Manuel Pombo es un reconocido preparador físico, que ha acompañado a Fernando Vázquez como hombre de confianza. El destino de Vázquez le llevó a un Oviedo de Primera División. En la actualidad se mantiene como uno de los preparadores físicos de mayor prestigio y ejerce la docencia universitaria.
PREGUNTA: Llegas a Oviedo de la mano de Fernando Vázquez. ¿Qué recuerdos te deja tu paso por el club?
RESPUESTA: Fue el primer gran club al que salíamos desde Galicia. Fernando y yo habíamos trabajado, entrenando siempre en Galicia. El Oviedo era un primer gran equipo con grandes jugadores, Teníamos inicialmente un reto muy importante porque sabíamos que era un club de Primera División y quedar de media tabla para arriba era uno de los objetivos. El Oviedo para nosotros fue ese primer paso en esa carrera profesional. Disfrutamos realmente de tener una muy buena plantilla, teníamos jugadores de gran calidad, como Peter Dubovsky que en paz descanse, Paulo Bento, Dely Valdés…jugadores que tenían una calidad muy buena. A Esteban le dimos la titularidad y empezó a ser ese gran portero que fue toda su carrera profesional. Esta de Oviedo fue nuestra primera salida y tuvimos la suerte de tener una muy buena temporada. Faltando tres o cuatro jornadas el equipo ya estaba salvado. Fue una satisfacción para nosotros haber entrenado al Oviedo.
P: Hablas de ese reto que suponía entrenar a este equipo con historia y una afición fiel.
R: Uno de los primeros aspectos que notamos fue la afición del Oviedo, que viajaba con el equipo. Era un poco nuevo para nosotros ver a tanta gente en los desplazamientos. Realmente ayudaba mucho al equipo. En la ciudad había un pulso siempre entorno al fútbol, al equipo. La gente estaba preocupada en el día a día, semana a semana. Es una afición que vive cada día y cada semana lo que está ocurriendo dentro del equipo.
P: Después de Oviedo fueron más equipos y otras exigencias. Dentro de la evolución del propio fútbol ¿en qué ha cambiado el trabajo y la preparación, esos puntos sobre los que antes no se incidía y que ahora pueden ser importantes?
R: Siempre fuimos bastante avanzados. Tanto Fernando como yo estábamos al día en literatura inglesa y todo lo que se publicaba, junto a nuestras propias ideas. Cuando entrenábamos al Oviedo hacíamos entrenamiento de fuerza en el campo, algo que se tardó años en hacer. Lo que para mi más ha evolucionado es que el jugador de fútbol ha sido capaz de mejorar la parte que le corresponde a él en lo que se refiere dedicarse cuerpo y alma a su trabajo profesional. El jugador sabe que debe tener una muy buena nutrición, que el entrenamiento le fatiga y tiene que gestionar bien la recuperación para el día siguiente o para el siguiente partido. Sabe que la mente es muy importante dirigirla, porque si nos damos cuenta el fútbol es un deporte en el que se pierde más que se gana. Perder y empatar no es un resultado satisfactorio al cien por cien, y durante una temporada hay que dirigir bien la motivación y concentración para saber dar cada día el cien por cien.
En relación a los entrenamientos el trabajo de fuerza ya lo teníamos incorporado, que en aquella época muchos equipos no lo tenían. Poco a poco en lo que ha ido evolucionando en los métodos de entrenamiento y preparación física es ir haciendo más trabajo específico de fútbol, y gracias a la incorporación del GPS podemos saber nosotros los preparadores físicos cuánta fatiga genera cada una de las situaciones de juego del entrenamiento para ir gestionando la fatiga de cada uno de los días de la semana. Esto nos ha ayudado a entrenar fútbol casi todos los días y poder recuperar al jugador para que pueda llegar al domingo con ese concepto de frescor y que cuando vaya a competir pueda sacar de dentro afuera todas sus capacidades.
P: Una temporada es muy larga, y existen los llamados picos de forma. Es muy difícil que un jugador se mantenga en el mismo estado físico por distintas circunstancias. ¿Cómo se trabaja en la planificación para que no se note esa diferencia entre los picos altos y bajos?
