Se rompe la racha con el empate en Málaga

El conjunto azul rescata un punto de un campo difícil. La dinámica de victorias se frena en la sexta seguida y toca seguir remando en las tres jornadas que restan.

El Oviedo recuperó la Sacavera para medirse a un Málaga muy necesitado de puntos, teniendo en cuenta el triunfo in extremis del Sanse en Fuenlabrada, y que comprime al máximo el descenso. Con el Fuenlabrada fuera ya de la ecuación matemática desde hoy, el asunto se ciñe a Amorebieta, Real Sociedad B, Sporting y Málaga.

En lo relativo al partido Ziganda ponía sobre el tapete al once más consolidado fuera de casa, con Brugman en su sitio.

Los primeros minutos los carbayones lucieron galones, tratando de hacerse imponer, aunque una vez que los andaluces consiguieron montar su dibujo el partido se llevó al terreno local. Ya se había advertido de que Guede acumula muchos jugadores en la parcela central, para circular el balón y contar con una rápida respuesta tras pérdida. Eso dificultó el radio de acción azul, al que le costaba hacerse con un hueco para activar el ataque. Se intentó por las bandas, donde Viti apenas asomaba y Pierre no se desplegaba. A pesar de ello, y de darles gran cantidad de posesiones, la defensa no sufrió. Gassama, hoy titular, vivió más cerca de su sombra que en zona de peligro, y fue bien sujetado por Costas. Calvo maduró más tensión, ya que recibía mayor atención por su lado. 

Ante el mediocampismo imperante gozó de importancia mayúscula la estrategia, donde se vislumbrada lo diferente, donde marcar diferencias. El Málaga dispuso de una ocasión de disparo flojo y poco más, salvo una acción errática de Femenías a la hora de sacar el balón que de paso impulsó corazones azules fuera del pecho.

Se notaba tensión, que atenazaba a los jugadores locales, de buen pie y capaces de armar ataques sólidos, que terminaban muriendo en la orilla. Ante la imposibilidad de hacerse determinante, Viti permutó su posición con Mier, que pasaba a jugar de interior para hacer de contrapeso a la carga de futbolistas en esa parcela. 

Como ha venido sucediendo se aguardaba al tiempo de sustituciones para elevar lo diferencial. Sangalli y Montiel al verde para lucirse y buscar espacios. En esos primeros compases se vio a un Oviedo más profundo, y el empuje retrocedió con el movimiento de Guede, contrafertando piernas frescas. Sin apuros a la vista tocaba darle otra marcha al encuentro, y al contrario de lo que se solía ver Ziganda optó por reconstruir su once hasta dotarle de un carácter ofensivo, quizá demasiado ante el control que se sugería. Y sí, el Oviedo dispuso de acercamientos peligrosos y algún disparo taquicárdico. Montiel hoy no sacó el conejo de la chistera, y el equipo pese a intentarlo acogió un punto que puede ser decisivo si se mantiene la intensidad en casa. Al Málaga este resultado no le sirve demasiado y tendrá que pelear en el conflicto. Los azules ofrecieron una imagen seria y ordenada, que ayuda a reforzar la idea de grupo. Toca refrendar el buen momento el lunes ante el Zaragoza.

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