Juan Luis Mora no contaba con 20 años cuando llegó a Oviedo desde Aranjuez para formar parte del filial. Antic le dio la oportunidad y emergió como portero titular en un equipo que practicaba un fútbol muy vistoso. Tras su experiencia en la capital del Principado pasó por Espanyol, Xerez, Valencia y Levante, donde se retiró. Lleva más de una década en la dirección deportiva y secretaría técnica configurando las plantillas del equipo granota.
PREGUNTA: Echamos el vistazo muy atrás en el tiempo justo cuando fichas por el Oviedo siendo un chaval. ¿Cómo se produce tu llegada al club?
RESPUESTA: Era la primera vez que salía de casa. Había jugado en mi pueblo en Aranjuez, había estado en las categorías inferiores del Real Madrid, y había vuelto a mi pueblo a Segunda B. El hecho de enfrentarme al Oviedo B en aquella época llevó a que se me conociese más. Por casualidad el último partido de liga nos enfrentamos en el campo del Universitario allí arriba contra el Oviedo B, y me llamó Novo, que en ese momento era el entrenador del filial. Habló conmigo sobre la posibilidad de que de cara a la temporada siguiente pudiese venir unos días a entrenar con el primer equipo. Le habían pasado datos a Antic y quería verme. Que te requiriera un equipo como el Oviedo en Primera división, con solera, con jugadores importantes que tenías en los cromos y veías en la tele pues la verdad que fue una sorpresa y alegría. Al cabo de un mes fui para Oviedo. Al tercer o cuarto día de estar entrenando ahí con el primer equipo de Antic habló conmigo y me dijo que si llegaba a un acuerdo con el club le parecía muy bien mi incorporación, que iba a alternar el primer equipo con el filial. A partir de ahí empezó todo. Viví unas épocas maravillosas, estupendas. El antiguo Tartiere, el público, la afición, la ciudad, la verdad es que todo el mundo se portó de maravilla. También tenías que trabajar duro, fuerte para aprovechar la oportunidad que se te brindaba. Salió todo bien y estoy agradecido en este caso al Oviedo y a los que en ese momento creyeron en mi.
P: Saltaste los pasos muy rápido y pronto te viste jugando de titular. “Juan Luis, sales de titular”. ¿Qué recuerdas de ese primer partido?
R: El primer partido que jugué ya con cara y ojos fue lo que era antes el Torneo Ciudad de Oviedo contra el Milan. El Milan aquel de las Copas de Europa, de los holandeses, que lo había visto tanto en televisión y en cromos. Me tocaba enfrentarme a ellos aunque fuera un partido amistoso con todo lo que ello conlleva. Y el segundo partido fue contra el Barcelona de Guardiola, Stoichkov, Koeman…el Dream Team. Esos dos partidos salieron bien, la gente de Oviedo me conoció ahí. Alternaba con el filial e iba de suplente con el primer equipo. Al final de esa temporada jugué cinco partidos, el primero contra el Athletic de Bilbao en casa. Ganamos 2-0. La gente se portó conmigo de maravilla, la afición se volcó.
Era el sueño de cualquier chaval hecho realidad. Había debutado en Primera y luego fueron llegando bastantes cosas. Tenía 19 años y fui internacional sub-21 gracias al Oviedo. Me asenté en Primera y todo fue llegando poco a poco. Tanto Antic como el entrenador de porteros siempre incidían en el trabajo, sobre todo para la gente joven.
P: Cuando alcanzas la titularidad hubo cierta incertidumbre en el aficionado porque sustituías a uno de los grandes porteros de la historia del Oviedo como era Viti. ¿Te dio algún consejo en el momento en el que tomas su puesto?
R: Una de las personas que más me ayudó en ese momento fue Viti. Era un espejo en el que yo me miraba porque era el portero del primer equipo. Llegué siendo un chaval y tenía de compañero a un mito, un jugador que había disputado tantos partidos en Primera. Fui con ganas de trabajar y esa incertidumbre. Tanto para Viti como Sabino Zubeldia, que también estaba en el club y que también había sido portero, yo sólo tengo palabras de agradecimiento. Se portaron de maravilla, todo lo que te pueda contar es poco.
