Gonzalo de la Fuente se sigue calzando las botas cada fin de semana defendiendo los colores del UP Langreo. Tiempo atrás dejó su Burgos natal para enrolarse en el Real Oviedo de Tercera, aquel que no se quiso dejar caer y que elevó sus pies desde el barro. La historia futbolística de Gonzalo se escribe en clubes históricos y de gran repercusión.
PREGUNTA: Lo primero es preguntarte por tu llegada al Oviedo.
RESPUESTA: Hubo bastantes condicionantes y al final fue un poco por todo. Tuvimos un año muy malo en Burgos. Yo ya venía jugando jugando un par de años en Segunda B y tenía cierta experiencia. Había sido capitán, tenía 23 años y pensaba que era una edad buena. Después de ese año en Burgos mi decisión era cambiar de aires, jugármela fuera, que siempre había estado en casa. Y ahí estaba el Oviedo, que tuvo la desgracia de no haber subido frente al Caravaca. Luego también fue importante Raúl, que lo había tenido en Burgos y las llamadas que me hizo, el interés que mostró. A través de Mata creo que también hubo un acercamiento. Había vivido en Burgos y estaba en Oviedo. Y a última hora José Manuel vino expresamente a Burgos a tomar un café conmigo. Vi que había muchos condicionantes y mucho interés. La verdad es que siempre había seguido al club y estaba en una etapa muy complicada. Aposté por ello a pesar de tener cosas de superior categoría porque me parecía muy atractivo formar parte del resurgimiento del club, como así fue. Costó un poco más de lo que debiera pero lo vi muy atractivo, crecer con un club de la dimensión del Oviedo. Para un chaval joven como yo era tener que crecer juntos y era súper ilusionante.
P: Tu primera temporada se culmina con éxito. Te presentas en Oviedo en Tercera en algunos campos que seguramente no eran los más apetecibles para jugar. ¿Cómo fue esa temporada?
R: Visto ahora en perspectiva yo era un chaval muy humilde. Tenía las cosas muy claras, de dónde venía y a lo que venía. Sobre todo lo que me encontré fue un grupo humano increíble. El grupo que formaron aquí los asturianos, más luego Dani Hedrera, Jorge Rodríguez…nos juntamos unos cuantos e hicimos una piña que a día de hoy seguimos siendo un grupo de grandísimos amigos. A través de los Diego, Mario, José Luis, Jaime, Chucho…bueno, espero no dejarme a ninguno, nos hicieron ver lo que era el club, lo que significaba, lo que representaba Asturias, etc. Nos impregnamos un poco todos de eso. Fue un año precioso por tener tanto éxito a pesar de ser la Tercera asturiana. Hicimos unos números muy buenos, y encima hacerlo con tus amigos como yo los considero lo convirtió en un año que nunca olvidaré.
P: ¿Fue más importante la generación de ese grupo por encima de cualquier otra circunstancia a la hora de alcanzar el éxito?
R: Bueno, no hay que engañarse que es un Oviedo en Tercera división. Teníamos que subir sí o sí, con grandes jugadores, con una afición que te empuja, con unas condiciones que no tenía nadie en España…no se puede negar la evidencia. Pero sí que es verdad que a pesar de todas estas circunstancias los ascensos son muy complicados. Te la juegas a una carta en un momento muy puntual. Si ese penalti no llega a entrar no sé qué habría pasado. Sí que creo que los detalles influyen y éramos un grupo de amigos de verdad. En los momentos en los que había más duda o no iba tan bien, está claro que dábamos la vida por el de al lado.
P: Cuando llega ese partido en Mallorca ¿cómo fue tu planteamiento mental para llegar fuerte a ese partido?
R: Me tuve que perder por desgracia el partido de casa por una gripe, un proceso febril que tuve muy fuerte y lo pasé muy mal los días anteriores por la incertidumbre de llegar o no llegar. Para mi fueron unas ganas dobles de que llegase el partido de Mallorca. Sí que es verdad que ahora con la edad te planteas la existencia de los “nervios”. Entonces lo vivía con muchísima ilusión y ganas porque no había podido jugar la ida. Era una grandísima responsabilidad pero en ese momento lo que sentía era ilusión y muchísimas ganas. Igual no era consciente de todo lo que suponía.
P: Se dirige al punto de penalti Hedrera ¿En qué piensas?
