ENTREVISTA -JON ERICE

Jon Erice se sumó al reto de llevar al Real Oviedo a Segunda división y formó parte de una plantilla que fue fuerte en Segunda B y que se mostró altamente competitiva en la temporada de retorno. Capitán y referente del centro del campo azul durante cuatro temporadas en las que se generaron muchas expectativas y nacieron polémicas que el tiempo no ha silenciado. Se mantiene en activo en el Mutilvera, en Segunda RFEF. 

PREGUNTA: Estás de vuelta en casa después de tantos años. ¿Cómo surge la posibilidad?

RESPUESTA: Fue después de un año duro en Alicante por un problema en el sóleo, algo que era nuevo para mi. No me había perdido tantos partidos durante una temporada. Hizo que me replantease todo a nivel familiar y personal. La idea era continuar en Alicante pero no se pudo dar la situación. Una vez que eso lo tuvimos claro la conversación con el repre fue muy fácil. Si no hubiera nada que nos llenara íbamos a volver a casa y tomárnoslo con tranquilidad. Durante el verano fueron surgiendo distintas posibilidades que no nos convencían para nada, con mucha incertidumbre sobre las nuevas categorías que se habían formado, poca estabilidad económica y poca apuesta deportiva por parte de los clubes. Decidimos que con las opciones que teníamos con cuatro niños no íbamos otra vez a arrancar de cero en otra ciudad. Volvíamos a casa a esperar cualquier situación posible. Para seguir jugando tenía que ser algo muy llamativo o realmente sería quedarnos en casa y esperar que alguno de los equipos de la zona se pusieran en contacto conmigo y llegásemos a un acuerdo rápido simplemente por seguir en activo e ir enfocando el final de mi carrera como jugador desde la tranquilidad de estar en casa. Así se produjo la situación del Mutilvera. Surgió la lesión de un compañero desgraciadamente de larga duración. Fuera de plazo me contactaron y me dijeron si quería echar una mano formando parte de este equipo humilde. Después de darle unas vueltas decidí que sí era bueno seguir entrenando y en activo, y competir nuevamente como lo venía haciendo durante tantos años. Así surgió la posibilidad y decidimos ir para adelante.

P: ¿Lo consideras ya el último paso? ¿Tienes definida la siguiente etapa?

R: No soy muy de mirar a largo plazo, pero realmente como jugador si no sale algo por medio de algún ex entrenador que quiera contar conmigo como me ha pasado muchas veces, o de un director deportivo que sepa lo que doy y quiera apostar por mi de nuevo, me planteo estar por aquí o cerca. Veremos si seguimos a partir del verano porque ahora en enero me han salido tres o cuatro opciones de Primera RFEF. Tengo un compromiso moral con el club en el que estoy y tranquilidad para tomar decisiones, y eso me ha hecho seguir aquí y rechazar esas opciones. Como jugador sí que es cierto que no voy a ir mucho más allá durante los años. Me gusta el día a día, me encanta entrenar, jugar. Si tengo que seguir me plantearé durante el verano las ciudades donde pueda estar y si no hay algo realmente llamativo seguiré en clubes de aquí o en el mismo club si quieren contar con mi presencia. Si no hay un proyecto interesante a nivel deportivo tengo varias cosas encaminadas en el tema de entrenador o secretarías técnicas. Incluso colaboro con la empresa de mi representante durante tantos años. Me conocen de sobra, mi “enfermedad” en el buen sentido por el fútbol. Conozco prácticamente a todos los jugadores que hay en las tres o cuatro primeras categorías del fútbol nacional. No considero un trabajo en sí el ir a ver partidos, hacer informes, ayudar a directores deportivos…va encaminado por ahí el futuro casi con total seguridad. Mi primera opción sería la de entrenador, que es lo que a día de hoy me llama más la atención, pero mientras eso llega estoy colaborando con diferentes personas, con la empresa de mi represéntate y directores deportivos que me suelen pedir informes. Veo partidos y tengo la oportunidad de hacer lo que me gusta. Mi futuro va encaminado a eso realmente.

P: ¿Es tan exigente la Segunda RFEF como la querían hacer ver?

