Juan Pablo de Miguel Bravo “Juanpa” llegó a Oviedo en el tramo final de su carrera después de ser defensa de equipos con la entidad del Numancia o Las Palmas. Incluso cuenta en su haber con más de una veintena de partidos en Primera. Una única temporada como azul en la que significó su retirada del fútbol en activo. Fueron tiempos complicados que recordamos.
PREGUNTA: Hablemos primero de tu fichaje por el Real Oviedo. Vienes de jugar en Primera y Segunda en una carrera amplia y te decantas por el Oviedo en Segunda B.
RESPUESTA: Estaba negociando con clubes de Segunda, pero fue una conversación con Pacheta lo que me hace ir al Oviedo. Pacheta había coincidido conmigo en el Numancia, tuvimos una conversación, me explicó el proyecto, que era un proyecto importante. Que a pesar de que el club estaba en Segunda B la infraestructura, instalaciones y demás era profesional. Y que se consideraba ese año más como una transición. Era ir allí para estar el año siguiente en Segunda otra vez. Me atraía mucho toda la masa social que tiene el Oviedo, esa historia. Fue lo que me decantó para ir allá.
P: ¿Una vez en Oviedo todo eso que estaba en las conversaciones con Pacheta y en tus planteamientos se hizo realidad?
R: Todo lo que tenía que ver con el tema deportivo era lo que esperaba, porque tenía recuerdos de haber jugado partidos en División de Honor contra el Oviedo en la ciudad deportiva. También tenía recuerdos de partidos en Segunda donde nos habíamos enfrentado al Oviedo, incluso en el Nuevo Tartiere. En ese sentido me encontré un poco lo que esperaba, y todo el tirón de la gente, cómo apoyaba al equipo. Sí me sorprendió en ese año la parte más burocrática, que estaba un poco con pinzas por decirlo de alguna manera.
P: Tu estancia se quedó en una temporada. ¿Influyó este último aspecto que comentas en la no continuidad?
R: Tenía dos años de contrato firmados. Lo que pasa cuando acaba la temporada es que cambia la estructura. Se va Pacheta y llega Sarriugarte, que viene como entrenador y director deportivo al principio. Y me comentó que no contaba conmigo. No sé si ni siquiera llegamos a hacer algún entrenamiento, pero desde que llegó me dijo que no contaba conmigo y que me buscara una salida. Yo también quería lo mejor para el club. Si quien tiene que tomar decisiones me dice que no va a contar conmigo lo mejor que podía hacer era facilitar las cosas al club.
P: En la conversación con Pacheta te habla de un año de transición para volver a Segunda. La temporada no es buena en el sentido de que ese objetivo no se logra. ¿Que falló ese año para no haber llegado al nivel competitivo deseado? ¿El ruido externo perjudicó los intereses del equipo?
R: No creo que fuera eso, porque creo que era un equipo maduro, una plantilla madura. No creo que fuera algo que afectara. Para mi sí que pudieron haber un par de situaciones que pudieron afectar. Una fue que tuvimos muchas lesiones ese año, lesiones de jugadores que eran importantes. Me acuerdo de que estuvimos tiempo sin contar con Manu Busto, que era un jugador muy importante por lo que significaba a todos los niveles. Yo también tuve dos o tres lesiones de estas cortitas. Tuvimos problemas en cuanto a eso. Después deportivamente el equipo estuvo bien, de hecho estuvimos a punto de pasar en la eliminatoria de Copa contra el Athletic de Bilbao. Fuimos competitivos, pero se nos juntó también un grupo que quizá era el más fuerte que había. Estaba el Real Madrid Castilla que ascendió, el Tenerife que también ascendió. Fuimos el único equipo que no perdió contra el Castilla. Ganamos en Madrid y en casa empatamos a 1 o ganamos 1-0. Lo que pasa es que ese año los empates sobre todo fuera de casa contra equipos complicados de jugar en sus estadios con campos pequeñitos, muchos de hierba artificial, nos condenaron un poco.
Probablemente si hubiéramos jugado en otro grupo, salvo el del Cádiz que también tenía un equipo importante, habríamos sido equipo candidato a ser primeros o segundos. Y en playoff éramos un equipo muy competitivo. Me acuerdo de que íbamos a Tenerife y en ese partido nos jugábamos tener plaza directa a playoff, que quedaban dos o tres jornadas. Fue un partido en el que perdimos al final no sé si 1-0 ó 2-1, pero que estuvo para nosotros prácticamente todo el tiempo. Quizá son esas cositas puntuales que necesitas cuando quieres ascender en cualquier categoría. Llevamos bien el tema institucional, los problemas económicos y demás. Creo que el equipo era maduro y lo llevó bien.