R: La verdad es que la tanda fue interminable. Quedábamos Dani y tres o cuatro por tirar. Yo había tenido una torcedura de tobillo, se me había inflamado. Me había quitado la bota para que me pusieran hielo porque nunca esperaba tener que lanzar. Me acuerdo de Sergio Villanueva o José Luis, que también quedaban por tirar. Dani (Hedrera) tiene una gran personalidad para esos momentos. Sí que lo vivíamos con mucha naturalidad, pero cuando empezábamos a quedar pocos, a pesar de tener mucha confianza en tus compañeros, en esos momentos ya se depende como hablamos del azar, de ese momento de frialdad que tuvo Dani con su personalidad. ¿Cómo lo viví? Pues cagao. La palabra sería esa (risas).
P: Entra ese balón y entonces ¿qué se revuelve por dentro?
R: Yo creo que unos cuantos nos desplomamos al suelo. Al final está claro que la gente ve lo deportivo, el final evidentemente, pero tú sí te acuerdas de todo lo vivido durante el año. A nivel deportivo fue muy bueno pero en lo personal éramos amigos y nos pasaron un montón de circunstancias personales a todos. Es como que te viene y lo sacamos entre todos. Yo en concreto me acordaba de todos los momentos que habíamos pasado duros por cosas familiares. Y la satisfacción del haberlo hecho. Sabíamos de la importancia a nivel de club y sabíamos que iba a cambiar nuestra vida como así fue.
P: Y una afición que os seguía a todas partes.
R: Venía con mucha información a Oviedo pero no deja de ser desbordante cuando lo vives desde dentro. Hace poco lo hablaba con un aficionado, que lo conocí este año y me contaba que fue a Mallorca. Allí fueron mil quinientas o dos mil personas. Un día fatal a Mallorca, viaje en avión, el día siguiente día laborable…fue impresionante. Creo que era muy joven y no lo ví con toda la perspectiva que se merecía. Sí que sabes del Oviedo, de todos los campos a los que nos han seguido, pero cuando lo ves, vuelves de Mallorca y vives todo lo que se vivió la semana del ascenso sí que te das cuenta de la trascendencia que tuvo ese partido y ese penalti en concreto.
P: Fuiste un jugador importante en tu etapa en Oviedo. ¿Qué es lo que más destacas de esas dos temporadas en Segunda B con proyecto para subir y final a medio camino?
R: Esas dos temporadas estuvieron muy marcadas por mi lesión, que creo que fue más grave de lo que todos pensamos. Me marcaron bastante a la hora de que saliera no como me hubiera gustado del club. Sobre todo destaco el impulso de la primera temporada, que si hubiera durado un poco más habríamos terminado hasta líderes. Veníamos con ese subidón del ascenso, del enganche de la afición. También los jugadores que vinieron y que se juntaron a toda esa piña que habíamos hecho en Tercera. Todo iba rodado. Pasamos dificultades por la categoría pero sí que fue un año buenísimo. Y con la desgracia de Pontevedra. Llegamos al playoff bastante bien y ese tortazo en la primera ronda nos condicionó a muchos el futuro de cara a la siguiente temporada. Esa segunda parece una resaca de la primera temporada. Con el bofetón del playoff algunos futbolistas estaban tocados y los que vinieron nuevos sintieron la presión y responsabilidad desde el minuto uno de tener que ganar en todos los campos. Cuando no quedas bien cuesta levantarlo. Estuvieron estas dos temporadas mías muy marcadas por lo que te he dicho.
P: ¿Condicionantes para no seguir?
R: Quedé bastante tocadete con el tema de la lesión. Me tuve que recuperar por mi cuenta y hubo bastante lío. Se dijeron cosas que no eran verdad. No pude tener la continuidad que había tenido al principio. Apostaron por otros jugadores. Al final acabé jugando yo pero veía que no tenía la misma fuerza. No sé si era a nivel de servicios médicos, a nivel de club. Todos veíamos que se acercaba el fin de mi contrato, nadie se puso en contacto conmigo y yo tampoco he sido nunca un jugador de dar mucha guerra. Me parece que era evidente que no se habían puesto en contacto conmigo. Sí me acuerdo de la despedida, que me marcó porque me costó mucho. Yo veía que no había ningún interés del club. Acabé mi contrato, di un abrazo a todas las personas que sigo teniendo como amigos, y a seguir el camino.