R: Desde mi experiencia lo que veo es que tanto la Primera como la Segunda RFEF están todavía en experimento. No han terminado de asentarse. Sinceramente con cinco grupos con 18 ó 20 equipos hay clubes que no llegan ni de lejos al tema profesional. Eso es una realidad, el que quiera hablar de otra cosa estará mintiendo. La realidad es que a nivel profesional queda muchísimo que recorrer para la gran mayoría de clubes que hay en esta categoría. No es nada cercano al mundo profesional que yo he vivido durante tantos años. 

La Primera RFEF es otro experimento en el que este año bajan cinco equipos de cada grupo. Eso hace que los dueños y los propietarios de los clubes no hayan hecho una apuesta económica. La diferencia entre el octavo y el descenso van a ser mínimas. Tendrá que ser el paso de los años lo que haga asentarse a estas dos categorías para ser como decían o vendían el año pasado “la antesala del fútbol profesional”. 

Si tú te vas a la Primera RFEF todos sabemos los equipos que realmente son profesionales y los que tienen capacidad para ser profesionales. Están el Deportivo de La Coruña, el Racing de Santander, Albacete, ese tipo de equipos que están por encima del resto a nivel económico, y los filiales que cuentan con el músculo económico de grandes clubes como Villarreal, Barça o Madrid. 

La Segunda RFEF está muy lejos de ser algo profesional. Lo estoy viviendo, lo estoy viendo en otros rivales, que no tienen para nada buenos campos de entrenamiento, buenos medios para viajar, y la capacidad para proporcionar tanto a jugadores como entrenadores un ámbito de trabajo profesional. Va a costar tiempo, no se va a conseguir de un día para otro. Se necesitan patrocinadores y que la Federación haga realmente una apuesta grande por estas categorías. Es un poco el modelo inglés lo que se pretende hacer con estas categorías. Allí hasta la quinta división es profesional absoluto. Tú vas a la Premier, la League 1 y la League 2 y son categorías profesionales y tanto jugadores, entrenadores y trabajadores gozan de unos medios económicos y de trabajo espectaculares. Estamos muy lejos de eso, que es el modelo que se quiere conseguir con este fraccionamiento de las categorías. 

P: Esas son las deficiencias que ves a nivel estructural. Pero en lo meramente deportivo tradicionalmente ha sido difícil dar el salto a no ser que estuvieses en un filial o que hicieses una temporada espectacular.¿Puede verse el jugador beneficiado de cara a dar ese salto a categorías superiores?

R: En eso no las tengo todas conmigo realmente. Hay diferencias con equipos que tienen una gran visibilidad como puede ser un Hércules o Córdoba que están en Segunda RFEF. Lo que hagas bien con esos equipos no tiene nada que ver con lo bien que lo hagas en nuestro Mutilvera. Hay dentro de la categoría unas diferencias tremendas, bien por lo económico o la repercusión social o mediática. A nadie se le escapa que el Córdoba va a ascender como primero este año. Lo teníamos bastante claro a principio de temporada por la plantilla y la capacidad que tienen, pero es que lo está demostrando en el campo. El grupo del Hércules por ejemplo es más complicado. Hay cuatro o cinco equipos que tienen buena capacidad  Murcia, Hércules, Intercity, Eldense, La Nucía…son equipos parejos en ese sentido. Es verdad que el Hércules tiene más repercusión y mayor masa social, pero en lo deportivo las plantillas son muy parejas. Creo que le va a costar al jugador también. No es una categoría que esté teniendo demasiada visibilidad. En cuanto al salto a Primera RFEF hay equipos que no tienen esa capacidad para fichar a jugadores para esa categoría. Hay jugadores que estarán mejor en cuanto a condiciones económicas en determinados equipos de Segunda RFEF que jugándosela en equipos que van a estar peleando por no descender de Primera RFEF. Hasta que no haya una inyección económica y una mejora en los medios para trabajar de los clubes es difícil dar el salto. 

P: Hablabas de los filiales, del músculo y respaldo que tienen. Vienes de un equipo como Osasuna, con la cantera como elemento base. También hacías referencia a la liga inglesa. Allí sí que cuentan con competiciones específicas para filiales. ¿Sería mejor establecer una liga de filiales?

