De Victor Álvarez Rozada se han dicho muchas cosas en las últimas temporadas. Parte de la afición consideraba correcto que un jugador de sus características sumase número en la plantilla, por aquello del compromiso con la camiseta y ser de casa. Otros le seguían viendo con el ceño fruncido, no sabiendo exactamente el papel que podría jugar en un Oviedo que parecía cerrarle las puertas.
Y en definitiva se podían contar con los dedos de una mano los que auguraban una temporada como ésta, con Viti con la etiqueta de titular indiscutible.
En una ya lejana pretemporada Anquela dijo de él cosas muy bonitas para un chico que pelea por asomar la cabeza, y le otorgó su confianza incluso dándole plaza en el lateral izquierdo. Todos han destacado sus ganas de ser futbolista y su velocidad. Pero las oportunidades se iban aguando en el café de espera. Tampoco ha ayudado una inoportuna serie de lesiones que iban mermando su nombre como alternativa.
La complejidad que dio el inicio de temporada, con fichajes fuera de forma y con jugadores tocados por el COVID, concedió al de Laviana una nueva oportunidad, casi insalvable. Como en el Oeste, disparar o morir. Y Viti desenfundó antes que nadie. Echó a correr y no ha parado. Ziganda ha visto que el chico trabaja y le ha mantenido a pesar de que los llamados a ser titulares se ponían la camiseta azul.
Ha sido el 7 azul un jugador destacado, dando dinamismo entrando por cualquiera de las dos bandas o incluso actuando como segunda punta, un exceso en este último caso. Ha trabajado la recepción de espaldas para irse en velocidad, aguantando el envite del defensa. Ha ganado fuerza para el cuerpeo, para el empujón inicial que frena en seco la arrancada. Puede salir por fuera o al engaño por dentro, una habilidad que ha ido repitiendo y difícilmente se le había visto.
Su gol ante el Amorebieta tiene que darle un plus de confianza en la faceta en la que debe mejorar, la interpretación del término de la jugada. Cuando llega en carrera al vértice del área le cuesta poner su firma a un inicio brillante. Pero como cualquier aspecto del fútbol, el tiempo de trabajo añade valor al esfuerzo y la tarjeta de visita.
De tener un pie y medio fuera del Oviedo este verano a ser indiscutible. A veces el fútbol entrega sus estrellas de plata a quien las persigue. Tenemos futbolista, queda temporada para ver si Viti mantiene la regularidad y sigue dando pasos al frente.