R: Inicialmente es un aspecto difícil, porque el fútbol es un deporte complejo, y una temporada tiene mucha complejidad. Lo que nosotros planteamos es que el equipo rinde bien cuando mínimamente tiene siete jugadores en alto estado de forma. Un equipo es una sinergia de jugadores. Los jugadores consiguen los objetivos del juego que es ganar partidos asociándose y relacionándose entre ellos. Digamos que el 70 ó 75 por ciento del éxito en el fútbol es técnico/táctico, porque a nivel técnico y táctico es como se solucionan los partidos, y para que no te metan gol. El mantener ese nivel de sincronía que tienen los jugadores durante una temporada no es tan sencillo, porque si nos planteamos que queremos jugar de determinada manera contra el equipo A y nos sale bien, a la semana que viene nos enfrentamos al equipo B, pero el equipo B tiene otra forma de ocupar el espacio, otra forma de robarnos la pelota en diferentes zonas. Sobre el mismo modelo con el que se trabajó contra el equipo A hay que saber luchar contra las potencialidades nuevas que le va a presentar el equipo B. Por eso el fútbol es una evolución, una transición durante toda la temporada del modelo de juego. Como si yo te digo que yo me enfrento a ti, y sé que eres más rápido que yo, entonces mi planteamiento sería que cuantas menos carreras que tengo contigo, menos voy a perder. Sin embargo en otro partido si yo soy más rápido que quien me toca mi planteamiento en el partido es hacer muchas carreras, porque más posibilidades tendré de hacer cosas. Cada partido para cada jugador y el equipo en general tiene un contexto diferente sobre un modelo de juego que el entrenador y el cuerpo técnico tratamos de imponer en el entrenamiento para que eso funcione como herramienta de partido. Pero sobre todo la sinergia entre los jugadores a nivel técnico/táctico es lo que hace que se consigan los objetivos en el juego.
P: Una cuestión es todo ese aspecto técnico, pero ¿hasta qué punto se tiene que trabajar también el aspecto psicológico para que ese jugador que no esté jugando o que no tiene la misma motivación que los que están siempre en el terreno de juego mantenga ese nivel de tono físico?
R: Eso ha evolucionado mucho. Antes te he comentado que el jugador es capaz de mantener un nivel de activación mucho más elevado independientemente de si es titular o suplente. Después nosotros, con los estudios del GPS sabemos que hay cierto tipo de estímulos que da en el partido que en el entrenamiento es difícil de conseguir. Ahí es donde tenemos digamos un pequeño hándicap desde el punto de vista de que entre semana el jugador que es suplente no va a tener la estimulación que da el partido, que es una estimulación máxima. Sentamos algunos tipos de entrenamiento que pueden llegar a simular el esfuerzo físico que tiene el jugador en el partido oficial, pero es muy difícil durante la semana simular el esfuerzo técnico y táctico que se tiene en el partido. Poco a poco vamos mejorando con ese concepto de intensidad táctica, que el jugador en cada entrenamiento sea capaz de estar cerca en cada entrenamiento de lo que es el propio partido a nivel técnico y táctico. Eso es una parte, y la otra es la propia gestión que haga el cuerpo técnico, y el entrenador como líder, de ese grupo de jugadores, para saber darle las oportunidades a cada uno, de dar lo que espera que le pueda dar su líder, su entrenador.
P: Otro punto de interés ahora que la liga en Segunda se está acabando, con el Oviedo en este caso peleando por entrar el playoff, es el tipo de entrenamiento a realizar. No sé en qué medida se puede tener en cuenta en la planificación esta circunstancia, pero en este momento ¿qué se debería trabajar más, la resistencia, la explosividad?