R: Sería una opción que habría que tener en cuenta en España. Somos una cuna de talento inagotable. Igual que se hace en la categoría de División de Honor se debería intentar una liga de filiales. Habría una cantidad de jugadores que iban a ser vistos, que estarían a caballo entre el primer equipo y el filial que iban a progresar porque cada fin de semana se enfrentarían a otro equipo con similares características a las suyas. Sería una liga preciosa y un avance importante para los filiales. Al final estás en una competición como la Segunda RFEF con chicos muy jóvenes que se enfrentan a jugadores muy veteranos como puedo ser yo u otros durante estas temporadas. No se compite por lo mismo. Realmente el jugador de filial bueno compite por dar el salto a Primera división ya sea mediante su equipo o por medio de cesiones, que es lo que se está dando los últimos años. Esa liga de filiales habría que probarla. Iba a ser un salto deportivo para el país porque ibas a tener cada domingo estadios con buena afluencia de público, buenos estadios, jugadores preparados tanto física como deportivamente. Eso sería muy bonito y es algo que me gustaría ver en España, sinceramente. 

P: Lo que has visto son también ligas de otros países. Me detengo en tu temporada en la MLS. ¿Qué tipo de competición te encontraste en Vancouver?

R: Superó mis expectativas en muchas cosas. Es muy particular. Todo el deporte norteamericano va encaminado a ese tipo de organización. La liga es tremenda, es enorme. Tanto Estados Unidos como Canadá son dos grandes países, tanto en lo que se refiere a la calidad de vida como de extensión de población. Es una liga con muchísimas ganas de crecer, lo está haciendo. Está empezando a adquirir jugadores en sus mejores años de fútbol. Ya no son esos grandes jugadores que eran mayores y que lo único que daban era visibilidad de liga a nivel de marketing. Vemos ese tipo de jugador pero cada vez en edades más tempranas. Aparte las dos selecciones han crecido mucho y tienen opciones de estar en el Mundial de Qatar. Canadá está liderando su grupo con Estados Unidos y México por detrás. Eso quiere decir que está habiendo un cambio. Vemos cada vez más jugadores canadienses en Europa en grandes equipos. Tenemos a Davies el del Bayern de Munich o David que juega en Bélgica. La apuesta que hacen ellos por lo que allí llaman “Soccer”, que es el fútbol de toda la vida, está siendo grande. Evidentemente no va a llegar a ser deporte nacional como el fútbol americano, béisbol o baloncesto, pero la apuesta económica y social que hay es tremenda. El potencial que tienen esos dos países en el futuro cercano creo que será para tenerles en cuenta en los próximos torneos internacionales. Van a ser selecciones que van a dar que hablar. Ha habido un par de ex compañeros y varios conocidos a los que he ayudado a llegar a esa liga y todo lo que están viendo desde el primer día les parece increíble. Es una liga muy competitiva, con muy buenos jugadores, con nivel físico brutal. La táctica y técnica ha crecido de una manera increíble y esa liga va a ser una de las grandes de los próximos años. 

P: Quiero echar el ancla en tus años en el Oviedo. Hubo altos, bajos, de todo. Ya nos detendremos en lo concreto, pero en general ¿Cómo valoras tu paso por el Oviedo?

R: En lo general algo espectacular en mi vida. Fue algo precioso que viví intensamente. Exprimí mi rendimiento deportivo a tope con cuarenta partidos por temporada. Se va perdiendo un poco de la perspectiva de lo que se consiguió. Es normal porque el fútbol sigue y todos queremos siempre más, pero se logró algo muy importante para la supervivencia del club. Algo increíblemente difícil por lo que comprobamos cada año en las categorías, como vemos con el Córdoba, Hércules, tantos clubes que son incapaces de volver a ese fútbol profesional porque es complicadísimo. Posiblemente a nivel de periodo largo de mi carrera seguramente hayan sido los mejores años de vida deportiva. Por todo. Ya no sólo por rendimiento ,porque eso lo he seguido haciendo, sino por lo que es estar en un gran club, una gran ciudad, que la familia sea feliz y que todo vaya como tiene que ir a nivel personal. Valoro como no podía ser de otra manera de una forma espectacular esos cuatro años en Oviedo. 

P: ¿Cuándo ves la foto o imágenes del ascenso en Cádiz qué sensaciones te recorren?

R: Se me eriza un poquito la piel, me pongo nervioso porque recuerdo con nitidez cómo se vivió todo. Pero ya no sólo la foto del ascenso, sino todo lo que hizo llegar a ese momento. Vivíamos cada día de lunes a domingo con intensidad. En los entrenamientos, en el grupo, en el vestuario, en la ciudad, con los amigos, con la familia. Era algo tremendamente bonito. Es algo que queda para siempre en tu vida. Cada año en la fecha del ascenso recibo mensajes de WhatsApp de amigos de Oviedo, de ex compañeros, gente del club y de gente de la que no tengo los números y me escriben dándome las gracias o mandándome fotos de aquel momento. Se me llena el móvil con mensajes. Eso demuestra la importancia de lo que se consiguió. Ya no solamente a nivel futbolístico sino personal para mucha gente. 

