El Oviedo empata en un partido incómodo en Lezama

No fue el mismo Amorebieta que pisó el Tartiere hace una decena de jornadas. Ya avisaba Ziganda en la previa de que iba ser un partido duro. En efecto, el conjunto vasco en casa y con unos ajustes ha tenido una pinta completamente distinta. Pero el choque quiso dar una oportunidad al visitante. Cuando todavía uno se acababa de acomodar en el sofá llegó el gol del Oviedo. Un balón colgado al área desde posición lejana por Borja Sánchez encontró a Bastón, que se adelantó a la defensa para rematar casi de espuela. Suspense de revisión del VAR y el gol subió al marcador.

Podría haber supuesto un giro a los acontecimientos previstos, pero el Oviedo no supo retener esa ventaja. El Amorebieta no es víctima sencilla y no entrega nunca la cuchara. Siguió jugando según el plan, forzando continuos balones divididos y esperando un fallo atrás del rival. Y este se produjo apenas unos minutos más tarde. Se podría decir que fue un fallo en cadena. Primero un Cornud excesivamente relajado hizo una cesión defectuosa que originó una internada de Larrazábal, que llegó a línea de fondo para enviar a una zona caliente un balón que pilló en una incompresible salida a medias a Femenías. Guruzeta estimó la pierna para empatar. 

A partir del 1-1 se jugó a lo que quiso el Amorebieta. Ni Luismi ni Brugman se hicieron amigos del balón, y la medular vasca se unía a una fiesta inesperada. El ataque no solamente vino por las alas como estaba predeterminado, aprovechando un partido irregular de Pierre y de Isaac, fallón en el pase. Por dentro también combinó, y envió constantes voleas al área de influencia de Costas y Calvo, muy exigidos.

Se vio más al portero ovetense que de costumbre, y ya es difícil. Sin comodidad posible, Ziganda optó por un cambio para procurar romper la muralla defensiva. Pombo buscaría su gambeteo para zafarse de la carga de la medular y procurar ventajas en el siguiente nivel. El problema fue que ese nivel se oscureció. Trató el entrenador navarro de sumar argumentos para facilitar la posesión, con la entrada de Mier y el debutante Rama. El centrocampista gallego es útil con el balón en los pies, y éste hoy le vio pasar de largo.

Al final el empate es un buen resultado habiendo visto la sesión de almuerzo de fútbol. Habrá que esperar al próximo partido en casa para ver si el Oviedo está realmente invitado al banquete de los aspirantes. 

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