P: Un grupo duro en el que también estaba el Lugo y el Leganés, que quedó por debajo del Oviedo en la clasificación pero que después se fue como un tiro a Primera. ¿Qué tuvo el Leganés en relación al Oviedo para hacer ese camino?
R: A nivel personal y por experiencia en el fútbol creo que es fundamental tener una base institucional, y que el club tenga estabilidad. En ese momento no la había. Me acuerdo de que había muchísimo revuelo con temas del presidente, problemas a nivel económico. Todo suma un poquito, pero creo que si ese año nos hubiéramos metido en playoff viendo luego quien ascendió y demás, porque me acuerdo de partidos contra el Lugo en Copa que eliminamos también, habríamos tenido nuestras opciones. Ganamos a todos los que ascendieron salvo al Cádiz, que no nos enfrentamos a él. La base de la plantilla que había era para haber tenido columna vertebral para Segunda, y si el club hubiera tenido una estructura y tranquilidad en todo lo que se refiere a ese aspecto estaba preparado para asentarse y no sé si repetir lo que hizo el Leganés, pero sí para haberse estabilizado sin problema. Tenía prácticamente todo lo que necesitaba.
P: A diferencia del Leganés el Oviedo sí que tenía una masa social consistente y amplia. El Leganés contaba con su masa, pero no al volumen del Oviedo, algo que podría haber sido un factor determinante.
R: La masa social del Oviedo gana puntos, por supuesto. Eso es algo que habría sumado la diferencia. El Leganés cuando tuvo ese cambio en la propiedad del club tenía estabilidad en todo lo que tiene que ver con los despachos y la sensación del club. Sin embargo en el Oviedo había inestabilidad. Me acuerdo de que esa temporada hubo problemas por impagos y denuncias de deudas a los jugadores. Yo estuve mediando también con AFE para ver qué se podía hacer, porque el club iba a tener una transición y un cambio de dueños. Era todo complicado en ese sentido.
P: Con Pacheta te une algo más en lo personal. Le conoces y te convence para ir al Oviedo. ¿Veías en Pacheta a ese entrenador de élite en el que luego se convirtió?
R: Sí. Pacheta desde que era jugador ya tenía ese gen ganador, ese gen competitivo. El fútbol cada vez se ha vuelto más competitivo, hay más detalles que se deben tener en cuenta y Pacheta es un hombre que lo cuida todo. Ya lo hacía como jugador y como entrenador daba gusto trabajar con él. Es un entrenador que sabe sacar rendimiento a los futbolistas, y manejar las situaciones para que le des todo el potencial que tienes. Era un entrenador para el Oviedo, para haber subido y para ser un entrenador de larga duración, para haber hecho un proyecto con él a largo plazo.
P: En el club ha habido sus altibajos, el equipo ha peleado por no descender, y ahora parece que se está mirando para arriba. ¿Qué necesita el Oviedo para ser estable? ¿Un proyecto definido? ¿Fichajes importantes? ¿Más conexión con la masa social?
R: Supongo que una suma de todo eso. Mi apreciación es que cada vez hay más igualdad sobre todo en lo que es la Segunda división. Eso hace que un equipo que encadena dos o tres resultados positivos consecutivos empiece a mirar arriba, y si los pierdes empiezas a mirar abajo. Es un poco lo que ha vivido el Oviedo. Todas las temporadas, menos una de ellas que sí pasó más tiempo abajo, ha tenido opciones de estar arriba. Quizás ese partido que es el que hay que ganar hace falta ganarlo. ¿En cuánto a qué jugadores? Siempre se decía que para subir de categoría debías tener jugadores de la categoría. Creo que ya los tiene. El Oviedo ha tenido plantillas con jugadores de muchísimo nivel.
Es que influyen tantas cosas que al principio de temporada se pone la base para que el resultado sea bueno, pero compites contra otros, probablemente, diez equipos que también quieren estar arriba. Los resultados están en cuanto a que se ha consolidado en la categoría, en el fútbol profesional, y es cuestión de que las cosas salgan redondas.