P: Hay quien dice que ese bloque del ascenso sería altamente competitivo esta temporada. 

R: Se demostró que en todos estos años no ha habido una plantilla a nivel futbolístico como esa que hizo el paso del ascenso y el primer año en Segunda. A día de hoy es un equipo que seguiría peleando arriba como se hizo. Éramos un recién ascendido y estuvimos durante buena parte de la temporada entre los cuatro o cinco primeros y luego quedamos séptimos u octavos. Ahora analizamos la Segunda división y ¿qué equipos hay ahí? Están el Éibar, Valladolid, Almería, tres equipos con mucho dinero, grandes plantillas, y ese Oviedo estoy convencido de que pelearía como peleó. Luego puedes llegar o no, porque eso es fútbol. Peleamos desde el principio hasta el final por esos puestos, y eso es la realidad del fútbol, no te lo regala nadie. No se ha conseguido hacer una plantilla tan competitiva como aquel año en Segunda.  

P. Entiendo que tuvieron que ser varias circunstancias y no una sola las que generasen la buena dinámica y la conexión con la grada que había.

R: Fueron varias cosas y hubo una mezcla de todo. Mezcla de experiencia y juventud, de caracteres, de diferentes personalidades, pero había un nivel futbolístico muy alto también. Éramos gente que soportábamos bien la presión y la exigencia de tener que ganar cada domingo. Eso lo soportábamos porque éramos capaces de rendir bajo esas circunstancias siempre. Lo que pasaba en el Tartiere el último año de Segunda B y la primera parte de la temporada en Segunda se generaba por rendimiento puro y duro. El futbolista tiene que entender una cosa. Es todo un círculo. No puede ser que se diga “necesitamos a la afición”. La afición tiene que apretar siempre a favor durante los 90 minutos y generar un ambiente como el que se tiene que generar. Pero no nos engañemos, el fútbol profesional va de ganar, y cuando ganas y ganas y ganas se retroalimenta el ambiente con los resultados. La única mezcla que se puede conseguir es eso. El fútbol profesional va de ganar, todo el que va al fútbol quiere que su equipo gane y cuando no ganan no están contentos. Esto funciona así. El primero que tiene que entender esto es el jugador. Si eres capaz de rendir eso serás capaz de estar en equipos profesionales. Si no asumes o no eres capaz de rendir con este costará mucho en cualquier equipo, no sólo en el Oviedo. 

P: Hablando justo sobre este último detalle no sé si has leído las declaraciones de tu ex compañero Cristian Rivera asegurando que en su tiempo en el Oviedo había determinados jugadores que “eran mala gente, que subías al primer equipo y como podías quitarle el puesto, parecía que le ibas a quitar el pan a su familia”. 

R: Conozco lo que pasaba a diario allí. Hay que tener mucho cuidado con lo que se dice. Cuando uno habla de sí mismo tiene que ver lo que hace cada uno. He sido joven y he salido de un sitio como Osasuna cuando jugaba en competición europea, en Primera y siendo un equipo extra competitivo, habiendo quedado cuartos el año anterior, en semifinales de UEFA, finalistas de Copa del Rey…tú subías al primer equipo y no te regalaban absolutamente nada. Se te exigía diez veces más que a cualquier otro. Lo veo como algo natural. Va en el crecimiento del jugador. Por supuesto que hay que arropar a los jóvenes, pero hay que exigir internamente. Tienen que dar más que el resto a nivel diario porque tienen que ganarse un puesto en el mundo profesional. Desconozco la percepción de Cristian. No te puedo decir a qué se refiere porque no lo sé. Si nos lo hubiera dicho en el momento a lo mejor podríamos haberlo encauzado de otra manera. La realidad de Cristian es que luego ha pasado por varios equipos y no ha tenido una estabilidad de rendimiento deportivo. Ahora parece que en esta segunda parte de temporada en el Sporting está haciéndolo bien. Conozco bien la carrera de Cristian y a muchos compañeros y entrenadores que ha tenido en sus equipos. No voy a ser ventajista de hablar de cosas que se han hecho en la carrera de este chico. Si realmente lo sentía así lo mejor que podía haber hecho era haber hablado. Creo que éramos gente comprensiva, exigente con nosotros y cada uno consigo mismo. No sé a qué se refiere. En el fútbol desde donde yo lo percibo hay un entrenador que elige una alineación para ganar. El entrenador es el primer interesado en ponerte si eres joven y eres mejor que los que están jugando. Si sabe que le vas a dar más te pondrá porque quiere ganar, porque en el fútbol si los equipos no ganan el primero que pierde su trabajo es el entrenador. Estoy seguro de que cada domingo va a poner a los que mejor resultado le van a dar, porque su trabajo depende de ello. Llámale egoísmo, inteligencia, lo que quieras. El futbol profesional funciona así.  

