Nereo Champagne formó parte de la familia azul durante dos temporadas con registros opuestos. En su primera toma de contacto el Oviedo terminó peleando hasta el último suspiro por entrar en playoff, mientras que la segunda temporada todo se volvió oscuro y hubo que esperar al final para que Ziganda rescatase a un equipo que se encaminaba al precipicio. Ahora defiende la portería del Rayo Majadahonda.
PREGUNTA: ¿Cómo se produce tu llegada a Oviedo?
RESPUESTA: Terminaba mi contrato en Leganés y estaba buscando un horizonte para jugar. Apareció el interés del Oviedo. Con Martín Mantovani siempre hablábamos del Oviedo porque él había jugado ahí y me contaba lo que era el club, el estadio y la gente. Cuando llegó la primera charla con el Oviedo estaba recién terminado el campeonato de Primera división. Creo que el de Segunda no había terminado. Quería irme de vacaciones con el futuro medio resuelto, y el Oviedo se puso de acuerdo con el Olimpo que era el dueño de mi pase.
Era algo que quería conocer porque me habían hablado también del clásico Oviedo-Sporting. Todo se cerró y así se fraguó mi llegada.
P: ¿Te sentiste acogido por la gente y por el club?
R: Sí, por supuesto. Desde el primer día me trataron bárbaro tanto el club como toda la gente de Oviedo y de la zona, porque viví un año en Llanera y allí la gente también se comportó bárbaro. Familiarmente fueron dos años muy lindos vividos en Oviedo. Es un club muy lindo para jugar con mucha pasión, mucha gente.
P: ¿Y las expectativas a nivel deportivo se cumplían?
R: Desde lo que era la infraestructura del club, estadio y afición, la cumplían enormemente. Es un club tremendamente grande, ordenado, con ambición, y la verdad que eso me motivaba mucho. Teníamos un gran plantel, peleamos la primera temporada hasta la última fecha por estar en playoff, que era lo que venía haciendo el Oviedo regularmente las temporadas anteriores. Estuvimos ahí cerquita.
La segunda temporada no empezamos bien y después con pandemia y todo terminamos peleando por un objetivo que no era el que teníamos al principio. Se pudo sacar adelante, algo muy importante porque es muy difícil pelear abajo para un club como el Oviedo. Lo pudimos resolver y por suerte hoy el club sigue creciendo, manteniendo base y entrenador. Creo que los resultados se verán pronto.
P: La primera temporada para ti en particular fue sólida. La afición te tenía un aprecio especial. El equipo fue bien pero faltaron puntos para lograr el objetivo de entrar en playoff.
R: El poder entrar a playoff te lo marcan dos o tres partidos clave, que son esos puntos que te faltan. Lamentablemente siempre hay un partido que deberíamos haber ganado, que no se nos dio. Haciendo memoria me llega el partido contra el Córdoba en casa que empatamos a 3, un partido que lo teníamos bastante controlado. Nos faltó en esos dos o tres partidos sacar algún punto más que nos hubiera permitido entrar en playoff. No se dio. La Segunda división es un torneo muy muy duro.
P: En la segunda temporada los problemas con los resultados del inicio condenaron el resto de la competición ¿Por qué costó tanto superar esa racha?
R: Porque el fútbol son dinámicas. No empezamos como queríamos por diversos factores. Cuando pasa eso y te metes abajo es difícil salir. Es una categoría muy pareja donde todos los planteles salvo los que descienden de Primera tienen un presupuesto y una plantilla muy parejas, y cualquiera le gana a cualquiera. Si encadenas malos resultados se empieza a pelear abajo y se pone todo más difícil. Normalmente en un club con mayor presión que en otros como el Oviedo eso hace que el día a día sea más espeso que en otros equipos. Dentro de lo malo de pelear por el descenso el mantener la categoría es un punto muy importante.
P: Se habla mucho del entorno del Oviedo, que es exigente. ¿Sumó o restó la atmósfera en esos momentos críticos?
