ENTREVISTA – FEDE BAHÓN

Fede Bahón se sumó al proyecto del Real Oviedo en una época revuelta, y en una temporada que devolvió al equipo azul a Tercera división. Bahón llegaba como jugador experimentado en clubes de Segunda, y sería una de las voces que más se escucharían dentro de un vestuario con un número de futbolistas con poco rodaje en la categoría. Ahora aporta sus conocimientos en el fútbol en los banquillos como entrenador. 

PREGUNTA: ¿Cómo se produce tu llegada al Oviedo?

RESPUESTA: Venía de jugar tres temporadas en el Pontevedra. Tenía todo pactado en Pontevedra y pensaba que me iba a quedar. No surge por una serie de situaciones y se ponen en contacto conmigo desde Oviedo. Si no recuerdo mal estaba también en negociaciones con la Ponferradina. Me atrae Oviedo porque soy de Cantabria y por la historia del Oviedo, independientemente que estuviese en una categoría inferior.

P: ¿Qué fue lo más complicado de esa temporada?

R: Yo a todos mis amigos y gente que conozco del mundo del fútbol les he dicho que en mi carrera profesional tengo una espina clavada con el Oviedo.

Recuerdo partidos amistosos y la afición, una afición excelente la del Oviedo, se metía con el presidente y la gente que mandaba. Te sonaba un poco raro al llegar. Luego la gente te cuenta y te pone al día de lo que había pasado. Tuvimos también tres entrenadores. Comentamos también que el grupo que nos tocó, el grupo del Norte, con los jugadores que teníamos, no era el idóneo. 

Esa plantilla hubiese sido mejor para el grupo de Madrid. Eran jugadores más de calidad, más técnicos, distintos de lo que se jugaba aquí en el Norte. Es verdad que empezamos bien. Luego fuimos cayendo y cayendo, y no había gente con mucha experiencia en aquel equipo. Al final cuando las cosas van mal es muy importante la experiencia. 

Sí te digo que yo a nivel personal yo era un jugador que no me perdía ningún entrenamiento. Vine del Pontevedra con una media lesión y no pude hacer bien la pretemporada. Para mi todo empezó bastante mal. Tuve bastantes lesiones. Nunca había tenido lesiones. Tengo una espina clavada con el Oviedo. Vine con un objetivo que al final no se cumple y al final desciende el equipo.

P: Al margen de lo que comentas de que podía haber sido más óptimo para otro grupo, había una mezcla de veteranos y jóvenes como Michu, que iniciaba su carrera.

R: Sí, la verdad es que con el primer cuerpo técnico que había se estaba muy bien, con Toño (Velázquez) y su equipo. Me acuerdo que estaba Gastón (Pezzuti), Nico (Rotundo), Pablo López, Ricardo, con gente más joven como Jacobo, Jon (Carrera) o Michu. Era gente que tenia menos experiencia, pero para eso está la gente con experiencia, para intentar explicarle cómo se tiene que jugar, a qué es lo que se juega en el grupo. Se integraron bien en lo que era la Segunda B, pero al final te metes en esa dinámica de cambio de gente, cambio de entrenador y es complicado. Si notamos al final que era un bloque más joven con poca experiencia en esa categoría. Evidentemente la culpa es de los jugadores. Yo ahora soy entrenador y sigo diciendo desde otra visión que la culpa es de los jugadores. Lo decía cuando jugaba y lo sigo diciendo ahora. 

P: Fueron tres los entrenadores esa temporada. ¿Consideras que su voz fue escuchada en el vestuario?

R: Eran entrenadores completamente distintos. Ya sabes, cuando viene un entrenador hay jugadores que estaban cómodos con el anterior y pasan a no jugar y viceversa. Llegaron tres entrenadores, algo que en mi carrera profesional no me había pasado. Quieras o no desestabiliza a la plantilla y el equipo. Hay jugadores que tenían mejor relación con uno, que trabajaban mejor con la forma de preparar los partidos y los entrenamientos. El jugador se tiene que habituar. Cuando llega una temporada sabe perfectamente que puede estar con un entrenador, dos o tres. Hacer el año con tres lógicamente es más complicado.

P: ¿En esos momentos en los que venían tan mal dadas qué les decías a tus compañeros más jóvenes?