P: Fue una época contigo asentado como titular en la que se hizo un fútbol muy llamativo sobre todo en casa. Te tocaba ver desde la portería cómo jugaban grandes figuras.
R: Pude disfrutar de Robert Prosinecki, Jokanovic, Onopko, Carlos…todo eran primeras figuras como en el toreo. Figuras de cartel y luego estaban los jóvenes como Suárez, Sietes o Armando, medio veterano pero todavía era joven, Berto que era el capitán del equipo. Con Cristóbal también coincidí en el Espanyol. Fue mi lateral derecho en el Oviedo y en el Espanyol. Jankovic, Jerkan, Luis Manuel, Gorriarán en su momento…se me queda gente en el tintero porque han sido muchos y muy buenos jugadores los que formaron parte de aquellas plantillas del Oviedo. Los chavales de la cantera siempre aportaban su granito de arena. En ese momento estaban saliendo Amieva, Iván Ania o César. Poníamos el trabajo, la gente veterana nos ayudaba y poco a poco se iba consiguiendo el sacar gente de la cantera, mezclar para el primer equipo y que se hiciesen buenas temporadas.
P: Casi rozando la UEFA en una de las temporadas. ¿Qué le faltó a ese equipo?
R: Creo que fue un partido contra el Athletic de Bilbao que perdimos allí en San Mamés. Ese partido fue clave porque de haber ganado nos hubiésemos metido en Europa. El fútbol al final son partidos de poder a poder, ajustados, y la pelota entra por un lado y no por el otro. Lo importante es que la gente que iba al Tartiere disfrutaba y vibraba con el equipo viendo a esos jugadores que se dejaban todo en el campo.
P: Fue una época de grandes jugadores y también de entrenadores. Empezaste con Antic, luego pasó por el banquillo un hombre importante como Tabarez. Y también os entrenó Lillo.
R: Radomir Antic era un entrenador de la escuela yugoslava fiel al trabajo, muy metódico, muy exigente. Estuvo Juanma Lillo, que era un entrenador joven que había hecho buenas temporadas en Salamanca y llegaba con unas ideas un poco revolucionarias, con su forma de jugar. No salieron bien las cosas porque era un entrenador muy novel. Entró Novo que era el entrenador del filial y se pudo acabar bien la temporada.
Tuvimos también a Ivan Brzic, entrenador yugoslavo que había tenido buenas temporadas en Mallorca. Era de la misma escuela de Antic, con trabajo, sacrificio, y le gustaba que sus equipos trabajasen en el campo. El mejor fútbol fue con Radomir Antic, que estuvo tiempo y consiguió cosas.
Los jugadores y las plantillas que se consiguieron fueron a día de hoy bastante recordadas. El que te digan que viene Robert Prosinecki. ¿Prosinecki? ¿El mejor jugador de Europa? Peter Dubovsky, Cristóbal, Antonio Rivas…gente muy profesional, muy trabajadora y que conseguían que esos equipos estuviesen en unas bien posiciones y la gente disfrutase con el equipo.
P: Me has hecho referencia en varias ocasiones al viejo Tartiere. Son unos cuantos los ex jugadores que me hablan de las bondades de ese campo y lo que significaba para el jugador tener a la gente tan cerca.
R: Era una olla a presión. Tú ahora mismo coges a un chaval de corta edad de 12 ó 14 años y le enseñas fotos del Tartiere con aquellas verjas…como los campos de antaño en los que prácticamente estabas ahí a tiro de piedra del jugador. La gente estaba deseosa de ver a su equipo y empujaba bastante. Las peñas empujando. Ya podías perder, podías ganar, que si ellos te veían trabajar y dejar todo en el campo el viejo Tartiere era algo inexplicable. Cuando se conseguían triunfos era una olla a presión. Por eso todo el mundo te ha dicho o te puede decir que era el típico campo vetusto, antiguo, tipo San Mamés, de esos campos que ya no hay. Se convierten en el jugador número 12 y al cabo de una temporada dan muchos puntos.