P: En tu caso sí se puede decir que el tiempo pone a cada uno en su sitio, porque no encajas en el Oviedo pero sí en un Albacete de Segunda división.
R: Es muy complicado. El Oviedo es un club gigante, con muchísima repercusión, muchísimos intereses, y depende del momento que te pille en tu vida y tu carrera, en tu estado de forma, puede que valgas o no. Pero tanto Gonzalo como doscientos mil jugadores que han pasado por aquí y que no han dado el rendimiento que se esperaba y han salido a otros lados y han dado un rendimiento espectacular. Es un club grande en el que tienes que estar en tu momento óptimo, encajar bien, estar bien a nivel familiar y que salga el año a nivel colectivo para que puedas brillar y seguir aquí. Hay muchos condicionantes que no a todos se les da.
La verdad que tuve otro año malo en Burgos y volví a Asturias y la carrera fue tirando un poco para arriba y encontré al Gonzalo que había perdido después de la lesión.
P: En Albacete te ves en Segunda. Tú que venías subiendo desde Tercera ¿qué diferencias ves entre estas categorías?
R: El mayor cambio quizá son las condiciones y los estadios. Todo es mucho más profesional. Ves los cuerpos de tus compañeros y son todos atletas. La exigencia es muchísimo mayor, es un salto muy grande. Es verdad que una vez que te pones a competir todos los días te haces. Luego es más fácil porque los campos de entrenamiento y los estadios son perfectos. En Segunda B vas a un sintético a un pueblo que pega el viento…te adaptas y aunque el nivel de exigencia es mayor también tienes muchas facilidades para llegar a tu mejor nivel. Sí recuerdo como los momentos más bonitos de mi carrera esos años en Segunda división. Y sobre todo disfrutándolo, porque había estado muchos años intentándolo tanto en playoff como en posibles fichajes que al final no se dieron.
P: Ahí en Albacete coincides con Portu, que de aquella jugaba de centrocampista.
R: Sí, nosotros teníamos en Albacete una forma de jugar muy vistosa, de fútbol combinativo. Portu para nosotros empezó siendo pivote defensivo, para la salida del balón y superar líneas. Portu lo mejor que tenia era su competitividad. Un chaval súper competitivo, ambicioso, muy profesional, de esos jugadores que de lo que les pongas destaca por ese hambre y esas ganas que tiene.
P: También destaco tu paso por la Ponferradina. Les vemos ahora peleando con el Oviedo por el playoff. ¿Cómo era aquella Ponfe?
R: Era un proyecto súper ambicioso recién bajado de Segunda división. Hicieron una gran plantilla. Se especulaba entonces y todavía tengo la cosilla de que casi era mejor que la de Segunda. Partimos con unas exigencias muy altas, empezamos un poco regular, y como lo que te decía en el caso del Oviedo, es muy difícil remontar. Pero es cierto que era un club impresionante en una ciudad que vive para el fútbol. No se empezó bien y encima el que iba arriba era el máximo rival, que era la Cultu. Prácticamente nos venía todo en contra, no encontramos estabilidad y cambiamos dos veces de entrenador. Son años que salen mal. Por desgracia se aprende muchísimo pero se sufre. A nivel de club y de plantilla una de las mejores que he tenido en mi carrera.
P: Otra plaza grande es Santander. ¿Fue la misma presión y exigencia que en Oviedo?
R: Sí, otro club en el que la exigencia es brutal. ¿Qué pasó en Santander? Pues como mi segundo año en Oviedo. Vinieron de dos casi ascensos, se quedaron en el último partido que no ascendieron y venía la gente un poco tocada. Seguía Viadero de entrenador y la exigencia fue brutal. Empezamos bien y nos eliminaron de la Copa. Hubo algún revés a principio de temporada y salió todo lo que venía mal de años atrás. Al final quedamos fuera del playoff pero si no recuerdo mal a dos o tres jornadas del final estábamos a tiro del líder. Estuvimos todo el año bastante cerca del Mirandés y siempre era todo “mal, mal”. Un año súper complicado. Conocí a grandes personas, un club impresionante y aprendí bastante. De los años malos aprendes más que en los buenos.
P: Un punto de color en Ibiza. No sé si para ti es una sorpresa el año que están haciendo en su estreno en Segunda con esos condicionantes de equipo modesto que prácticamente terminó de poner en orden el estadio tres minutos antes del primer partido.
