El brillante regreso de Costas

El rendimiento de David Costas es una de las sorpresas agradables de la temporada del Oviedo. El central gallego dejó ver en su época anterior en el conjunto azul a un jugador rápido, versátil, hábil en el corte y con capacidad para empujar a la defensa dos pasos hacia delante. 

No fue capaz sin embargo de repetir las mismas prestaciones en sus siguientes desempeños futbolísticos. El Celta notaba que Costas debía afinar su progresión en otros equipos antes de convertirse en jugador del primer equipo. Una apuesta a medio plazo para ser importante en la zaga celeste. Pero ni en el Barcelona B, ni en el Almería se pudo ver al defensa que despuntó en Oviedo. De hecho en su última etapa en la exigente plaza almeriense desde cierto sector se le empujó al vacío por una serie de errores. 

Ya de vuelta en Vigo su situación no mejoró. La secretaría técnica perdió la paciencia y quiso que Costas se buscase su futuro lejos de Balaídos. El jugador optó por mantener la vinculación celeste y el asunto se ensució por temas contractuales y una desvinculación sobre la que no se llegó a un acuerdo. El resultado fue que el central vio toda la temporada en la grada apartado del equipo. 

Con el verano y las maletas listas para acudir a la llamada de la playa, al bueno de David le tocó buscar un acomodo en el que volver a sentirse futbolista. Parecía claro que el regreso a Oviedo era la alternativa más deseada. El malogrado Francesc Arnau dejó encarrilada una negociación que Rubén Reyes tuvo a bien llevar a término. El resto de la historia se está dibujando en colores llamativos. Se está viendo a un David Costas sublime en las labores defensivas, con confianza y atreviéndose a arriesgar incluso en situaciones comprometidas. Es el líder de la defensa y casi de todo el once de Ziganda. Y ha disputado todos los minutos hasta la fecha, lo que habla de la fortaleza física de Costas. 

Queda plantearse cómo es posible que un jugador llamado al ostracismo durante toda una temporada y que además no ha gozado del beneplácito futbolístico esté rindiendo a ese nivel extraordinario. Las respuestas las buscamos en la psicología. Aquí nos atiende Ana Huetos, psicóloga deportiva que ha analizado este caso. 

Según Huetos “a nivel psicológico podemos resaltar varios detalles y tratar de explicar por qué se ha dado tal mejora en su rendimiento y qué puede hacer un jugador que se encuentre en una situación parecida. En primer lugar, David llega a la cantera del Celta muy joven y coincide con una generación con mucho potencial. Su ascenso hasta el primer equipo y debutar en Primera División es muy rápido. En los casos de “ascensos meteóricos” es fundamental que el jugador tenga un sistema social de apoyo firme (familia, cuerpo técnico, psicólogo deportivo). David comenta en una entrevista en La Voz de Asturias que se enfrentaba a jugadores contra los que tenía que estar al 100% “o te comían”. Es importante que el jugador tenga herramientas para manejar estos cambios, la frustración cuando no salen las cosas y eres superado en el campo”. 

Ana Huetos abunda en lo importante que es fijarse las propias metas ya que “desde estas edades es clave que el jugador sepa plantearse objetivos adecuados a su realidad deportiva, que más adelante cambiará y él tendrá que adaptarse. Estos objetivos deben tener 5 características (SMART por su siglas en inglés): específicos (describir la conducta objetivo de forma concreta), medibles de forma objetiva, adecuados a la realidad del deportista, realistas (deben ser alcanzables) y delimitados en el tiempo”.

En su vuelta al Celta en un año que el propio Costas ha calificado como “muy duro” el prometedor defensa gallego tuvo que hacer frente a una realidad que le alejaba del terreno de juego de manera fulminante. Es el proceso que afronta cualquier jugador que no cuenta para el entrenador o el club. Para Huetos “es esperable que debido a la presión por obtener resultados, el margen de error de los futbolistas es muy pequeño para dejar de ser indiscutible para el entrenador, y saber gestionar esa presión marca la diferencia para obtener un buen rendimiento. Cuando los resultados van mal es más complicado centrarse en entrenar y mejorar día a día, pero es ahí donde establecer objetivos adecuados no ayuda a mantener la motivación y la concentración en los aspectos relevantes. Cuando los resultados no salen y dejas de tener minutos, la motivación se ve afectada porque se produce una pérdida de reforzadores drástica (pasar de ser titular a no ir convocado) y las recompensas pasan a ser a largo plazo (ganarse los minutos poco a poco)”.

Finalizada su unión con el club vigués Costas atiende por fin al persistente interés del Oviedo, que no olvidó su buen hacer como carbayón, un lugar donde por otra parte había logrado alcanzar un nivel óptimo de rendimiento. Y por lo que vemos, estamos ante un futbolista joven, que no ha tocado techo y que muestra mejoría constante en todos los aspectos del juego. 

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