El Oviedo mantiene su racha imparable después de una nueva victoria, esta vez en casa, frente a un Mirandés que había cogido una ola buena.
Tarde muy agradable para acoger un choque importante de cara a las aspiraciones de playoff del conjunto azul. Ziganda se veía obligado por cuestiones de salud a retocar la alineación. Con Lucas fuera durante una buena temporada por sus problemas en el sóleo era Isaac nuevamente el que enfilaba el carril derecho. La gripe había impedido a Borja Sánchez entrenar con normalidad y el Cuco optó por dejarle en el banquillo de inicio. Y mimos especiales hacia Brugman, al que se prefirió dar descanso a refugio entre los suplentes salvo necesidad.
Así las cosas la defensa recuperaba los nombres habituales, con Costas acoplado en su puesto. Mier formando el doble pivote con Luismi también era novedad junto a la inclusión de Sangalli en el interior derecho, moviendo a Viti a la siniestra. Arriba Obeng y Bastón.
Empezó bien el conjunto azul, dificultando que el Mirandés superase con eficiencia la primera línea de presión. Los errores propios, sobre todo en la parcela izquierda, permitieron una serie de avances en los que Obeng no anduvo fino. El Oviedo se aprovechaba del nerviosismo a la hora de hacerle llegar el balón a Meseguer para encimar el área rival. No voleó ni una sola vez en todo el encuentro hacia el encuentro de los delanteros. Y finalmente Obeng, después del desconsuelo por una clara ocasión desaprovechada, recibió un balón al espacio de Sangalli para acercarse a Lizoáin y batirle en un tiro raso. El ghanés había sido de los jugadores más activos.
El gol hizo que el Oviedo se echase un poco atrás y cediese el protagonismo al equipo de Etxeberría, que cuando Meseguer recibe se suelta y llega con facilidad. El 8 burgalés es de los mejores medio centros de la categoría y hoy volvió a reafirmarlo. No obstante las ideas se nublaban al llegar al borde del área, donde la colocación azul y las tomas de decisiones deficientes hacían morir los ataques con placidez.
Bastón, bregando fuera de su sitio en juego de espaldas durante la mayor parte del choque consiguió en ocasiones poner el pie dentro del área. Y Sangalli, incisivo, intentó rematar un centro desde la derecha y fue impactado con la plancha por un defensa. El trencilla decretó penalti previa revisión del VAR y de visualización en el monitor de campo. Bastón colocaba la pelota en un punto de penalti y fusiló al guardameta visitante. Los intentos previos de Sergio Camello para destrozar con los tacos la zona de lanzamiento resultaron en vano.
Hubo dos momentos clave a partir del 2-0, ambos a cargo de Femenías, que detuvo dos disparos del Mirandés que podrían haber devuelto a los de Etxeberría a un partido del que realmente nunca se escapó. Pasado el momento de susto, el Oviedo logró reubicarse y dar oxígeno. Mier hizo de Brugman para masajear el balón y entregarlo a banda. Luismi supo contener a un fallón Álex López y dotar de simetría al equipo.
El Mirandés fue el primero en mover piezas, dando entrada a Aguirre en detrimento de un anárquico Hassan. Aguirre centró su posición y el Oviedo tardó un rato en ajustar, tiempo que aprovecharon los visitantes para hacerse con el control. La respuesta de Ziganda fue inyectar a Rama y Borja Sánchez en lugar de Obeng y Viti.
Sangalli, que completó su mejor partido de la temporada, con llegadas y buenos pases, recordó al añorado futbolista de cursos pasados. Cansado cedió su lugar a Montiel, que juega en otra liga. El madrileño no debía llamar a la revolución como en ocasiones precedentes, sino amasar toda la posesión posible. Pero Montiel vive en estado de gracia. Al poco de ingresar se aprovechó de un despeje de un córner a favor del Mirandés para encarar en solitario cuarenta metros y finalizar de buen zurdazo raso. Alegría desbordante en las gradas y en el campo, donde se notó una especial conexión entre los jugadores.
Etxeberría intentó reengancharse al encuentro rápidamente con cambios ofensivos y dejando la zaga semidesnuda, lo que permitió al Oviedo manejar alguna que otra contra. Finalmente el asunto quedó como estaba y los carbayones logran una nueva victoria que mete mucha presión a Tenerife y Girona.