R: La gente siempre suma. Te demuestran el apoyo, porque te lo hacen ver en el día a día y siempre están ahí alentando para que el club sea más grande. Siempre suma. Obviamente puede haber el día que estén enojados, y es normal, por un resultado, pero a la larga siempre es un plus jugar con la gente.
En la segunda parte del torneo que fue en pandemia, que jugamos sin gente, se notó porque los necesitábamos. El Oviedo se hace muy fuerte con su gente en el Tartiere que le empuja, y eso lo notamos. Se notó la falta de ese aliento en la cancha. Después en la calle siempre te hacen sentir y es importante. Uno siente que cuando entra en la cancha está defendiendo a sus compañeros pero también a mucha gente detrás.
P: Cuando se miraba muy para abajo ¿a qué se agarró el equipo para poder sacar la temporada?
R: Nosotros nos agarramos al vestuario, a lo que éramos nosotros como grupo, a la gente que había dentro, a cómo entrenábamos día a día, a cómo se estaba trabajando, a la idea que tenía el Cuco de cómo afrontar los partidos. Nos agarramos a eso. Al trabajo, a apretar cada día un poco más, en saber que iba a ser duro y que de los partidos que quedaban alguno lo íbamos a perder. Que cuando perdiésemos no había que desunirse sino unirse mucho más. Y cuando nos tocara ganar seguir metiéndole porque nada se iba a resolver en un partido. Así lo fuimos afrontando, partido a partido, con unión. Al que le tocara jugar que diera todo, y al que le tocara estar afuera que apoyase y que aportase desde donde le tocara. Y así lo pudimos sacar adelante.
P: Tuviste distintos entrenadores. Normalmente uno en situaciones complicadas suele acudir a lo negativo. En este caso quiero que compartas lo positivo que encuentras de cada uno de tus entrenadores en el Oviedo.
R: Cuando llegué el entrenador era Anquela, que venía de la temporada anterior. Junto con su cuerpo técnico vivía con mucha pasión los partidos, y eso es muy importante. Destaco la pasión que le metía a cada acción, y cómo te hacía vivir el club y el día a día. La verdad que tanto Anquela como todo su cuerpo técnico, con Juanjo (Carretero), Dani Mayo, (Sergio) Segura, nos hacían vivir eso con mucha pasión. Después vino Sergio Egea, que había estado tiempo atrás en Oviedo y que sabía lo que era. Había ascendido y nos transmitía también esa pasión por el club, y cómo hacer las cosas.
Javi Rozada era muy oviedista y trató de transmitirnos, y lo hizo, todo ese sentimiento que él tenía.
Después vino el Cuco que aportó tranquilidad, calma, que era lo que se necesitaba en ese momento. Dio un enfoque de hacia dónde ir y una manera de hacerlo, entendiendo que para pelear el descenso había que tener mucha paciencia y ser muy ordenados. El Cuco le dio en ese momento ese orden y esa tranquilidad que necesitábamos.
P: ¿Cómo marcó al vestuario esa nota que trascendió fuera de “No hay tregua”?
R: Siempre ese tipo de frases sea cual sea unen y hacen que el discurso de todos sea el mismo. Lo importante en el fútbol es compartir el objetivo y la manera de llegar a él. El objetivo podíamos compartirlo todos, que era salvar el descenso, pero si cada uno empezaba a buscarlo por su cuenta iba a estar muy complicado. El Cuco a través de ese mensaje, obviamente acompañado con trabajo diario, nos encontró e inculcó un camino al que todos por supuesto nos adherimos. De esa manera es más fácil, porque cuando todas las energías apuntan hacia el mismo lugar es menos complicado.
P: Viviste el momento de rozar el playoff con los dedos y este de pelear por el descenso. También te tocó jugar y estar en el banquillo. Se habla mucho de la soledad del portero. Es la última defensa del equipo y donde los errores más se ven. ¿Cuándo van mal dadas en qué te apoyas, en la psicología, en el grupo, la familia?