R: Me acuerdo que hablábamos mucho. Era de los jugadores más veteranos, había participado en Segunda división. Los entrenadores hablaban mucho conmigo, al igual que con otros veteranos. Creo que al jugador joven hay que aislarlo un poco de todas esas situaciones. Hay jugadores jóvenes que cuando pasan este tipo de situaciones, aunque no las hayan vivido, son más maduros que otros. Unos podían salir al Tartiere y ponerse nerviosos porque la gente silbaba, algo que yo entendía porque no estábamos en una buena situación y el equipo estaba hecho para ir en mitad de la tabla o un poco más arriba. Hay jugadores con 20 años que lo saben aguantar y otros que no. Nosotros les intentábamos dar tranquilidad, hablábamos mucho en el vestuario, les decíamos que si las cosas iban mal nosotros íbamos a dar la cara por ellos. Lo que yo entiendo que debería hacer la gente veterana con los jóvenes. 

P: Hablas de los silbidos en el campo. ¿Cómo se trabajaba con ese entorno?

R: Es complicado nada más llegar y ver cómo la afición estaba en contra con pancartas en los partidos amistosos y el primer partido en casa. Es un poquito raro, difícil. Te tienes que poner en situación. Sabes lo que va a haber. Nosotros teníamos que estar al margen del encontronazo que hubiese entre la afición y el presidente o los directivos. El futbolista tiene que evadirse de eso y hacer lo que tiene que hacer, que para eso lo han contratado, y hacer caso sobre todo a lo que te dice el cuerpo técnico. 

P: ¿Ahí pesa más el carácter o las condiciones técnicas?

R: Lo he vivido porque he estado en equipos que estaban abajo en Segunda que al final se salvaban. Depende también un poquito de la mano de los entrenadores. El entrenador tiene que saber cómo afrontar una mala situación. ¿Cómo lo afronto yo como entrenador? Tengo el 50% de veteranos y otro porcentaje igual de jóvenes. ¿Le doy más prioridad a los veteranos que van a poner más actitud, carácter o personalidad, mezclo, o le doy más importancia a los jovencillos? Es algo que deben decidir los entrenadores. Tuvimos tres entrenadores y cada uno decidió una cosa.

Pongo en una balanza ¿me la juego con los veteranos que van a aguantar mejor los silbidos? Hay que tener actitud, carácter, personalidad y mala leche. ¿Pongo a los jugadores con mas calidad? Eso lo decide el entrenador. 

P: Hubo un partido definitivo en Burgos. ¿Cuándo os metéis en el vestuario de El Plantío que sucede?

R: Te puedo decir que hubo gente llorando, gente que sabía lo que significaba estar en este club. Para mi a nivel personal fue un fracaso rotundo. Me encontré bastante mal. Vino además mucha gente a verme. Tengo familia en Burgos, también vinieron de Cantabria, Pensábamos que si ganábamos ese partido luego nos quedaba alguna posibilidad con los dos o tres partidos que faltaban. La verdad es que tampoco hicimos un buen partido. Para mi fue un fracaso y tengo una espina clavada. Había mucha gente de allí que había mamado lo que era el Oviedo pasándolo mal. El veterano para lo malo también tiene que animar. No hicimos los deberes, lo que teníamos que hacer, y los principales culpables fuimos nosotros. La afición va a tener la razón siempre en todo. El partido en El Plantío fue lo último de la mala temporada que hicimos. Sobre todo de mitad de temporada para el final no hicimos un buen tramo por muchísimos factores, pero está claro que los que no lo hicimos bien fuimos los jugadores. 

P: Tenías opción de continuar en Tercera?

R: No recuerdo bien. Creo que tenía una temporada y debía jugar un número determinado de partidos, que sí los jugué, pero la condición era que el equipo permaneciese en Segunda B. 

P: Como jugador te criaste en la cantera del Atlético de Madrid. ¿Cuál es la mayor enseñanza que rescatas de tu etapa de chaval en el Atleti?