R: Es un club bastante peculiar. Yo salí bastante quemado de Santander y del año anterior en Ponferrada, dos grandes proyectos que se fueron al traste con malas sensaciones. Surgió la posibilidad de Ibiza. Quería romper con todo lo que había vivido hasta entonces. Valoré casi hasta marchar de España porque estaba un poco quemado del fútbol de aquí, de esa exigencia. La verdad es que hablé bastante con el presi, con Amadeo, que me sorprendió muchísimo a nivel personal. A la hora de valorar el proyecto tenía algún compañero que estaba o que ya había vivido aquello. Y me lancé a la aventura. Todo era bueno, el contrato me aportaba una estabilidad que a nivel familiar también me lo podía dar con una posibilidad de un trabajo para mi mujer allí en las Islas Baleares. Era algo muy exótico pero una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida.
P: Hablas de Amadeo Salvo, que es un personaje ambicioso. ¿Veías a tan corto plazo que se consiguiese ese objetivo de estar en Segunda?
R: Sí, yo creo que forma parte del ADN y de la forma de ser de Amadeo. En otros sitios se habla de lo difícil que es llegar al fútbol profesional, que hay que ir pasito a pasito. La verdad es que con él no tuve ninguna duda. Es una persona que te convence. Desde la primera conversación que tuvimos por teléfono veía que íbamos por el mismo sentido. Veía que tarde o temprano se iba a lograr. De hecho el año de la pandemia tuvimos la mala suerte como muchos equipos de que íbamos para arriba y se nos cortó todo, con el playoff exprés en el que caemos en un partido. Podíamos haber llegado incluso antes. Conociendo a Amadeo la ambición no va a parar. ¿Un club humilde? Quizá la gente de la Península no es consciente de lo que hay allí. El proyecto es impresionante y Amadeo tiene la capacidad para llevarlo adelante. Creo que va a ir dando pasos hasta meterse en Primera división.
P: Dejas ese proyecto ambicioso y te vuelves a Asturias, no sé si buscando más abrigo, comodidad o pensando en el futuro.
R: Sí, un poco todo. Mi mujer me llevaba siguiendo por toda España desde Oviedo, ya tenemos una hija en común. Toda la vida se ha sacrificado por mi y llega un momento en el que buscamos otras cosas, su mercado laboral, estabilidad familiar. Es cierto que sigo teniendo bastantes posibilidades para marchar por ahí, pero lo primero es ser feliz y dentro de mi felicidad está claro que mi familia es un pilar fundamental. Hemos sacrificado un poco la carrera futbolística por esta estabilidad y felicidad familiar que a día de hoy gracias a dios tenemos.
P: ¿Y el objetivo que te marcas en Langreo?
R: El objetivo a lo largo de la temporada ha ido cambiando. Ahora es salvar la categoría y sentarnos este verano para ver cómo puede crecer. El año pasado fue una liga reducida en la que estuvimos a punto de meternos arriba para jugar en la Pro, pero este año ha sido una temporada en la que se ha cambiado mucho jugador, han entrado muchos jóvenes, con Inter Soccer también en la captación. Ahora lo que hay que hacer es salvar la categoría de la mejor forma y cuanto antes, y el año que viene dios dirá a nivel personal y colectivo.
P: Entiendo que te ves con ganas de seguir.
R: Sí, me encanta el fútbol. No dejo de aprender, de tener la misma o más ilusión que cuando era joven. Esos nervios de domingo son inexplicables, esa alegría cuando ganas y esa mala leche toda la semana cuando no haces bien las cosas. Ilusión y ganas tengo, pero no depende de mi, habrá que ver cómo acaba la temporada, ver lo que hay para el año que viene. Cuando cumples una edad vas de año en año o de seis meses en seis meses a ver cómo va el físico, la ilusión y el club. Con mucha mesura.
P: Tú que eres un auténtico profesional del fútbol asturiano, que has estado en distintos equipos ¿cómo has visto la evolución de este fútbol desde que llegas por primera vez y en tu paso por Oviedo, Avilés, Mieres y Langreo?
