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PORTEROS

FEMENIAS: Titularísimo contra viento y marea. Luces y sombras para un portero que lo jugó todo y al que Ziganda le concedió el escudo del inmortal. Favorecido por una de las mejores defensas del campeonato, sus números le han llevado a ser el tercer guardameta con mejor coeficiente de la competición. Termina contrato y lo que se sabe que es el director deportivo saliente firmó a otro portero antes de irse.  

TOMEU NADAL: Quiso vestir la camiseta azul tras su paso por el Albacete, donde llegó a ser de los guardametas más valorados de la categoría, pero se topó con una portería con dueño. A pesar de no contar con minutos, con la salvedad del partido en Andratx, se la ha visto implicado cien por cien en la dinámica y favoreciendo la armonía entre porteros. 

DEFENSAS

DAVID COSTAS: Apostó por un retorno a Oviedo después de un año en blanco en Vigo. Enseguida despejó las dudas de su estado físico imponiéndose sobre el colectivo en modo icónico en algo más de la primera mitad de la temporada. Físicamente y mentalmente sostuvo al equipo en una parcela que había sufrido mucho en tiempo reciente. El equipo pudo jugar unos más adelantado gracias a su referencia. Lideró la defensa y junto a Calvo formó una de las parejas de centrales más solventes de la categoría. 

DANI CALVO: Central experimentado que pudo ser uno de los “robos” del mercado veraniego. Rubén Reyes se adelantó para hacerse con los servicios de un defensa que creció en el transcurso de la temporada hasta ser de los jugadores más en forma en el tramo final. Algo lento en agosto, imperial en mayo. Manejó bien los duelos, crucial en los balones por alto y sin estrías en su juego, el equipo le debe un gallifante por su extraordinario tramo decisivo del campeonato. 

RODRI TARÍN: Refuerzo del mercado invernal obligado por la salida de Alejandro Arribas rumbo a Mexico. Dejó Leganés por un proyecto ya arrancado consciente de que sería el tercer central. En el no demasiado tiempo de juego que disfrutó se pudo ver a un defensa concentrado, rápido y perfectamente compatible con el tipo de dibujo que quisiese implantar Ziganda. Con Calvo, Costas y Tarín el Oviedo cuenta con una parcela muy bien cubierta de cara al próximo curso. 

LUCAS: Temporada de respuesta para el canterano en su puesto natural. Tras haberse desempeñado y ganado la confianza del Cuco en el carril opuesto, Ahijado tenía ante sí la oportunidad de reivindicarse como lateral derecho. Comenzó jugando hasta que la pausa preceptiva por acumulación de tarjetas y pequeñas molestas le ofrecieron cierta continuidad a Carlos Isaac. Lesionado de cierta consideración en el tramo final, pudo llegar al partido decisivo contra el Ibiza. Moderado en sus incorporaciones, se centró más en cerrar una banda tradicionalmente exigida. 

ISAAC: Lateral a préstamo del Alavés que vino a Oviedo a arrancar minutos en la categoría después de tener buenas actuaciones en Mendizorroza. Le costó entrar y como en los partidos, fue de menos a más en la temporada, manteniendo la tensión en su zona y proyectándose en ataque. Lucas recuperó su puesto estando sano seguramente en la preferencia de su fortaleza defensiva. Puede que rinda mejor como carrilero largo con menor exigencia en la vuelta. 

BOLAÑO: Ejercicio de profesionalidad el del defensa cántabro. Había sido importante en el pasado reciente oviedista, pero los fichajes de nuevos centrales y su edad invitaban a pensar en que el camino de Christian sería otro esta temporada. Referente del vestuario y conectado con la afición, su presencia ha sido clave como pegamento de un grupo sin fisuras. 