R: Para mi supuso mucho. Yo venía de jugar en mi pueblo en Colindres, en Laredo, en la selección cántabra, que por eso se fijaron en mi. Cuando das el paso de un equipo de pueblo, por así decirlo, a un equipo como es el Atlético de Madrid, pues la verdad es que todo cambia. Es un mundo completamente distinto. Cambias de un pueblo a una ciudad como Madrid. Había gente muy preparada y me formaron como futbolista y como persona. Todo el mundo sabe que soy del Atlético de Madrid hasta la médula. Soy realmente de todos los equipos en los que he estado, porque he dejado amigos en todas partes. Del Atlético de Madrid tengo buenos recuerdos, estuve seis temporadas. Luego he estado seis temporadas como entrenador. Todo lo que te cuente del Atlético de Madrid va a ser todo bueno. 

P: Formaste parte del Leganés. Me interesa poner en contexto la trayectoria de este equipo en relación al Oviedo. Durante tiempo viajaron en paralelo y el Leganés logró el ascenso a Primera. ¿Qué ves en el Leganés que no hubo en el Oviedo?

R: Se dieron una serie de circunstancias. Primero, el consolidarse en la categoría, luego ganarse el respeto, que es algo que en la vida es muy importante. En el fútbol cuesta mucho ganarlo y se pierde en dos partidos. Como factores veo la unión de la afición y en el vestuario, que tiene que ser una familia. El Leganés siempre lo ha sido. Yo estuve cinco temporadas y daba igual los jugadores y los entrenadores que iban y venían, los valores se llevaban a cabo. Todo el mundo sabía por dónde tenía que ir, a lo que se jugaba. Lo importante para los jugadores que salían de cantera y los que venían de fuera era hablarles de lo que significaba el club, lo que era la ciudad, yendo todos por la misma línea y dirección. 

P: ¿Cómo se construye un equipo para competir?

R: Si llegas a un club tienes que ver los jugadores que hay. Primero hay que hablar con ellos de lo deportivo, decir cómo quieres jugar. Debes tener un plan A de idea de juego, un plan B y un plan C. A partir de ahí adaptar a los jugadores a este estilo y modelo de juego. Luego si estás en un club como el Oviedo con unas grandísimas instalaciones y una gran cantera, tienes que contar ella porque es un club de cantera. A la afición le gusta que salga gente de cantera. Hay que mirar muchas cosas. 

P: ¿Cuánta confianza le damos al entrenador? ¿Si creemos en el entrenador pero los resultados no llegan le damos más confianza?

R: Hoy en día tú lo sabes que no hay paciencia con el entrenador, creo que cada día menos. Fichas a un entrenador que ha hecho buenas temporadas en un club, prepara su plantilla y escoge a su equipo dentro del presupuesto. Hace la pretemporada con toda la ilusión y ambición del mundo y de los cinco primeros partidos pierde dos…al quinto le echan. Los dirigentes deberían tener mucha paciencia en este ejemplo que te he puesto yo. Es distinto que a mitad de temporada se den otras circunstancias y le tengan que echar. Cada día los dirigentes tienen menos paciencia con los entrenadores. 

P: Me llama la atención tu paso por China.

R: Cuando trabajé para el Atético de Madrid estuve dos temporadas en el proyecto Wanda con los chinos en Madrid. Trabajé con un gran amigo como es Antonio Rivas. Se pone en contacto conmigo el área internacional del Espanyol, donde está José Aurelio Gay con el que coincidí en el Pontevedra. Tenia experiencia en formación de esos dos años del proyecto Wanda, tenemos una serie de entrevistas y llegamos a un acuerdo rápido. Había viajado a China, India o Brasil, no me importaba salir  El Espanyol confió en mi y fui a una academia en una ciudad que se llama Xian. 

P: Ahora si no me equivoco estás en un proyecto formativo.

R: Empecé la temporada en Tercera división en un equipo de aquí, el Villaverde. Hubo algunos problemas y el director deportivo y el cuerpo técnico que formé tuvimos que salir. Hace tres semanas se ponen en contacto conmigo del Dux Internacional. Me llama Michel (Carrilero) por si quiero entrar con él en un proyecto que lleva cantera para hacer metodología y planificaciones, porque este año yo no puedo entrenar por mi etapa en el Villaverde. No puedo ser primer o segundo entrenador en España, en el extranjero sí, y me sale esto y estoy súper contento. Hago metodología y tecnificación. Es de las pocas cosas que no había hecho en el fútbol y estoy muy a gusto. Lo fundamental cuando estás en un club es estar a gusto y que la gente te valore. 

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