R: Son momentos que siempre existen en el fútbol. Es un deporte muy lindo en el que hay muchos errores. Uno tiene que apoyarse en uno mismo, con tranquilidad y sabiendo que si se llegó a ese lugar y a ocupar ese puesto es por algo. Nadie te regala nada para llegar a jugar al fútbol profesional. Y es por algo, por unas condiciones, trabajo. Uno tiene que recordar muchas veces esos momentos, lo que llevó a estar ahí y que nadie le regaló nada. Obviamente todo esto alimentado por la contención de la familia, los compañeros, del cuerpo técnico, de la gente, del club. Acá todo el mundo falla y los fallos de los arqueros se notan más porque son goles. Pero no somos nada extraordinarios, todo el mundo necesita el apoyo del otro. Hay que contar con ese apoyo pero confiar también en uno mismo. ¿Por qué estoy atajando en un club como el Oviedo? Porque en mi carrera hice esto, esto y esto, que me llevó a este lugar de privilegio. Recordando eso y entendiendo que los errores son parte del juego y a todos les toca cometerlos.
P: Y cuando la situación se revierte ¿dan ganas de pegar un grito y sacar toda la rabia?
R: No, porque obviamente va con el correr de los partidos. Un delantero puede errar varios goles dentro de un partido, meter una y borrarse los otros fallos. Entonces no hay ningún problema. Nosotros podemos tener varios aciertos que no borran ese error. Uno tiene que aprender a convivir con eso, y no hacer una montaña rusa. Entender que va a haber momentos buenos y no tan buenos, y hay que mantener la calma. Es largo y es una maratón. No por hacer una buena acción va a estar todo bien o por cometer un error va a estar todo mal. Al final toca analizar y disfrutar de los momentos vividos.
P: El equipo ahora está en una situación privilegiada en cuanto a la clasificación con un entrenador al frente de manera estable. ¿Hasta qué punto es importante en el fútbol actual el mantener un proyecto con el mismo entrenador durante más de una temporada?
R: Uff. A veces no se le da el valor que tiene eso. Es muy importante mantener el proyecto. Ahora mismo es una vorágine en la que sólo sirve ganar y ganar. El fútbol es un deporte en el que es muy difícil ganar todos los días, o ganar cada día en una categoría en la que está el Oviedo. Son presupuestos muy parejos y puedes ganar o perder por un mínimo detalle. Es muy importante el hecho de mantener un grupo de trabajo encabezado por una persona, con una idea, que también pueda con el correr de los años o el mercado de los pases ir mejorando esa idea a través de incorporar jugadores. Se debe mantener una base de jugadores que puedan enseñarle rápidamente al que llega, cómo se vive, en este caso en el Oviedo. Mantener una base de jugadores y de entrenadores es una ventaja importantísima con respecto al resto de equipos. Un equipo que mantiene base tiene muchas fechas de ventaja ganadas con respecto a uno que cambia todo. A lo mejor ese que cambia todo igual un año le sale bien, pero a la larga le va a salir más mal que bien.
Valoro muchísimo del Oviedo que haya mantenido al entrenador y su cuerpo técnico durante más de una temporada. Los resultados se están viendo. El Oviedo está en una posición expectante, con chances reales de meterse en playoff, con un mercado de pases a la vuelta de la esquina que va a servir para reforzar el equipo y mejorarlo. Es una de las claves por las que el Oviedo está donde está.
P: A eso le podemos añadir una serie de jugadores que venían del Requexón y que prácticamente empezaron contigo y ahora están liderando. ¿Cómo les ves?