CORNUD: Apuesta para el lateral izquierdo de Reyes, que le dio la alternativa en su primer gran proyecto en Segunda tras su estreno en el fútbol profesional en las filas del Sabadell el curso anterior, donde fue de los más destacados. Comenzó con ciertas dudas e inseguridades provocadas por el cambio a un escenario más amplio, aunque poco a poco se fue acoplando hasta convertirse en uno de los laterales de mayor proyección ofensiva. Ha corregido sus imprecisiones en el ida y vuelta, tiene margen de mejora. 

MOSSA: Asumió su condición de lateral izquierdo suplente y cumplió con su cometido, aportando su conocimiento del juego, del escudo y de sus limitaciones actuales. No es el escudero que fue de Berjón, pero sí que tuvo sus llegadas y centros. Finaliza presumiblemente su etapa en el club, para el que quedará un póker de buenas actuaciones y goles para el recuerdo. 

CENTROCAMPISTAS

JIMMY: Que la desaparición en los últimos partidos de la temporada no ponga tierra sobre la gran temporada del canterano. Jimmy sostuvo al equipo cuando los llamados a ser titulares no estaban en condiciones de pisar el verde, creciendo cada jornada en peso específico en el equipo, tanto posicionalmente como a la hora de oxigenar. Con la inclusión de Luismi en una suerte de trivote no se le vio cómodo, teniendo que ejercer como interior en espacios menos aprovechables para sus condiciones. Nota positiva de la temporada.

BRUGMAN: Poco se sabía de este centrocampista uruguayo que hace casi una década estuvo a punto de firmar por el Atlético de Madrid. Una grave lesión le impidió aterrizar en la liga española, y ha tenido que llegar como futbolista maduro con una trayectoria amplia en la siempre exigente competición italiana. Se ha descubierto a un todocampista, capaz tanto de responder a la llamada de auxilio de los centrales como de mostrarse en la frontal del área rival. Ha ido ganando confianza e importancia crucial en el juego del equipo, como generador, asistente en pelota parada o lanzando a portería. El mejor fichaje de la temporada que viene sería la recuperación de Brugman, quizá llamado a jugar en una categoría superior. 

LUISMI: Como Berzin en el Mortirolo, Luismi entró al equipo a tirones debido a una progresiva puesta a punto. Jimmy cubrió su puesto con solvencia y Ziganda optó por dotar de mayor confianza al gaditano con un trivote que en realidad no funcionó. Es fundamental en el juego posicional del equipo, como hélice entre la defensa el ataque y punto rojo de anclaje. Ha estado algo errático en pases sin dificultad aparente aunque nunca se ha venido abajo. Concentrado y con mirada afilada. 

MIER: Gozó de la confianza plena de Ziganda, que le ve en distintas posiciones y no duda en emplearlo por encima de jugadores con mayor bagaje y nombre. Ha sido recurso habitual para los partidos fuera de casa como acompañante de Bastón. Se valora su entrega y su capacidad de llegada. Seguirá siendo importante si el entrenador navarro continúa. Un valor estable para el Oviedo. 

BORJA SÁNCHEZ: El mayor talento que vistió de azul esta temporada. Con eso se dice todo. Borja se ha afianzado en el costado izquierdo del ataque y se ha desfondado por el equipo. No dejó de pedir la pelota al pie cuando el Sol más calentaba y formó una interesante conexión con Pierre Cornud. Definitivo en el juego de ataque, repartió asistencias y anotó goles. Su futuro depende de lo alto a lo que él mismo quiera llegar. Eso se pensó siendo juvenil y se mantiene. 

VITI: Récord de minutos y mejor balance a todos los niveles para un jugador que a principios de agosto se veía fuera de la disciplina del Oviedo, incluso en una categoría inferior. Se fortaleció físicamente con un trabajo intenso que dio sus frutos. Veloz, primer recurso en la primera fase de la temporada partiendo desde la banda, se aferró a la titularidad y no la abandonó. Con el balón en los pies el ataque se aseguraba un “algo puede pasar”. Noticia fabulosa para un equipo en crecimiento. 

