No fue la fraternal contienda pucelana la tarde ideal para el Oviedo. Dos errores propios impiden que el conjunto azul se traiga de vuelta un punto o incluso tres de ese partido que podía dar un buen empujón hacia arriba.
Partían los carbayones con una novedad en nombres y esquema. Como era presumible Arribas sustituía al sancionado Calvo, quedando Isaac asentado en el lateral derecho. Por delante una inusual línea de tres insertando a Luismi en el centro arropado por los clásicos Jimmy y Brugman. Este dibujo 4-3-3 lo completaban los Borjas y Jirka entrando por el dolorido Viti.
No tardó mucho en venirse abajo el plan de trabajo con un tempranero gol pucelano, fruto de un balón que nació en un córner y que nunca debió de quedar con vida en el área pequeña. Un mal ajuste defensivo y un poco valiente Femenías permitieron el primer tanto de la tarde.
El Valladolid funcionaba a arreones, haciendo gala de suficiencia sólo en contadas ocasiones. El Oviedo supo controlar las acometidas, minimizando el gran caudal ofensivo que arrastra cada choque blanquivioleta. El trivote azul parecía funcionar, complicando a Aguado y en especial a Kike, que se multiplicaba para ocupar los espacios.
Un buen balón en largo y la picardía de Jimmy premiaron esta vez sí una carrera de Jirka, que acudió veloz casi a la línea de fondo para meter un balón al área que fue rematado a placer por Bastón, sin oposición y en su sitio. Para esto Reyes fichó al eslovaco. Tablas y justicia. Un gol para dar tranquilidad y pensar en ciertos retoques en el descanso para ir a por el partido. Sin embargo un centro sin fuerza ni peligro fue recogido defectuosamente por Femenías, que en un error grosero permitió a Nacho llevar el 2-0. La peor jugada posible en el último suspiro.
Tras el descanso la posesión se fue decantando del lado visitante, con un control de juego efectista pero poco efectivo. Un extraordinario Brugman daba aire, pausa y opciones de correr hacia delante. Luismi cerraba bien aunque no termina de estar fino en el pase. Jimmy a lo suyo, sumando kilómetros y ayudas. Pacheta eliminó de la ecuación a un Kike desbordado, dando entrada a Alcaraz. Por unos momentos el cambio surtió efecto y el Oviedo se vio un poco más exigido. Femenías había detenido un buen balón de falta y estropeado dos tiros sin demasiada colocación. Escaso trabajo para el guardameta balear por parte de uno de los ataques más incisivos del campeonato.
Un penalti señalado a favor del Oviedo pudo significar un cambio de rumbo, pero el hasta entonces infalible Bastón mandó el balón al anfiteatro. No pudo hacer su doblete y el error fue otro golpe fuerte en el pecho. Ziganda removió el banquillo para buscar cosas distintas, con Pombo, Montiel y Matheus en el prao. Mucho dominio pero poca profundidad.
Se vio a un Oviedo sólido pero con poca fortuna en los momentos decisivos.