El Oviedo vence pero el Girona le aparta del playoff

No se produjo la carambola y el Oviedo se queda fuera del playoff. Fue un partido complejo para los azules. Con una hinchada sentada en los asientos azules como en los mejores tiempos, y un ambiente propicio para mecer la victoria, al equipo de Ziganda se le atragantó el choque como un polvorón seco y duro. 

Sin demasiadas sorpresas en la alineación carbayona, salvo el retorno de Lucas a lateral derecho en detrimento de Isaac. Era previsible que los locales saliesen con una marcha adicional, tratando de reventar la contienda desde bien pronto. Los primeros quince minutos se parecieron en gran medida a la jornada contra el Zaragoza, con la salvedad del gol tempranero. Lo intentó el Oviedo, en el que Borja Sánchez se empleó a fondo. Lucas a duras penas superaba el mediocampo, con la consigna de proteger su banda, quizá una factura pendiente en los últimos partidos. Mossa sí se dejaba ver, tirando unos metros por delante su área de influencia. 

Jémez fue fiel a su estilo, dibujando un equipo con vocación ofensiva y con múltiples permutas. Rubén González saltaba a la mediapunta y Guerrero se desplazaba, haciendo perder el sitio a Luismi. Esa movilidad de la medular mutó a pesadilla en la tarde ovetense. Poco que hacer tenía Ekain, pero se fajó a conciencia con Costas. La defensa sufrió lo indecible con las transferencias de espacio, las apariciones cruzadas y la necesidad de aupar el balón. 

Fue Borja Sánchez, pluriempleado, el que abrió la cuenta tras vencer la resistencia de Morillas y enfrentando a Álex Dominguez al que superó de una vaselina de talento. Con el tanto no apareció la tranquilidad ni mucho menos. Un Oviedo descosido no retenía posesión. Acercamientos y ocasiones tenía, y el desgaste se hacía evidente. El Ibiza iba con el empeño especial de enviar balones a las bandas, donde Miky y Cristian debían presentarse en la frontal. 

El nerviosismo fue en aumento. La tarde de móvil con escasa o nula cobertura provocaba aun todavía mayor desasosiego en la hinchada, que seguía creyendo. Y a todo esto que mientras un aficionado podía ver en su pantalla 4G una oportunidad clarísima del Burgos, se perdía lo que sucedía en el verde con el error grosero de Brugman en la salida de balón dentro del área, que fue aprovechada por Claverías para la igualada. El uruguayo mostró un ímpetu especial en remendar el error, queriendo balón y pase. Una jugada hilvanada por Brugman de inicio terminó en la banda izquierda donde Mossa efectuó un centro de escuela al segundo palo, desde donde Bastón fusiló de tiro raso. 

El encuentro lejos de sostenerse se deshizo por completo, el Oviedo se resquebrajó y el Ibiza lo aprovechó. Femenías había sacado un par de manos salvadoras, y el grito asustadizo removió los asientos. Los de Jémez tomaban la medida, y el traje se lo puso Davo con un golazo a la escuadra. El atacante asturiano no quiso hacer más sangre y no celebró, aunque sí que pudo ponerse otro traje de repuesto. Correcalles sin sentido, pases defectuosos y cambios que tampoco aportaban. Ziganda había retirado en la bondad a Obeng y Viti, y tuvo que recurrir en la oscuridad a Matheus y Montiel ante la escasez de armas ofensivas. Parecía todo perdido sin necesidad de mirar a El Plantío cuando el VAR avisó al colegiado de unas manos dentro del área ibicenca. Nadie lo vio y nadie protestó. Bastón ejecutó la pena máxima y dio in extremis una victoria que no sirvió ante el empate conseguido por el Girona. Se debe aprender mucho de esta temporada, de lo acontecido en los despachos y en la magia teñida de azul que se desprendía de un Tartiere en mejores galas. Cuando se quiere al aficionado dentro y se le busca, se le encuentra. 

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