El Burgos con tantos vínculos con el oviedismo es el equipo que recibe al conjunto azul. Fue el partido de ida uno de los peores de toda la temporada para los de Ziganda. Una tarde/noche muy aciaga y una dolorosa derrota que suponía algo más que perder puntos en casa. Con meses de distancia llega el choque de vuelta con situación pareja en la clasificación. Dos victorias consecutivas y sólo dos derrotas en El Plantío se anotan en el cuaderno de análisis.
Cuentan Burgos y Oviedo con los mismos puntos, siendo la perspectiva distinta. Para el equipo de Julián Calero todo lo que llegue en esta segunda vuelta es un premio, viendo que su verdadero objetivo, la permanencia, está bien lejos. Una sorpresa que un róster con base en el bloque del ascenso de 2ºB haya dado tan buenas prestaciones.
Calero, conocido en Oviedo por su paso como segundo entrenador de Fernando Hierro, ha confeccionado un equipo duro y que compite. En casa es tremendamente fiable, sólo por detrás de la maquinaria engrasada para el ascenso a Primera. Será el principal escollo para los visitantes, que deberán dar un paso al frente con un anfitrión que concede poco y que se muestra efectivo de cara a puerta.
En la portería el ex oviedista Alfonso Herrero ha vuelto a la titularidad tras un breve periodo en el que Caro se ponía bajo palos. Está ofreciendo el cancerbero toledano un rendimiento óptimo, siendo uno de los artífices de los buenos resultados del equipo.
En defensa el sistema ha ido mutando de una línea de tres centrales con dos carrileros largos a un clásico dibujo con dos zagueros. Opta Calero últimamente por la primera opción con Grego Sierra y Miguel Rubio inamovibles junto con Aitor Córdoba. Por la izquierda Matos en uno de sus mejores momentos futbolísticos de siempre, y por la derecha ha ubicado a Ernesto, aprovechando su rendimiento como extremo y reconvirtiendo sus funciones defensivas al jugador de ida y vuelta. La jugada no está saliendo nada mal.
La medular es rocosa, firme y con disciplina. Esa exigencia defensiva fue dejando sin sitio a Riki, que no encajaba en el concepto férreo por delante de la defensa y se quedó sin sitio más arriba. Miki Muñoz “Mumo” le ha ganado el puesto a Elgezábal en la construcción y llegada que facilita Andy, con el mono de trabajo puesto desde casa. Pablo Valcarce y Juanma gozan prácticamente de carta blanca para moverse por donde quieran, siempre que corran kilómetros de apoyo y se mantengan eléctricos en fase ofensiva. Arriba Guillermo está aprovechando la oportunidad. En el banquillo Saúl Berjón para explotar su talento en la inyección final del partido.
Las armas del Burgos pasan fundamentalmente por ser un equipo solidario en el esfuerzo, con pocas grietas en el repliegue y que practica un fútbol directo sin rubor, sabiendo a la perfección dónde puede hacer daño. La finalización es lo que más ha penalizado. De hecho uno de los refuerzos de invierno, Malbašić viene a apuntalar la delantera. Le cuesta finalizar pero sin embargo es de los equipos con mejor efectividad en relación a las ocasiones creadas. Por contra, la solidez defensiva es referente, siendo uno de los conjuntos de Liga Smartbank que menos ocasiones recibe. Es esa dualidad la que ha marcado sin duda la temporada blanquinegro. Cuando ha sido efectivo los puntos no se han escapado.