Tampoco entiendo el hablar mal de aquel momento, ya que el Oviedo fue el que le dio la oportunidad de empezar en el fútbol profesional, si no me equivoco. 

P: Tenemos la problemática de la marcha de Egea y lo que sucedió a raíz de su salida. Con la experiencia de lo que viviste y del tiempo que ha pasado ¿dónde ponemos marcar la diferencia entre las cuestiones de vestuario, lo personal y lo deportivo?

R: Los límites los tienen que poner las personas y los clubes. No dejar pasar cosas, dar la opción de arreglarlas a la gente que realmente tiene honestidad y va de frente. Preguntas acerca de lo que pasó con Egea y todo esto, que desencadenó una mala dinámica, una mala relación. Hay que hablar claro. Se cometieron varios errores, muchos errores. El primer error es que el día que sucede todo esto estaba habiendo un entrenamiento en el campo. En ese entrenamiento estaba, como siempre en El Requexón, una serie de medios de comunicación viendo y grabando el entrenamiento. Es muy sencillo analizar las personas que estaban en el momento. Es simplemente mirar las imágenes y los que estaban allí saben perfectamente quién participó de aquello y quiénes no estábamos. Es una cosa muy sencilla. Luego evidentemente hay quien juega a ser juez, a ver quién es el bueno y el malo. Pero todos sabemos perfectamente que yo no estaba en ese momento. Pero era mejor decir que Jon Erice era uno de los causantes del problema cuando realmente no estaba. Lo sabe la gente que estaba en el entrenamiento y gente por ejemplo con la que yo estaba hablando. Estaba con un amigo mío, Adrián, no estaba en el campo. 

Luego hubo otro segundo gran error. Cuando se hizo el comunicado había gente de la plantilla que queríamos responder también a las preguntas de los periodistas. Pero se decidió que no iba a haber preguntas, algo que a mi no me gusta. Se votó y se decidió por mayoría que no iba a haber preguntas, lo que genera más incertidumbre para el que no ha estado allí y le han contado una cosa que no es. Generas incertidumbre en lugar de cortarla. Los problemas en la vida hay que atajarlos cuanto antes, porque si no siguen creciendo. Los problemas no desaparecen por sí solos. Se genera un clima de mucha mentira, muchas cosas falsas y muchas cosas que no se han atajado no yendo de frente, que es lo que hay que hacer. Ha habido una situación deportiva, un problema con el entrenador que todo el mundo que estuvo allí lo vio. Muchas de las personas que estaban ese día luego también estaban en el día que se dio el comunicado y sabían quién había participado directa o indirectamente de eso. Por otro tipo de circunstancias que se me escapan, que no soy una persona que controle redes sociales ni relaciones extra deportivas entre gente, pues uno acaba pagando por cosas que a uno no le corresponden. Lo asumo y lo asumí por formar parte de un gran club y esto es así. Acabó con mi salida. No pasa nada. Yo estaré agradecido al Oviedo siempre, a mis compañeros de los que algunos son grandes amigos. Sabemos lo que sucedió y los errores que se cometieron. Nadie salió ganando de esta situación, se ha visto. Aquel o aquellos que creían que podían librar tienen que ser honestos. No se consigue pelear por un ascenso que se tenía en la mano y por medio de determinados comportamientos se acabó desprestigiando a muchos de los jugadores que éramos importantes en el vestuario. Dábamos un rendimiento espectacular y todo esto se quiso empañar. Se empañó pero la realidad queda y no la puede tocar nadie. Casi todo el mundo está de acuerdo en que aquella plantilla era la más competitiva que ha habido hasta ahora en Segunda división para el Oviedo. 

