Empate y gracias. El Real Oviedo rescata un punto que en la suma general se puede hacer bueno si se consigue la victoria frente al Amorebieta, a priori más asequible que el conjunto pepinero.
Más urgencias para los de Nafti, necesitados de sumar tres unidades para abrirse paso hacia los puestos que pone en su etiqueta.
De entrada Ziganda apenas retocaba el once, dando entrada a Matheus acompañando a Bastón y el resto de once tipo con Viti y Borja Sánchez en las bandas.
El plan de partido era ahogar la salida de balón fundamentalmente en las botas de Pardo, que ofrecía la creación. De inicio se sujetó al ex realista y era Recio, con menos dotes para lo artístico, el que arrancaba el juego.
Los azules ofrecían una presión en campo contrario con Matheus en el papel de Obeng de correcaminos, lo que restaba su capacidad para estar donde le corresponde a la hora de generar peligro. El Leganés fue dando pequeños bocados a la tostada hasta que Arnáiz terminó de darle un buen bocado. El extremo de costado izquierdo venía indicado en los papeles como el jugador a seguir, y efectivamente cumplió con su papel. Lucas sufrió con la habilidad de Arnáiz, al que se sumaba Javi Hernández en las profundidades, donde el bravo lateral azul necesitaba botella de oxígeno XL.
Apenas diez minutos en los que Jimmy y Brugman pudieron encontrar su espacio para toquetear y arrimar el balón a la izquierda, donde la dupla Cornud/Sánchez intentaban ganarse el sustento. Viti no recibió la atención debida como para causar heridas en la defensa. Un disparo lejano de Matheus que salió lejos de la mirada de Riesgo y de los tres palos fue el escaso bagaje ofensivo a reseñar en el primer periodo.
El descanso dio nuevos bríos al Leganés, que con el minutaje suficiente supo que las cosquillas seguían estando en el lado derecho. Palencia por la banda lejana no llegó a sus promedios de inquietud a los defensas y se quedó en pequeñas incursiones que tapó el francés Cornud. Una y otra vez la posesión pepinera basculó hacia Arnáiz, poniendo a prueba a Femenías, que hoy salió del cromo para hacerse de carne. El guardameta balear entregó al córner un par de chutazos desde fuera del área, fue efectivo en la cercanía y mostró un puñado de valentía en el juego aéreo. El punto de esta tarde tiene en Femenías a uno de sus principales artífices.
El arsenal ofensivo de Nafti es amplio, y se permitió el lujo de sacar del banquillo a Juan Muñoz, como sustituto de un Garcés que pasó más tiempo de lamento en el prao que jugando, y más tarde a Sabin Merino. Por algunos instantes pareció que la película de Ponferrada se iba a repetir, con un Oviedo completamente entregado al ataque rival y sin alternativas para la salida de balón.
Entró Pombo, que apuntaba a titular hoy, y algo se retorció en la planicie. En posición centrada su fútbol es más vistoso, eléctrico en el recorte y con visión para desatascar. La estadística añadió unas cuantas aproximaciones sin finalización antes de que Ziganda girase el cubo de Rubik para cambiar amarillas por naranjas. Obeng se colocó de delantero pero escorado a la derecha y Bastón en el perfil contrario para detener el balón y generar toques mágicos a la segunda línea. Pombo en la plaza de Sánchez y Sangalli en su lugar natural. No salió. El zaragozano no es tan eficiente en la ayuda al lateral y Sangalli no sujetaba el balón. El partido fue un ida y vuelta donde los boletos para perder los había comprado el conjunto azul. Femenías vio el esférico llegarle tantas veces como en toda la temporada, y ahí la concentración no falló, auxiliado por una pareja de centrales que da absolutas garantías.
Luismi volvió al verde y nunca se encontró cómodo, ni posicionalmente ni en las entregas. No fue fino el mozo con casco esta tarde, exigido en un momento de desafío total.
Afortunadamente el Oviedo encontró amistad en el córner, tiempo consumido al reloj y sus mayores opciones de hacer algo potable. Reflejamos un cabezazo de Calvo que pudo dar la sorpresa.
Ante el temor a avalancha, Ziganda completó el carrusel de cambios generando un doble lateral con Isaac y Lucas, y Sangalli apareciendo como interior en banda izquierda para apoyar a Pombo y Cornud.
El fútbol no dio para más y la reflexión sesuda seguramente traiga novedades en la alineación para el próximo partido.