Respecto a la masa social, creo que el aficionado del Oviedo siempre va a apoyar al Oviedo. Lo que pasa es como aficionado siempre quieres ver a tu equipo ganar y no te gusta que los resultados no sean positivos. Cuando no se dan esos resultados positivos es normal que haya una pequeña desconexión, que creo que tampoco es tal porque si el equipo necesita el apoyo la gente va a estar ahí. A pesar de que esté abajo, si se juega el descenso el último partido y el juego no es el que les gustaría la gente va a estar ahí seguro. Hay que dar con esa tecla que haga que todo funcione. Pero no tengo esa repuesta porque es lo que buscan 10/12 equipos de Segunda y no es tan sencillo. Ya lo vivimos hace años cuando el Atlético de Madrid descendió, que es muy complicado dar ese saltito. Quizá este año la plantilla del Almería es de un nivel altísimo y le está saliendo todo redondo. Sobre el resto, hay equipos muy buenos, compitiendo muy bien. Todos van a pasar por rachas porque la liga es muy larga, y simplemente hay que saber gestionar esos momentos delicados para dar un poquito más cuando haya que darlo.
P: Una vez que te retiras te conviertes en empresario vinculado al deporte, al fútbol.
R: Para casi todos los futbolistas o ex futbolistas es algo que no puedes apartar de tu vida. Al que le gusta el fútbol lo lleva viviendo desde muy pequeñito. De una forma u otra te vinculas al mismo, pero no todo el mundo puede ser entrenador o director deportivo de un club, sobre todo porque se retiran más futbolistas que puestos vacantes que pueda haber. En mi caso busqué otras alternativas para seguir vinculado al fútbol mientras sigo con mi vida activa, porque te retiras con muchos años por delante para seguir haciendo cosas.
P: En tu caso es gestión económica y asesoría para deportistas.
R: Tengo varias empresas, una consultoría de todo, de representación hasta la parte económica deportiva y de marketing. Eso tiene que ver con mis titulaciones universitarias. Luego también tengo una empresa de Big Data, de análisis y todas estas cosas que están floreciendo en los últimos años. Son un apoyo al mundo del fútbol.
P: ¿Hasta que punto es importante que el jugador en activo siga cursos o busque asesoramiento para gestionar su patrimonio presente y futuro para una vez que se retire?
R: Eso en fundamental. Esos cursos existen por parte de AFE, que tiene acuerdo con un par de empresas. Si no recuerdo mal una de las que gestiona Arizmendi imparte cursos gratuitos a todos los futbolistas afiliados a AFE que quieran. Es algo para mi necesario. Primero porque cuando vives el fútbol lo haces tan intensamente que a veces mucha gente no tiene ni los conocimientos ni las ganas ni el tiempo ni recursos para manejar todo eso, y después porque normalmente la vida de un futbolista en muy cortita. Quedan muchos años por delante y la mayoría no genera los suficiente para vivir de rentas para siempre.
P: En el caso del Big Data ya vemos la importancia que va cobrando en el deporte. Hace tiempo hablé con Billy Beane, el precursor de la aplicación de los datos en la toma de decisiones de gestión deportiva, y decía que cuando empezó casi le consideraron un loco. Al final ha terminando condicionando el deporte profesional en los Estados Unidos. ¿Se le empieza a dar esa importancia aquí?
R: Quizá no tanta como generó en los Estados Unidos, sobre todo en béisbol y baloncesto, pero sí que ahora es una herramienta más. Cualquier club profesional y diría que semi profesional debería apoyarse en una herramienta como ésta porque facilita muchas labores, tanto en la parte puramente deportiva del cuerpo técnico, como a la hora de tomar decisiones dentro del organigrama del club. Son herramientas que han llegado aquí para quedarse. Están sumando sobre todo en la toma de decisiones en todos los ámbitos.
P: Hemos visto que ha habido algún jugador, en concreto De Bruyne, que ha utilizado sus datos de rendimiento a la hora de conseguir su nuevo contrato. ¿Es un disparo al aire o realmente puede ser una tendencia?
R: No creo que sea locura porque de hecho sería una evolución natural de un contrato por objetivos. Toda la vida en los contratos se han incluido cláusulas por partidos jugados, por goles. Y si eras un portero, por goles encajados. Esto es lo mismo. Realmente lo que ha hecho De Bruyne es fijar esas cláusulas, dar datos que acreditan esas cláusulas. Es como ser un delantero y decir que “he metido una media de 17 goles por temporada y considero que un futbolista que mete ese número de goles vale tanto o tiene que ganar tanto”. Es una argumentación más con sentido.