P: Os condicionó mucho. Tú te llevas el sopapo como capitán. ¿Cómo se consigue convivir con todas las circunstancias y la atmósfera que se generó con el brazalete puesto?

R: Es una responsabilidad que tienes con tu equipo y con los compañeros. Para eso están los capitanes, no para llevar un brazalete sino para poner la cara. Lo que no puede ser es que un capitán intente escurrir el bulto o desaparecer de esas circunstancias. Lo que tiene que hacer es dar la cara, rendir en el campo, hacer que los demás se sientan protegidos. Y saber que esos compañeros que han dado su voto con sus motivos para que seas el capitán sientan que han acertado con su decisión. Acabó la temporada y como sabes las mayores hostias de todo aquello fueron para Jon Erice de una parte concreta de la afición. Pero eso lo asumo y no tengo ningún problema en asumirlo, forma parte de la responsabilidad de ser un capitán. Yo seguí la temporada siguiente y jugué 36 partidos en ese equipo. Hasta que ya se cruzaron unos límites que van a lo personal y eso yo no lo permito. El fútbol es el fútbol, exigente al máximo y lo que queramos, pero lo personal y lo familiar no tiene ninguna cabida en el mundo del fútbol. La familia de uno es de cada uno, y cada uno tiene lo suyo. Curiosamente en la situación que se produjo con aquel chico con el que tuve el conflicto al acabar la temporada, antes de marcharme, precisamente con lo que más se alarmaba la gente era cómo iba yo al trabajo de una persona a decirle nada. Es curioso cuando como futbolista en mi trabajo en el estadio de fútbol se cruzaron unos límites imperdonables y totalmente reprochables. Es verdad que el futbolista está expuesto a nivel social y eso es una realidad, ahora no nos escandalicemos cuando pasan otro determinado tipo de cosas cuando se cruzan esos límites. Para mi antes del fútbol está mi familia, ya no sólo mi mujer y mis hijos, que convivían conmigo. Tengo abuela, madre, tíos, amigos, que se preocupan por uno. Cuando se intentan cruzar unos límites personales, yo, Jon Erice, no estoy dispuesto a que eso suceda en el mundo del fútbol. Decidí que hasta ahí se había llegado con este asunto. Esto se entendió como el que salió del club fui yo. También es cierto que se intentó desprestigiar a otros compañeros que acabaron saliendo por la puerta de atrás del club cuando lo habían dado todo a nivel personal y de rendimiento. Luego se vio qué personas salieron y en qué condiciones lo han hecho. Con la tranquilidad de analizar las cosas con el paso del tiempo es muy sencillo que todo el mundo tenga muy claro cómo se sucedieron las cosas y quiénes fueron partícipes de las cosas que han ocurrido. 

P: Esa situación se llevó por delante la temporada y el principio de la carrera de entrenador de Generelo. Todos los jugadores con los que he hablado hablan muy bien de su capacidad para preparar partidos y como entrenador. 

R: Totalmente. Vamos a ver dónde le lleva en el tema profesional a Generelo. De momento es asistente directo de Fran Escribá, entrenador de Primera división, con lo cual habla muy bien de que esté en esos niveles. Aparte de eso fue el mayor perjudicado a nivel personal y profesional. Es de las personas más honradas y honestas que he conocido en el mundo del fútbol. Es íntimo amigo mío después de todo aquel cisma que se montó. Teníamos muy buena relación como compañeros, pero después de lo que pasó, de salir él del Oviedo, somos amigos. Después de aquel verano en el que salió destrozado de Oviedo. Es lo que te decía antes de cruzar los límites. Se intentó desprestigiar a una persona que había dado su salud por el club. Se tuvo que retirar tras el partido de Cádiz, ya no daba más. Se dejó la rodilla en aquel partido, eso es una realidad. Le ha traído ya no solo consecuencias deportivas sino personales, con varias operaciones y el estar jodido de una rodilla para siempre. Tomó sus decisiones siendo independiente de todo lo demás. Se le achacó el tener intereses, que no sé cuáles podían ser. Intentas poner a los jugadores que crees que te van a dar más. Lo hizo, no le salió, y a partir de ahí se llevó por delante a esa persona. Sé que hay muchísima gente en Oviedo que le adora, por cómo es como persona, que está muy lejos de los comportamientos habituales de los deportistas. Hay que quitarse el sombrero por cómo se comportó durante su etapa de jugador y de entrenador. Hay pocas personas con esa honestidad y honradez. 

