“Los compañeros en Oviedo, la gente en Oviedo, los hinchas, las muestras de cariño. Me ayudó todo muchísimo”. Mateo Corbo tuvo un paso por el conjunto azul más corto de lo que él hubiese querido. La llegada de Tabárez al Tartiere también traía consigo la de un lateral izquierdo uruguayo. Pero líos ajenos al jugador le dejaron en espera una temporada hasta que pudo firmar. Cuando aterrizó Tabárez ya no estaba, y le tocó convencer al cuerpo técnico de su valía. Una vez titular una lesión y una dura circunstancia personal lo alejaron del verde. Corbo siguió su carrera en países como Inglaterra, Paraguay o Australia.
PREGUNTA: ¿Cuáles fueron los entresijos de tu fichaje?
RESPUESTA: No se si te acordarás, pero fue todo un poco problemático. Hubo problemas entre los clubes. Tenía a Paco Casal que era quien me traía. Hubo problema entre él y los clubes y no vine cuando tenía que venir. Por decisión mía me vine para el Oviedo. Ahí empecé con Luis Aragonés. En realidad no le conocía. Habían cambiado al entrenador porque estaba Tabárez. Por suerte le gusté cómo estaba jugando y decidió que me quedara allí en el Oviedo.
El Oviedo me había comprado, y lo que me dijo Luis Aragonés era que no me conocía, por supuesto. Luis me dijo que me iba a ver, y si no convencía me iban a ceder a otro equipo para poder jugar. Recuerdo que el primer partido fue contra el Athletic de Bilbao. Le gusté y por suerte me pude quedar ahí en Oviedo.
P: Empezaste jugando. ¿Te sentías cómodo y adaptado al juego español?
R: Siempre cuesta un poco, pero me sentía bien. Era joven (risas) y por suerte empecé jugando. Después por una lesión estuve unos meses parado, que me tuvo al margen. Y me tocó volver a empezar. Ahí sí que me costó un poquito más porque perdí físicamente. Finalicé la temporada no jugando todos los partidos pero sí estado en el plantel.
P: Una temporada también por tus circunstancias personales. Aparte de la lesión sufriste también una tragedia personal. ¿Cómo afrontaste mentalmente todo aquello? Porque te vino todo de golpe.
R: Fue complicado. Era joven, estaba lejos aquí de la familia. Después por suerte vino la familia a acompañarme. Luis Aragonés me ayudó mucho. Estoy muy agradecido a Luis, al grupo. Todos los compañeros del Oviedo que estaban allí en ese momento la verdad es que me ayudaron muchísimo. No me quiero dejar ninguno. Juan González, Dely Valdés, Unzúe, Esteban, Pompei…en realidad fueron todos. Algunos más, otros menos, pero me apoyaron todos. Estuvieron conmigo y eso me ayudó mucho. La verdad es que había un grupo muy lindo, y por suerte también tenía un entrenador que era un fuera de serie. Me sirvió muchísimo. Hablábamos y me decía cosas que a mi me servían mucho. Y también el aporte de la familia era importantísimo.
P: Sí que recuerdo la ovación que te dio el público el primer partido que jugaste en el Tartiere después de todas estas circunstancias. ¿Tienes presente el calor de la gente?
R: Sí, fue un partido contra el Barcelona allí en Oviedo. Me da la oportunidad de entrar Luis Aragonés. Por suerte íbamos ganando 3-0. La verdad es que me metió en el campo en el momento en el que me tenía que poner. Para mi fue algo hermoso. Fue muy lindo. tengo muy lindos recuerdos. Me hubiera quedado en el Oviedo unos cuantos años más. Lo que pasa es que luego hubo una decisión más que nada técnica cuando vino Antic. No me quiso y me tuvo al margen. No tengo un buen recuerdo de él. Ahora ya se fue, pero no me quedó en lo futbolístico una buena experiencia con él. Me salió una opción en Inglaterra. Me fui y por suerte me salió bien allí. Dejé muchas amistades en Oviedo, mucha gente amiga. De haber tenido la oportunidad me hubiera quedado allí.
P. Básicamente lo que te vino a decir Antic es que iban a jugar “los míos”, los que había traído él.
R: Sí, básicamente (risas). Ya ese entrenador vino con sus jugadores. A mi no creo que me conociera, ni jugando ni nada. Cuando vino ya vi que no me iba a quedar. Uno sabe, por el trato, por lo que le dicen, que no se va a quedar. Me dijo cosas que quizá no quise escuchar en su momento. Pero uno, como empleado que es del club se aguanta algunas cosas. Me obligó un poco a irme, pero yo no me quería ir del Oviedo.
P: Terminas en Inglaterra pero podías haberlo hecho en Valladolid.
R: Por suerte había unos cuantos equipos a los que podía haber ido. Lo que pasa es que la opción de Inglaterra económicamente me servía. Y es un lindo fútbol, que se adaptaba un poquito a como yo jugaba también. Allí estuve dos años muy bien. Después estuve en otros países, pero tuve una linda experiencia en Inglaterra.
P: Por tus características de juego sí que parecía que ese estilo de fútbol inglés se adaptaba a tu estilo “bravo”, si lo puedo calificar así (risas).
R: Sí. Cuando yo fui era un estilo de fútbol más duro. No te sacaban amarilla porque sí. Era un estilo que a mi me gustó. Todos jugábamos más duro, a un estilo más concreto, más frontal. Pero igualmente fue una experiencia inolvidable lo que viví acá jugando contra el Barcelona, yendo a campos como el del Espanyol y jugando contra todos los equipos de aquí. El fútbol español también era un sueño. Hablando futbolisticamente el entorno fue mejor aquí, pero en Inglaterra en ese momento también me adapté un poco mejor porque me dejaban ser un poquito más duro.
