familiares, personales, emocionales, contractuales, físicas, que al técnico no le guste…hay un montón de factores dentro un jugador que la gente en general desconoce. No me gusta opinar mucho de algo de lo que no sé realmente qué hay detrás.
P: Me decía otro ex jugador que había decidido retirarse para dejar de ver “lo malo del fútbol”.
R: En lo personal puedes sentirlo. Ya me estaba costando motivarme. Hacía un esfuerzo cada vez más grande para entrenar. Si bien estaba en Badalona con un grupo de chicos y gente profesional muy bueno, me estaba costando. Tuve una semana de reflexión con mi mujer y mis familiares para ver qué decidía. Llegamos a una decisión, y hablé con el club, con el entrenador y se portaron súper bien conmigo. Les dije cómo me sentía. No estaba al 100% y no podía exigir a mis compañeros el 100%. Me gusta predicar con el ejemplo. Si no puedo entregarme en el campo no puedo exigir lo mismo. Decidí enfocarme y dedicarme a lo que venía preparándome.
P: Te interesa el fútbol formativo. ¿Estás listo para el siguiente nivel?
R: Estoy en ello. Ahora estoy con el fútbol formativo y viendo poco a poco alternativas también. Es ese momento de preparación y capacitación para, cuando toque, estar lo más preparado posible.
P: En Oviedo recuperar ex jugadores para determinados puestos.
R: Me interesaría, seguro que sí. Es un club en el que me trataron muy bien y he estado muy a gusto. Es lindo estar en un club donde la gente te ha tratado bien con una afición muy grande. Yo a Oviedo lo considero un club muy grande. Deseo que le vaya siempre bien.