P: Sobre tu última temporada. Llega un perfil completamente distinto de entrenador como Fernando Hierro, al que Carlos Peña se refirió en una entrevista en Grada Oviedo como “gestor de grupo”, asegurando que quien realmente entrenaba era el actual entrenador del Burgos, Julián Calero. ¿Era positiva esa dualidad para el grupo?

R: Te voy a hablar del caso de Carlos Peña porque también tengo relación con él. Carlos Peña, un profesional 10, increíble, una cosa fuera de lo normal. Creo que se fue tremendamente injusto con él. No por jugar más o menos, que esto es parte del fútbol, sino porque tuviera que salir en enero al Getafe. Para nosotros era un jugador muy importante a nivel grupal. Y sobre Fernando (Hierro) estoy en parte de acuerdo con Carlos. Era un gestor de grupos brillante. Por un motivo. Había vivido experiencias con entrenadores suyos en la máxima élite mundial que es el Real Madrid y la Selección española en las que seguro que aprendió determinadas cosas de los entrenadores. Por ejemplo, tiene una gran relación con Vicente Del Bosque. Todos coincidimos en que cuando Del Bosque fue entrenador del Madrid y la Selección lo que mejor hizo fue gestionar una cantidad de egos increíble. Eso es algo muy positivo que habla de Fernando. Formó su equipo técnico como cualquier otro entrenador y confiaba ciegamente en Julián Calero. Julián es una persona que ha sido segundo entrenador de Lopetegui, de Fernando, en la Selección se lo llevaron al Mundial. Es una persona con unos conocimientos futbolísticos muy por encima de la media. Entiendo que dentro de su cuerpo técnico confiara en Julián, y que Julián estuviera muy encima del funcionamiento del equipo en el día a día y en la preparación de los partidos. Creo que se compaginaban en eso y los dos lo hacían muy bien. Yo sólo tengo buenas palabras sobre ellos. Mi relación con ellos es un 10, y a día de hoy la mantengo. Me alegro de que les vaya bien y que Julián esté con un equipo después de pasar por el Majadahonda en Segunda B y firmar una brillante temporada con el Burgos. Y este año está compitiendo en la categoría con equipos ni más ni menos como el Oviedo. Está a un pasito del playoff y esto habla muy bien de Julián y del Burgos. 

Volviendo a lo de Carlos. Me parece que en parte tenía razón porque Hierro era un brillante gestor de grupos, y a nivel de cuerpo técnico desconozco lo que hacían dentro de su vestuario, pero fuera plasmaban que Julián era parte importante del funcionamiento del equipo sin duda.

P: ¿Qué le hace falta al Oviedo para poder volver a Primera división?

R: Para llegar a final de temporada en condiciones tienen que seguir como están, a un pasito de estar ahí. E incluso si pueden meterse durante jornadas también. Lo que tienen que hacer es llegar al final con opciones reales, es decir, dependiendo de sí mismos y saber que hay diez o doce equipos que van a pelear por lo mismo. Este año hay tres o cuatro destacados, y el resto están ahí, uno de ellos el Oviedo. Ya está asentado en la categoría, que mirando en perspectiva es algo a lo se le resta valor. Es tremendamente complicado jugar un playoff de ascenso, son seis equipos. Dos equipos ascienden y cuatro se van al playoff, que serán equipazos dentro de la categoría. 

Al Oviedo no creo que le falte nada. Está en disposición, simplemente debe llegar al final dependiendo de sí mismo y tener la capacidad de sacarlo adelante. Va a estar igualado y el Oviedo lleva todo el año ahí. Empezó un poco dubitativo y ahora mismo está ahí en un buen lugar. Eso es estar en condiciones de pelear por el playoff. Lo que no es normal es que te pase como al Éibar, Almería o Valladolid, que estés ahí todo el año, aunque el Valladolid empezó desde más abajo. Es difícil destacarse tanto. Esto que está sucediendo es lo que yo concibo como pelear por entrar en playoff. Todo el mundo habla de los 50 puntos y es la realidad, porque es muy difícil seguir en Segunda, y eso es a lo que más valor hay que darle. Y a partir de ahí vamos a ver. 

 

Puede que también te guste...