P: Con los campos como se configuran ahora y las reconversiones no se nota tanto al público tan cerca del jugador. Le damos presuntamente más comodidad al aficionado pero lo alejamos de su equipo.
R: Ahora sí te das cuenta los nuevos estadios como el Wanda, el Nuevo San Mamés, el Reale Arena o incluso el nuevo que tenemos nosotros ahora en el Levante, están más enfocados al marketing y al tema publicitario. Es un poco más impersonal por decirte de alguna manera. El aficionado se sentía identificado con el antiguo Tartiere. El aficionado se sentía identificado con el Calderón. El aficionado se sentía identificado con Atocha. Con campos que han crecido con ellos y tenían ese olor a fútbol.
En el mundo en el que nos movemos actualmente nos vamos a la tecnología, que si las luces cambian de color o si al ritmo de la música se encienden o se apagan…se está volviendo un espectáculo más colorido y tipo teatro. Se está perdiendo un poco la esencia en ese sentido, pero no cabe duda de que los tiempos avanzan y debe ser así. En los grandes estadios a nivel mundial, como por ejemplo el nuevo Wembley, es una locura. Quién iba a pensar que San Mamés o el Tartiere iban a cambiar como lo han hecho. El mismo Bernabéu está dando un giro de 360º. Es la tecnología que usamos y a la que nos vamos.
Ahora con el VAR no tienes secretos, no hay empujones o agarrones que queden impunes, no hay patadas. Ahora tú ves con la cámara 360º lo que puede ver un jugador cuando encara al portero. Son adelantos que son normales porque se ven en la vida misma. Pero las aficiones son lo queda, lo que perdura, lo que tienen esos equipos que marcan algún gol que otro, dan puntos durante la temporada y te hacen sobreponerte en situaciones complicadas.
P: Y hablando de una época en la que tú no estabas que conocemos como “los años del barro”. ¿Cómo viviste esos momentos?
R: Por lo que me une a mi a Oviedo con mucho dolor de corazón. Es mucha pena a día de hoy el ver el equipo en Segunda división cuando yo estaba acostumbrado a verlo en Primera, con esa ciudad vibrando, esos fines de semana de fútbol. Creo que todos los clubes a veces tienen malas gestiones y acaban como acaban. Y lo que más sienten eso son las aficiones. Aquí ha sufrido la afición y la ciudad de Oviedo. Espero que sea algo que no se vuelva a repetir y que se vaya tirando para arriba hasta colocarse donde debe, que es en Primera.
P: Sobre tu presente. ¿Es más complicado enfrentarse al salario liga que a un buen delantero?
R: La verdad es que todo tiene su aquél. Cuando estás defendiendo un equipo en el campo tienes unas preocupaciones y cuando dejas de estar ahí y pasas a la trastienda, como yo suelo catalogar al mundo del fútbol en el que estamos ahora, también tiene su aquél. Todos estos mundos son muy complicados. Hay que trabajar para tu equipo desde el primer momento, ya sea en el campo o fuera, intentar aprender cada día y el poner lo mejor de tu parte con decisiones erróneas y acertadas.
P: Uno cuando va a fichar a un jugador ¿en qué se fija al margen de sus indudables cualidades futbolísticas?
R: Es la maquinaria de un fichaje. En principio ves las necesidades de tu equipo. Debes tener un consenso con el entrenador y dirección deportiva acerca de las características de los jugadores. No todos los jugadores valen para todos los equipos y no todos los equipos valen para todos los jugadores. A partir de ahí lo primero que es llamativo es verlo jugar, sus características, el saber que el jugador te puede encajar, su perfil. Luego miras cómo es ese jugador. Siempre tienes ex compañeros o gente que le pueda conocer, que te ayude a saber cómo se comporta dentro y fuera del campo. Dentro del campo lo ves, pero fuera en su vida particular hay gente que es más o menos madura, gente que hace más locuras. Todo eso de cada fichaje se valora. Al menos es mi forma de trabajar.