SANGALLI: Fue una vez futbolista esencial en el Oviedo de Ziganda, no hay que olvidarlo. El COVID y la tardía puesta a punto frenaron su activación, relegando al donostiarra a un papel prácticamente residual hasta el tramo final de la temporada, cuando el entrenador navarro le dio las fichas de juego. Claramente superado por las excelentes prestaciones de Viti, Sangalli ha aparecido para jugar como le dibujó el cuerpo técnico en el papel para la nueva etapa. En su tiempo en el verde ha sido un interior con orden de reestructurar el ataque recorriendo el campo de banda a banda, y por momentos se intuyó al centrocampista que fue.  

POMBO: El zaragozano tiene fútbol, y mucho, en sus botas. Tampoco ha conseguido el Tigre en esta etapa en Oviedo los minutos suficientes para enseñarlo. Comenzó entrando como refresco en los minutos de mayor calor, y con el paso de las jornadas su tiempo fue recogido por Joni Montiel o incluso de Hugo Rama. Su presencia en el último tramo ha sido prácticamente nulo. No obstante se le ha notado muy implicado en el grupo.

RAMA: Rubén Reyes aprovechó “una oportunidad de mercado” para hacerse con los servicios de un centrocampista muy completo con protagonismo decreciente en Lugo. Capaz de jugar en distintas posiciones, de recorrer grandes espacios y de concluir jugadas, no terminó de encajar en el esquema de Ziganda, con una fuerza humana muy definida. Con meses de rodaje en la capital del Principado su mejor versión está por llegar. 

MONTIEL: De candidato a abandonar la nave azul en enero a convertirse en imprescindible. En la cabeza del director deportivo había una idea clara con respecto a Joni Montiel que no se consumó en la realidad. Aquejado de COVID, de una lenta recuperación e indefinición personal en espacio, lugar y tiempo, Ziganda no le encontró acomodo y los dementores llamaron a su puerta. Un par de charlas y algo más terminaron de asentar mentalmente a un jugador que con protagonismo y buenas actuaciones se ganó el respeto del entrenador y de la afición. 

JIRKA: Viendo al eslovaco en el césped se le presume precisamente todo lo que venía en el informe de Reyes. Extremo veloz, con llegada y solidario en el esfuerzo. Tuvo sus ocasiones para dejarse ver, pero las desaprovechó hasta desaparecer de las alineaciones. La última vez que apareció en el verde ejerció como delantero. Jugador aprovechable si se sabe dar con la tecla correcta.

DELANTEROS

BORJA BASTÓN: Bastón encontró en Oviedo el ecosistema perfecto para recuperar su alma goleadora, perdida en alguna parte y recuperada para la causa azul. Siete temporadas después iguala su mejor registro anotador, con 22 goles en un puñado de minutos menos que los obtenidos con la camiseta del Zaragoza en aquél curso futbolístico mágico. La extraordinaria temporada del 9 permitió al equipo carbayón soñar con el playoff. Las lágrimas del último partido resumen el compromiso que mantuvo con el Oviedo, rechazando la opción de jugar en Primera en la venta de enero. 

OBENG: Un delantero con ocho goles en Segunda suele gozar de mayor “hype” que el delantero ghanés, que comenzó el curso a un gran nivel. Bajó sus prestaciones goleadoras, que le hubiesen llevado a otro nivel, para normalizar su juego no rehuyendo nunca el despliegue físico y la ayuda en la primera línea de presión. Tiene margen de mejora, y si es capaz de avanzar en la toma de decisiones finales, la temporada que viene sus números serán también del agrado de la parroquia oviedista. 

MATHEUS: Delantero que venía con ciertas credenciales tras su paso por el Mirandés, donde dejó buen sabor de boca. Aquí no se le ha visto demasiado, con una presencia condicionada por un esquema que no le favorecía. En esa franja de los 15 últimos minutos ha vivido todo el año, algo que no es sencillo para un jugador de ataque que vive del gol. 

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