Cerrada ya la ventana de fichajes, y con un breve periodo de reflexión, se presentaba el director deportivo del Real Oviedo, Rubén Reyes, para dar cuenta pública de su gestión. Fue en una tanda de preguntas tras la presentación de las últimas incorporaciones, Jorge Pombo y Gastón Brugman. Los dos vienen en calidad de cedidos pero con una opción de compra sujeta a distintos parámetros. Precisamente ese fue uno de los puntos de la alocución de Reyes, que hace un par de meses prometía su mayor esfuerzo en conseguir once fichajes, promoviendo su incorporación en propiedad y dejando hueco para un número mínimo de cesiones. Suponía un reto y una vuelta de hoja de la libreta de los últimos años, donde se buscaba abaratar costes acudiendo a las cesiones, con menor riesgo financiero pero con el sabor amargo que puede dejar el que un futbolista vuelva hecho un mozo a su club de origen sin dejar más que una estela en Oviedo.
Ha sido un mercado difícil por la dura competencia. No ha habido valentía en los últimos años en los despachos para acudir a competiciones distintas de la nuestra y recoger jóvenes talentos como antaño. Se recuerda mucho a gente del perfil de Gracan, Jerkan o Jokanovic, que ocupaban plaza de extranjero pero que vistieron de azul antes de que tuviesen demasiados focos. Da la sensación de que en todas las ventanas de fichajes venían sonando los mismos nombres, en una rueda en marcha que no permitía entrar a nuevos elementos. Reyes ha adelantado que perseguirá nuevas rutas comerciales que traigan nombres inéditos. Algo de eso ha habido con el uruguayo Brugman, un completo desconocido al que seguramente su gente quiso lanzar fuera de Italia. Entonces las redes de Reyes estaban abiertas y logró convencer al jugador de la conveniencia de enfundarse la elástica azul. Mucho corazón y poca plata. No se competía con las mismas armas que otros, y la idea romántica debía calar por encima de la chequera. El caso es que la apuesta ha salido bien en cuanto a la planificación, cubriendo lo pendiente y llenando de nombre con lustre el roster. Ahora queda que Ziganda acople todo lo que ha recibido y convierta la migración futbolística en El Dorado. Sí, el mister también tiene su colleja en forma de mensaje, aquí hay que ponerse a trabajar y no valen las excusas.
Y otro mensaje importante, no se ha consumido la exigua limosna del CVC. Apenas un pellizco para cerrar el pase de Brugman. Ha tenido que sufrir bastante para ajustarse al salario liga y le gusta jugar limpio. Parece claro que el grifo monetario descompensa una vez más una competición que de por sí viene adulterada por la diferencia abismal entre las opciones económicas de los que descienden y el resto de equipos. La nota final se la pondremos en junio, aunque la partitura queda bien escrita.