Las últimas temporadas el Mirandés ha ido construyendo una idea que le permite competir en Segunda sin tener que acudir al tradicional mercado de agentes libres. Rastrea en escalafones competitivos inferiores en busca de jugadores jóvenes que quieran agarrarse al fútbol profesional, y llaman a la puerta de los clubes de mayor tamaño que necesiten conceder tiempo de juego a futbolistas con competencia en su puesto.
También se está convirtiendo en un destino apetecible para los entrenadores, que ven en Miranda una alternativa para poner en práctica un juego sin ataduras y con una presión mucho menor que en cualquier otro equipo. Esta temporada Lolo Escobar quiere poner su nombre negro sobre blanco, y ofrece un fútbol valiente, llamativo, de los que hacen que el despistado quiera quedarse un rato más viendo las evoluciones de su equipo.
Hay una premisa innegociable en el Mirandés, que es la de exprimir el físico en cada partido. Un juego de ida y vuelta para el que se precisa una alta dosis de concentración y de recuperación de esfuerzo. Escobar equilibra mucho el juego en una medular donde Víctor Meseguer es el amo de las camisetas. Temporada muy destacada del centrocampista al que ya colocan en Primera el próximo curso.
Es un equipo goleador, y goleado. El atrevimiento le sale caro, siendo el segundo equipo con más goles encajados sólo superado por el colista Alcorcón. La defensa, en permanente exigencia, tiene tendencia a cargarse con tarjetas.
Escobar no modificará un esquema que dibujará sobre el papel un clásico 4-4-2 donde Brugui podrá partir desde la banda derecha o como delantero, dependiendo de que Alex López asome desde la mediapunta o juegue más retrasado.
Los partidos se tornan con frecuencia en un intercambio de golpes con impredecible resultado. Para dominar al Mirandés hay que robarle la pelota y no entrar en su juego veloz, donde es posible que haga mucho daño.
JUGADOR A SEGUIR
En el juego ofensivo del Mirandés destaca la velocidad y habilidad de Roger Brugué “Brugui”, que esta temporada ha dado el gran salto de su carrera deportiva. Hace apenas tres mañanas jugaba en el Nàstic y ahora cuenta con los dedos de una mano los goles cosechados en su debut en Segunda. Ha aprovechado la oportunidad en el once que le ha dado Escobar para echar la puerta de Miranda abajo.
