El mercado de Reyes

Las ventanas de fichajes siempre ofrecen oportunidades para reforzar las carencias y apuntalar puestos claves, aunque la gran operación no suele estar esperando detrás de la puerta. Hay una serie de factores que influyen en la gestión de este periodo para el que los directores deportivos y secretarios técnicos aguardan con ansiedad en muchos casos. 

En el mes de enero los equipos ya conocen sus necesidades, y los jugadores saben si cuentan o no para el entrenador de turno. De esa mezcla nacen las oportunidades de mercado. Luego nos detenemos en el contrato concreto. El club puede generar un ingreso inesperado si permite la salida de un jugador que abandona la disciplina en junio. Ahí entra la promesa o el pre-acuerdo de renovar en condiciones favorables o de unirse a un proyecto ambicioso. Queda en manos del director deportivo la labor de gestionar ese acuerdo a tres bandas. Resulta favorable para el club del jugador, y ventajoso para jugador y equipo receptor, que ve cubierta la necesidad presente y futura. 

En su presentación Rubén Reyes ofreció una pincelada de lo que es como gestor. No se le verá en ruedas de prensa hablando de su trabajo, no ofrecerá ninguna pista, y no caerá en la impaciencia. Su libreta y ordenador está lleno de nombres con sus respectivas referencias técnicas y contractuales. 

El dinero prestado por el fondo CVC concede un recurso adicional con el que poder negociar. Problema a resolver es la competencia. El foco sobre un jugador apetecible en las mejores condiciones está puesto desde distintos lugares. Lo hemos visto con Tachi, central pretendido del Alavés que llegará al Fuenlabrada, con las uñas mordidas en una temporada aciaga. Ramalho encaja en los parámetros económicos y deportivos, pero existe resistencia a abandonar la Liga Santander. Osasuna le permitiría una salida si afianza su recambio al expirar su contrato y no contar con la confianza de Arrasate. 

La nómina de centrales viables se reduce en ese nivel competitivo a la mínima expresión, ya que hablamos de defensas con minutos o demasiado veteranos para ser considerados. Otro elemento crucial es la existencia de una pareja de centrales sólida y estable. Negociar la llegada de un nuevo central que compita contra dos centrales titulares en mayúsculas es una tarea ardua. Se debe rascar en el afán del jugador por sumarse a un equipo histórico, con aspiraciones y con una masa y seguimiento mediático que quizá sean motivos de entendimiento. Lo de los minutos, a pelearlo en el verde. 

Más allá está el mercado internacional, ligas europeas sobre todo, en las que se puede encontrar la chispa adecuada. Se ha sondeado entre otras la liga eslovaca, donde existe un listado de futbolistas desconocido que persiguen sueños deportivos lejos de su zona de confort. No es una labor sencilla para Rubén Reyes. Sin prisa pero con el tiempo echándose encima del objetivo. Es claro que la parcela defensiva urge de un recambio para Arribas. El resto de plantilla puede retocarse, aunque la prioridad debe ser el fichaje en propiedad o la cesión de un central. 

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