R: La verdad es que veo muy complicado el salir de Asturias. Ahora la verdad es que los chavales salen antes de aquí porque si no encuentras un tren de esos luego es difícil. El mercado es reducido. No tienes posibilidades como en otras Comunidades de equipos intermedios para poder llegar al Oviedo o al Sporting. Aquí tendría que ser un salto gigante o estar en la cantera. O sales joven y te labras una carrera fuera de aquí importante, o es lo que ves. Lo que quieren muchos asturianos que es jugar en su Oviedo o su Sporting es complicado si no estás en la cantera. Pero bueno, materia prima hay. Ahora es más fácil salir por el tema de representantes, contratos…ya no es como antes. Es más accesible. Es exigente, todo se aprieta, los futbolistas tienen que salir antes y más jóvenes, llegar más arriba y estar mejor preparados y formados. Hay que apostar por la materia prima que se tiene y ver los resultados.
P: ¿Faltan oportunidades reales en los dos equipos grandes de Asturias? Me fijo ahora en el caso de Davo, que aparentemente no valía para ninguno de ellos, o no se fijaron en él, y ahora está precisamente en el Ibiza en Segunda.
R: Es muy complicado. Hay que ponerse en la piel de clubes, al igual que en la de los jugadores evidentemente. La exigencia es mucha. Como no des el nivel muy alto enseguida quemas a la gente. A pesar de triunfar en clubes más pequeños como el Langreo pegar ese salto luego es muy grande y complicado. No digo que no tengan el nivel o que no puedan darlo, pero es que para un club son muchas cosas. Hay muchos intereses, mucha prensa, y al firmar este tipo de perfiles partes con un mensaje a la afición un poco austero. Hay que valorar muchísimas cosas aparte de lo futbolístico.
Al igual que Davo hay otros futbolistas por ahí que ojalá tengan la posibilidad de volver a su casa. La meta del futbolista asturiano es jugar en su Oviedo o Sporting en Primera. Eso queda ahí. Tienen que labrarse el futuro y ojalá puedan volver a casa.
P: Como ejemplo de lo que es el mundo del fútbol ¿cuál es el secreto de la longevidad del futbolista?
R: En mi caso no estoy para dar muchos consejos pero siempre he tenido mucha ilusión. Se debe ser honrado. Para mi es muy importante la honradez y ser profesional, porque si no es muy difícil. Habrá casos distintos y cada uno te podrá dar su experiencia, pero a mi me lleva la ilusión, casi mayor que antes, porque soy consciente de cosas de las que antes no lo era. Y los valores familiares que te inculcan. Siempre he tratado de ser honrado con mi profesión, mis compañeros, con el escudo y la camiseta que he defendido. Poco a poco te vas marcando tus objetivos a corto plazo ambiciosos, y vas tirando y tirando y cuando te quieres dar cuenta llevas un montón de años. No paro de pensar en lo que viene ahora, en lo que me puede venir después. El día que te toque bajar del tren tocará echar la mirada atrás y seguro que estaré orgulloso de lo que he hecho porque es todo lo que he podido hacer.
P: ¿Lo que viene después es estar en los banquillos, en otra función o alejado del fútbol?
R: Siempre he pensado que alejado del fútbol. Es un mundo muy peculiar y particular en el que ha habido cosas que nunca me han gustado. Pero según se va acercando mi final la verdad es que lo que veo más cercano es el fútbol. A pesar de que tengo mi formación y mis inquietudes aparte del fútbol llevo tantos años que no puedo decir que lo tengo claro. Voy teniendo no ofrecimientos pero sí intereses y aquello de “oye, ¿cuando acabe te gustaría…?”. Pues cuando acabe veré lo que tenga encima de la mesa y me decantaré por lo que más me motive. Para ser honrado debes tener una motivación importante por lo que haces e ilusión. Veré si es dentro del futbol o no. Antes tenía claro que no quería seguir dentro del fútbol y desde hace dos o tres años ya no lo tengo tan claro.
P: La última que te lanzo, y para cerrar el círculo ¿cómo ves al Oviedo?
R: Le veo espectacular. Además esta entrevista viene en el mejor momento de la temporada, cuando queda tan poquito y con la trayectoria y la dinámica que lleva el equipo. La pregunta no me puede venir en mejor momento. Le veo muy bien, bien posicionado. Por fin después de muchos años está en la casilla exacta en el momento oportuno. Creo que hay que darle un último sprint entre todos con corriente y energía positiva para que se logre el playoff. Lo voy a vivir desde fuera pero en Oviedo con todos los amigos y gente que conozco que está dentro del club. Creo que ya nos toca y se lo ha ganado el club y este año los futbolistas.