R: Para mi como jugador grande de experiencia que en ese momento los recibió y empezó a ver sus primeros pasos es una alegría ver dónde están hoy. Porque cuando uno es un responsable dentro del vestuario de los jugadores más jóvenes su crecimiento es una alegría. Por lo menos yo lo siento así. No es un mérito para mi pero sí lo siento dentro como un logro. Me enorgullezco al ver a esos chicos que vienen del Requexón con la ilusión de jugar en el Oviedo y haber tenido la suerte de acompañarles en sus primeros pasos, de aconsejarles e indicarles. Jugadores que son pieza clave como Borja, Jimmy, Viti…jugadores que hace tiempo el Oviedo no tenía de cantera. Necesitó tiempo el Oviedo para rearmar su cantera. Que hoy sean jugadores importantes a mi me llena de satisfacción. Creo que es la manera que tienen de jugar los jugadores de cantera. Los jugadores de cantera no pueden jugar todos juntos en el primer equipo, tienen que estar siempre acompañados y rodeados de jugadores que les permitan explotar sus virtudes y seguir creciendo. Lo ha hecho muy bien el Oviedo al tener sus cuatro, cinco o seis jugadores de cantera muy buenos, rodeados de buenos jugadores. Hoy están demostrando su nivel.
Fui al partido que jugó el Oviedo en Leganés, y después del partido fui a la cancha y pude saludar a los que eran mis compañeros. Hablando con Borja le dije “qué lindo es verte jugar, Borja”. Pongo la tele para ver al Oviedo y para ver a Borja, porque te puede inventar cualquier cosa en cualquier momento. Pero para que Borja llegue a ser lo que es hoy necesitó de paciencia de entrenadores, de jugadores, del club. Eso es lo importante y lo que es un proyecto a futuro. Se debe tener paciencia con esos jugadores para que puedan explotar y ser lo que son hoy.
P: ¿Es Borja Sánchez un jugador de Primera división?
R: Va camino de eso. Técnicamente tiene todas las cualidades. En cuanto a sacrificio, a trabajo de equipo cada vez es mejor, y va camino de ser un jugador de Primera división. Ojalá que con el Oviedo.
P: En cuanto a tu momento actual, jugando en el Rayo Majadahonda ¿Qué objetivos personales te marcas?
R: Mis aspiraciones siempre fueron jugar al máximo nivel posible, y es a lo que aspiro hoy, seguir jugando al máximo nivel mientras el fútbol me lo permita. Para eso me entreno y me preparo, para ser mejor cada día y que después el fútbol me diga dónde lo podré realizar. Mi objetivo es jugar en el mejor lugar que pueda. En eso estamos, disfrutando de jugar y preparándome para el siguiente partido sea contra el que sea.
P: ¿Y los objetivos colectivos?
R: Acá en el Rayo la verdad es que hemos empezado bien esta primera parte, estamos ahí en puestos de playoff y ése es nuestro objetivo. Preparamos cada partido para ser competitivos. Esto es muy largo, es muy parecido a la Segunda división. Falta bastante pero todo es muy parejo, pero ese es el objetivo, darlo todo para llegar al playoff y lo que más se pueda.
P: Estáis en un grupo complicado con clásicos como el Deportivo, Racing de Santander, Logroñés y otros equipos pujantes de Segunda B que andan ahí arriba.
R: Esta 1º RFEF de 40 equipos lo que ha hecho es levantar el nivel de la tercera categoría del fútbol español. Es una categoría muy competitiva y hay muchos equipos históricos y grandes como el Depor o el Racing en nuestro grupo. Después hay muchos equipos con aspiraciones importantes como el Ferrol o Cultural Leonesa. En el otro grupo lo mismo, hay equipos muy importantes y hace que el salto de la 1º RFEF a la Segunda división sea menos importante que antaño. No es la misma Segunda B de tantos equipos. La verdad es que el campeonato es muy atractivo, muy lindo de jugarlo, competitivo y va a crecer. Va a ser muy apetecible para muchos jugadores de otra categoría bajar a 1º RFEF, o también para jugadores de otros países. El nivel futbolístico, de clubes y de estadios que hay es muy bueno.