R: Lo más importante en un final de temporada en primer lugar es aceptar que los jugadores llegan con una fatiga de toda la temporada, porque en el transcurso de la misma se van generando pequeñas sobrecargas articulares, musculares. Digamos que jugar al fútbol activa más unos músculos que otros, genera más estrés en unas articulaciones que en otras. Eso se va acumulando durante toda la temporada. En esta parte final lo más importante es ser capaz de gestionar un entrenamiento que permita que el jugador llegue muy fresco a la competición. Estamos en una fase donde son importantes los factores de la recuperación y la construcción de entrenamientos donde el esfuerzo colectivo permita que el jugador tenga mucha más calidad en leer el juego y tomar decisiones. De alguna manera yo me centraría en estos dos aspectos, que lleguen muy frescos, y generar un entrenamiento semanal que permita ese concepto de frescura al jugador para competir al cien por cien. Y en esa sinergia entre los jugadores que se ha ido generando durante toda la temporada con el balón parado por ejemplo. Sabes que a principio de temporada tus compañeros nuevos tienen unos ajustes tácticos y técnicos y con el paso de la temporada los vas conociendo mejor, anticipas lo que va a hacer. Debes ser capaz de hacer esa sinergia final al cien por cien de estos aspectos que se han ido generando durante toda la temporada.
P: Importante ese factor de la nutrición. Ahora mismo se le mucha importancia a este capítulo. ¿Hay muchas modificaciones a lo largo de una temporada en la nutrición del jugador?
R: El Oviedo tiene la suerte de tener a Manolo (Rodríguez), que es un excelente médico. Es una persona con mucha experiencia y sabe gestionar muy bien todos los apoyos que le puede dar a la plantilla. Desde ese punto de vista lo que el cuerpo médico hace ver a la plantilla en primer lugar es cómo puede recuperar esa energía que gasta en los entrenamientos a través de la nutrición y ciertas técnicas de recuperación, y cómo podemos llegar al partido frescos con una alimentación que permita que nuestro cuerpo presente una disponibilidad máxima de sustratos energéticos. Al final el juego es energía que vamos a desarrollar. Necesitamos ciertos tipos de sustratos, y ya te digo que Manolo es una persona experta, con mucha experiencia y un médico excepcional.
P: Me llama la atención que ciertos jugadores como el caso de Benzema, con 34 años, hacen el entrenamiento normal con sus compañeros por la mañana y que por la tarde hacen por su cuenta un trabajo específico en su casa. ¿Es algo más habitual de lo que parece o está pensado para ciertos jugadores que lo necesitan?
R: El jugador en su modelo de preparación ha ido cubriendo cada vez más áreas, la psicológica o la nutricional. Tenemos dentro del área de la preparación física que el jugador cuando va a entrenar por la mañana con el club tiene dos tipos de entrenamiento, un modelo de entrenamiento físico que le va a ayudar a optimizar sus condiciones físicas, y otro tipo de entrenamiento que le permite prevenir lesiones. Este último entrenamiento el jugador tiene la opción de hacerlo por la mañana antes de entrenar, después de entrenar, o por la tarde. Son entrenamientos con una carga fisiológica reducida, y orientado sólo a las áreas que son susceptibles de tener lesiones. Nosotros lo que hacemos es aplicarle unos estímulos al organismo para que tenga ese concepto de durabilidad, que tanto los tendones como las articulaciones sean más resistentes a sufrir algún tipo de sobrecarga. Eso es lo que ido evolucionando mucho en e día a día de los jugadores, invertir en ese modelo de prevención de lesiones.
P: Otro de los aspectos que se suele comentar es el de la carga de partidos. En algunos casos se suele comparar con el tipo de competición del baloncesto de los Estados Unidos, donde se puede llegar a jugar cada dos o tres días. Aquí a no ser que se trate de un equipo participante en competición europea o con Copa del Rey de por medio, hablamos de un partido semanal ¿Podría darse el caso de que se pueda asumir con normalidad una competición con tres partidos semanales?
R: Es imposible en el fútbol. En el análisis que se hace el fútbol es el deporte en el que más proteínas musculares se destrozan. El fútbol al jugar sobre el césped y con las dimensiones del terreno de juego, acelerar, frenar, saltar, cambiar de dirección, se genera un trabajo excéntrico en el que nuestros músculos sueltan y pierden muchas proteínas. Necesitamos un mínimo de 48/72 horas para recuperar y reconstruir esas proteínas que se han perdido en el partido oficial. Cuando juego al baloncesto en un partido de competición la pérdida de proteínas musculares es menos de la mitad que las de un partido de fútbol. Esa es la relación que tienes que observar. En un deporte se puede volver a repetir la intensidad si puedes reconstruir tu estructura muscular, que es la que te va a producir el movimiento. Y el fútbol es el deporte más agresivo digamos en la destrucción de proteínas musculares.