Los más veteranos recordarán a un extremo rápido y hábil que se movía por la banda izquierda, que se hizo notar en el Racing de Santander y que despuntó en Mallorca y Valencia antes de agotar su fútbol de Primera de vuelta a casa, Santander. Por el camino vistió la camiseta de la Selección.
Como entrenador pisó campos de Segunda B antes de obrar un primer milagro en Tenerife, al que sacó del pozo y devolvió al fútbol profesional. En Cádiz se convirtió en un icono. Precisamente allí hacemos parada.
Jesús de la Sierra, director deportivo y scout que conoce muy bien a Cervera, le define como “posiblemente el mejor entrenador de la historia del Cádiz. Una frase que ya suena manida pero es una afirmación por resultados y por esencia. Más que un entrenador, fue una figura casi mítica en el banquillo, algo que sólo el tiempo otorga a los elegidos. Protagonista de dos ascensos; de Segunda B a Segunda y de la categoría de plata a Primera División. En todo su periplo cadista (desde el 18/04/2016 hasta el 11/01/2022, dirigiendo un total de 258 partidos) fue la herramienta más importante dentro de la parcela deportiva con plantillas donde la calidad de los jugadores no era ni el mayor ni el mejor arma del conjunto cadista. El lema «la lucha no se negocia» fue el ingrediente primordial de la esencia de su concepción del fútbol. Jugar para ganar pero con equipos diseñados para defender lo mejor posible y buscar la velocidad para sorprender al rival. Una filosofía que le sumó muchos detractores (aficionados que no compartían esa forma de jugar al fútbol)”.
Otro de los aspectos por el que se conoce a Cervera es por su carácter y marcada personalidad. Asume De la Sierra que “Álvaro Cervera es un entrenador algo maniático, con un comportamiento a veces poco dado a la confraternización, pero eso le ofrece una barrera de respeto máximo para con el futbolista”.
Un aspecto sin duda en el que habrá un foco es en la parte de entrenamiento y la preparación física, algo que había entrado en discusión en la etapa de Bolo. “En sus entrenamientos, en la parcela táctica, él es la figura indiscutible. Aunque está bien secundado por su segundo, Roberto Perera. Solo él habla, solo él decide. El desgaste fue su principal enemigo en Cádiz. Eso, y según su opinión, la pérdida de autoridad que la directiva le hizo en un caso de régimen interno por un inadecuado comportamiento de algunos jugadores en un caso extradeportivo”.
En este momento de incertidumbre en lo deportivo y de falta de resultados en lo clasificatorio se presumía necesario un cambio de mentalidad, en la búsqueda de reacción a partir de una figura capaz de elevar el estado anímico del jugador, frustrado por no responder a las expectativas.
Según Jesús de la Sierra “el Oviedo ficha a un gran entrenador. Pero sobre todo a un líder, a un técnico que con su sola presencia llena el banquillo y la sala de prensa. Que nadie espere un fútbol preciosista, pero sí, muy presumiblemente, resultados y un conjunto con mucha personalidad. Un reflejo del propio Álvaro Cervera”.
Nos atiende Diego Copano, más conocido en diferentes plataformas como DiegoCadista, que considera a Cervera un «entrenador meticuloso, sobre todo, o en exclusiva diría yo, en los aspectos defensivos. El orden lo lleva a rajatabla. Quien se sale de ese orden no juega. Su fútbol es defensivo. Él lo dirá en varias ocasiones, no se esconde. Sabe leer muy bien los partidos, y consigue ganarlos con sus decisiones. Suele jugar con un 4-2-3-1. También le hemos visto con el 4-4-2 clásico, pero no suele ser habitual. El ataque lo trabaja poco o nada. Más bien deja todo al libre albedrío de los de arriba. Una vez tengan el balón en 3/4 partes de campo, les deja libertad. Sobre todo, le gusta que el equipo entre por banda. Por el centro poco, ya que ahí se suelen dar pases arriesgados, y lo primero es el orden defensivo. A la hora de sacar el balón de atrás, si hay presión del rival, suele salir en largo, con pocos riesgos, e intentar ganar las segundas jugadas.
Puede parecer muy defensivo, y lo es, pero cuando eres tan bueno atrás, llegan buenos resultados, y todo hace que funcione mejor. Como persona, de cara a la afición es un 10. De cara al vestuario… No me gustaría tenerlo de entrenador. Poco hablador, y si tiene que decir que los que tiene no valen, lo dice. Si le dan tiempo, arma un equipo fuerte, que estará en Segunda arriba, con poco presupuesto. No lo necesita».
Con Cervera comienza el nuevo Oviedo, un equipo al que recuperar para la causa con una plantilla que seguramente no se ajuste a las características que demanda el nuevo mister. No obstante se le conoce por adaptarse a sus jugadores para guiarlos en un plan de juego intenso y sin demasiadas florituras. Tendrá algo menos de una semana para preparar su primer choque con el roster carbayón. La cita en el Tartiere el próximo lunes ante un Málaga que quiere salir de la sala de Urgencias para ser llamado a planta.