Se suele hablar con el jugador y los agentes, aunque particularmente a mi me gusta hablar con el jugador. En esas charlas o primeras tomas de contacto ya te haces un poco a la idea de cómo es ese jugador, sus inquietudes, si el jugador viene con hambre, si le atrae la idea o es un mero interés económico. Tienes que ir tomando decisiones y a lo largo de ese camino ir desechando. Y tomas la decisión, acertada o errónea. Es el trabajo diario de cada día, de cada temporada, agotador pero sigues en contacto con lo que te gusta.
P: La situación obviamente no va bien, pero el Levante es un club que ha ido creciendo. Partiendo de esa lucha por salvar la categoría esta temporada ¿Cuál es el objetivo que se puede marcar a medio plazo?
R: Esta temporada está siendo muy complicada. Llevamos ahora el tercer técnico. Hemos cogido a Alessio (Lisci), el chaval que estaba en el Atlético Levante, nuestro equipo filial. La anterior dirección deportiva consideró cambiar a Paco López por Javier Pereira, que era un entrenador que había estado en el club pero de segundo entrenador y venía de China. No tuvieron una decisión acertada en ese sentido. No se mejoró nada al equipo y se ha conseguido estar en una situación complicada. Estamos trabajando y poniendo empeño para que pueda revertirse.
Después de retirarme aquí llevo trece años en dirección deportiva y secretaría técnica. He vivido situaciones buenas, malas, y muy malas. Cada temporada es una historia. Hemos tenido ascensos, descensos y hemos jugado en Europa League. Lo primordial en el Levante cada año es mantenerse en Primera. Eso es el punto 0, y algo que supone ingresos, visibilidad, todo eso. El club debe ir creciendo y asentarse en los valores que tenemos de cantera. En la primera plantilla están jugadores símbolo como son Morales, Roger, junto con Pepelu que sale de nuestra cantera, o Dani Cárdenas que también firmamos para el juvenil. Ha debutado Marc Pubill. Le comentaba al presidente que deberíamos conseguir que el 85% ó 90% de jugadores de la primera plantilla hayan sido canteranos. Sería un hecho muy bonito porque son los jugadores que han mamado esa idea desde la primera vez que se ponen la camiseta del Levante. No cabe duda que tienen que estar conjugados con otros jugadores con experiencia, que puedan actuar en Primera, que tengan calidad.
Siempre me ha gustado mucho la gente joven, con ganas. Unos pueden salir bien, otros salen mal, pero con trabajo todo puede ir saliendo. Lo primero es mantenerse en Primera, ir poco a poco creciendo en cuanto a conseguir plantillas cada vez más de gente de la casa, y que el equipo pueda hacer buenas temporadas.
P: ¿Cómo ves al Oviedo esta temporada? Cuenta con la importancia de mantener un proyecto con el mismo entrenador.
R: En Segunda división, donde yo he jugado y he estado haciendo equipos, con ascensos y descensos, es una liga muy complicada, muy larga y extensa en el tiempo. Un equipo para estar arriba tiene que salir a ganar en todos los campos. En Primera quedando por encima de siete equipos estás salvado, en Segunda para ascender tienes que quedar por delante de diecinueve, dieciocho o dieciséis. Es muy complicado y más o menos todas las plantillas son muy equiparables, con gente que lo da todo, con calidad. No cabe duda que si cada año tú mantienes la columna vertebral de los equipos, poco a poco te vas consolidando. Eso unido a que puedes sacar gente de cantera, que pueda destacar, con un presupuesto medio de la categoría. Están ahí colocados. Particularmente me gustaría que fuese en el ascenso directo, pero están cerca de playoff. Lo importante es que mantengan un nivel regular porque eso es lo que te va a permitir a la postre estar arriba.