La proyección del Requexón

Durante mucho tiempo Jimmy era el canterano habitual de los entrenamientos del primer equipo y asomaba por las convocatorias. Se hablaba maravillas del trabajo de un chaval que no contaba ni con la envergadura ni la robustez que hubieran llevado a monitorizar debidamente a un jugador ocupante de una plaza en la que se suele gastar dinero. Ahí es donde las cualidades sobresalen sobre el envoltorio, y Jimmy quiso ser futbolista. 

Su esfuerzo gustó a Anquela, que le concedió la titularidad en marzo de 2019. Desde entonces ha ido creciendo a medida que los minutos iban entrando en el saco. Existe una eterna sospecha en los jugadores que se crían en el Requexón. La lupa y la exigencia en algunos casos es superior que para un jugador que venga de otro equipo, como si tuviesen que pasar una doble prueba del algodón. 

1.861 minutos acumulados en lo que va de curso le sitúan por detrás del indiscutible Femenías y la pareja de centrales Costas/Calvo. Eso denota la importancia que tiene el 14 azul y el crecimiento que ha experimentado. La confianza de Ziganda en un proyecto de futuro con futbolistas de casa es palpable. Con las palabras se puede querer, pero los hechos construyen la idea. Lucas fue importante desde su llegada hasta la irrupción de Isaac, Viti ha pasado de estar buscando equipo a ser imprescindible en el esquema, Javi Mier gozó del beneplácito estando sano, Borja Sánchez por fin recrea en el prao lo que pasa por su cabeza, y hemos visto debuts de Javi Cueto, Javi Moreno y Mangel. Falta de más recursos o no, la realidad está ahí. No todos los entrenadores se hubieran atrevido a dar entrada a un debutante de 20 años contra el Éibar. Con sus errores y sus aciertos, Ziganda es fiel a esos principios. 

En la historia del Oviedo han sido titulares apellidos que en esta época reciente seguramente generarían cuanto menos discrepancia. Y son jugadores con partidos en Primera. Alguien confió en ellos y vistieron la camiseta. Juan Luis Mora explicaba en su entrevista en Grada Oviedo que su objetivo dentro de la secretaria técnica del Levante es “conseguir que el 85 ó 90 por ciento de los jugadores de la primera plantilla sean canteranos”. Eso requiere un esfuerzo en la captación y gestión de la base, pero también paciencia y valentía a la hora de ponerlos sobre el verde. 

Los clubes tradicionales de cantera, como Athletic de Bilbao, Osasuna o Real Sociedad entre los ejemplos más evidentes, han tenido su época de mirada al mercado descuidando lo casero, pero la realidad tanto económica como deportiva les ha ido devolviendo a las raíces. El presupuesto cuadra mejor con gente que viene desde abajo, y el sentimiento y unidad comunitaria estrecha sus lazos siguiendo esta vía. A pesar de las dudas que pueda generar su concurso, las buenas actuaciones de los canteranos son aplaudidas con mayor intensidad. 

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