P: En Australia la liga estaba prácticamente en pañales cuando tú vas.
R: Recién ese año se había hecho profesional el fútbol. Me acuerdo de que también en Sydney cayó York, el del Manchster United. Lo pasé muy bien, no me puedo quejar. Había un grupo muy bueno. El entrenador era inglés y ya me conocía. Fue el que me llevó. Después me fui a Paraguay, al Olimpia. Salió campeón de la Copa Sudamericana. Pasé por Uruguay y luego de vuelta a Inglaterra, a Oxford. Aquel equipo lo dirigió Ramón Díaz, que ahora está en el banquillo del equipo árabe que se enfrentó al Real Madrid. Conocí mucha gente importante. Y era muy buen entrenador también. Te quiero repetir esto del entrenador porque quiero que quede claro que a Luis Aragonés le estoy muy agradecido (se emociona). Me dio mucha pena cuando me enteré de su fallecimiento. Estaba en Uruguay.
P: Te aportó mucho en lo personal. ¿Cómo era el Luis entrenador?
R: Un hombre derecho. Te iba con la verdad. Hablando de cara. No te hablaba de cualquier cosa. Sabías que tenía razón en lo que te decía, que era verdad. No te decía una cosa un día y al otro día la contraria. Era un hombre de palabra, con código, con principios. Un fenómeno. No lo voy a descubrir yo (se vuelve a emocionar). Sabía muchísimo de lo que era el tema del fútbol. Quien no le escuchara era porque no tenía dos dedos de frente. Era un genio para escucharlo. A mi me agarró de joven y me sirvió de mucho. Cosas que me dijo él me quedaron muy grabadas. Y cosas que hacíamos en los entrenamientos.
P: ¿Cuál es el mejor momento con la camiseta del Oviedo?
R: Creo que el mejor momento fue la vuelta. No esperaba el recibimiento que me dieron. Pero no sólo me lo demostraban allí. También en la calle, en el día a día. La gente que se entera de que he jugado me trata con un cariño que para uno es especial. Y ahí en Oviedo a la generación que estuvo con nosotros, apoyándonos, le estoy muy agradecido.
P: Ahora todo tiene más repercusión en los medios y se puede conocer por distintas vías, pero en aquel momento no era fácil saber que Mateo Corbo tuvo cierta fama en su país.
R: Sí, y eso que en Uruguay jugué poco la verdad. Jugué más fuera que en Uruguay. De profesional estuve básicamente dos años en el River uruguayo. No estuve ni en Peñarol ni en Nacional. Estuve dos años y enseguida salí. Para los jugadores en Uruguay se centra todo el fútbol en Montevideo. Por el fútbol hay pasión y si juegas en un equipo eres conocido sí o sí. Estuve preseleccionado para jugar Copa América en Uruguay. Sí que fui conocido, pero no al nivel de alguno que juega en Peñarol o Nacional. Por el fútbol te conocen en todos lados.
P: Hay un dato curioso en el Oviedo. El primer país fuera de España en aportar más jugadores a su historia es Argentina, y el segundo Uruguay.
R: La verdad que no lo sabía. Somos pocos pero en el acumulado siempre aparecemos. No sé cómo en todos los equipos suele haber algún uruguayo (risas). Es un misterio. Me alegro de que vaya gente a Oviedo y se vaya a dejar la piel por el Oviedo. Que se dejen todo por el Oviedo, que se merece estar arriba. Estuve viendo partidos cuando se bajó y casi desaparece, y me alegra verlo ahora que está compitiendo profesionalmente siempre con la chance de poder subir. El Oviedo tiene que estar en Primera. Ojalá lo logre algún día, yo creo que sí.
P: El último uruguayo del Oviedo ha sido Gastón Brugman. No sé si lo conoces o has tenido la oportunidad de hablar con él.
R: No. La verdad es que cuando dejé el fútbol me aparté. Porque están las cosas lindas del fútbol y las cosas malas del fútbol. Preferí no vincularme más y hacerlo en otras cosas. Se puede vivir de otras cosas, y vivir bien.
P: Ahora estás en Madrid. ¿A qué te dedicas?
R: Tengo un negocio familiar en Uruguay. Mi tío y mi primo están ahí. También tengo una inmobiliaria aquí. Estoy viviendo tranquilo y disfrutando en España. Siempre dije que iba a volver para quedarme. Me siento muy cómodo. Tengo dos hijos y quería que hicieran todos sus estudios en Madrid.
P: ¿Sigues el fútbol en la televisión o lo abandonaste?
R: Sí, lo veo. Es más fuerte que yo aunque no quiera. Sí que me cansé de lo malo que tiene el fútbol. Lo malo no lo veo, soy un hincha más. Disfruto del fútbol y de ver los partidos, de la Champions League…de todo eso. De lo malo que se encarguen los que están dentro del fútbol.
P: ¿“Lo malo” tiene que ver con la política del fútbol y los despachos?
R: Sí, hay cosas de las que uno se entera estando dentro. Te pongo un ejemplo. Vas a ir un equipo y hablan mal por atrás y al final terminas en otro. También las cosas de los representantes. Hay mucho dinero en torno al fútbol. Cuando hay mucho dinero hay personas buenas y malas. Hasta ahí te puedo decir.
P: En Oviedo casi todo el mundo fue bueno (risas).
R: Sí, también estoy muy agradecido al presidente Prieto. Siempre me llevé muy bien con ellos, no tengo nada malo que decir. Si me hubieran dejado quedarme en el Oviedo, yo lo hubiera hecho contentísimo.